Política

Rumbo al 2023

Roberto Mirabella: “El país necesita descentralizarse para no deshacerse”

En línea con el gobernador Omar Perotti, el diputado nacional se quejó por las “asimetrías” entre el Amba y el resto del país. “Pueden pasar muchas cosas de acá al año que viene”, dijo sobre el escenario electoral


El diputado nacional Roberto Mirabella interpreta como nadie el pensamiento del gobernador Omar Perotti, tanto que es número puesto para candidatearse a la Casa Gris por ese espacio político. En esa línea, en diálogo con El Ciudadano, volvió sobre los pasos del discurso del mandatario en la apertura de sesiones y clamó por corregir los desequilibrios que existen entre el interior y la zona de Capital y Gran Buenos Aires. Tanto que llegó a decir que si no hay descentralización el país se deshace. Al mismo tiempo, reflexionó sobre la necesidad de que el PJ tenga “al campo como sujeto político”, algo que –según su mirada– no ocurrió en los últimos 20 años. Y consideró esta última etapa del PJ nacional como “un peronismo de Capital Federal, ligado si se quiere a sectores progresistas”, algo que recrudece las quejas por las asimetrías entre interior y Amba.

—En medio de las internas dentro de la coalición gobernante y del espacio opositor, ¿qué tiempo histórico cree que vive el peronismo hoy?

—Veo que todos los sectores políticos, incluido el peronismo, están viviendo una situación compleja en lo que hace a la representación política. Hay cuestiones que la política no ha podido solucionar y hay expresiones que aparecen como trayendo soluciones mágicas, que expresan quizás un cierto cansancio de la gente con muchos dirigentes que no hemos podido solucionar algunos problemas. Esto, en principio, les cabe a todos, más allá del peronismo. Después, el peronismo en particular tiene diferentes características, porque no es lo mismo el peronismo de Chubut, que el peronismo del Amba o el peronismo de Córdoba. Cada uno tiene diferentes evoluciones y el devenir histórico de los últimos 20 años ha tenido diferentes caracterizaciones. El peronismo nacional en los últimos 20 años se configuró a partir de un peronismo que venía del sur, más ligado a la economía extractiva, que terminó gobernando la Argentina, que fue Néstor Kirchner; un peronismo del primer, segundo y tercer cordón industrial de Buenos Aires, que tenía un perfil ligado más al desarrollismo, que lo expresaba (Eduardo) Duhalde; y un peronismo de Capital Federal, ligado si se quiere a sectores progresistas, para ponerle alguna denominación. En esos tres peronismos, que configuran los últimos 20 años, ninguno lo tuvo al campo como sujeto político, que es lo que expresamos los que venimos del interior de la Argentina, por lo menos de Santa Fe, de Córdoba, del interior de la provincia de Buenos Aires, donde el campo es un sujeto político importante y la economía agropecuaria, agroindustrial, agroalimentaria tiene un rol protagonista. Para nosotros es natural esto, pero para otros sectores del peronismo no, y esto también en su momento trajo determinado tipo de conflictos. Con lo cual, la reconfiguración de los actores políticos, en el caso particular del peronismo, se hace en función de cómo fue evolucionando en cada lugar y la historia que tiene cada uno de nosotros, del lugar donde somos.

—Habló del peronismo del sur, del bonaerense y del capitalino. ¿Llega el tiempo del peronismo santafesino?

—Me parece que en el interior de la Argentina hay diferentes configuraciones. En general, el interior de la Argentina está un poco insatisfecho por la poca práctica del federalismo, por ponerle un nombre diplomático, que ha tenido en estos últimos tiempos. El gobernador lo marcó cuando abrió la asamblea legislativa. No puede ser que en Rosario el boleto de colectivo cueste 59 pesos con 30 centavos y en el Amba se pague 18 pesos. Que el gasoil valga 85 pesos y acá 130. Que el gas o la luz tengan esos subsidios que pagamos todos los argentinos. Esas asimetrías lo único que generan es mayor nivel de enojo en toda la Argentina y que no construyamos un país más federal. Y digo: la Argentina necesitó centralizarse para hacerse como Nación. Hoy creo que necesita descentralizarse para no deshacerse. Con lo cual me parece que el federalismo que necesitamos ejercitar es con un fuerte proceso de mayor equidad, de mayor simetría, de mayor nivel de descentralización. Y tiene que ser con hechos concretos. En estos días discutíamos la extensión de la ley que beneficia al cine. Bueno, el 90 % de lo que hizo el Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) fue para subsidiar producciones de Capital Federal y Gran Buenos Aires, no de toda la Argentina. Y esos son fondos que aportan todos los argentinos. Por eso me parece que esta impronta centralista que sigue existiendo es lo que, en el interior, en estos momentos de crisis, termina generando tensión. Es una relación desigual y creo que perjudica el desarrollo integral que necesita el país.

—Dijo descentralizarse para no deshacerse. ¿Hay riesgo de desintegración en la Argentina?

—No, lo que digo es una consideración política. Lo que digo es que las cuestiones que necesitamos en Argentina necesitan decisiones federales y no seguir generando esas asimetrías. Si pudimos construir una Nación con una mirada mucho más centralizada para construir un proyecto de Nación, hoy, para que esa Nación no se deshaga deberíamos tener mayores niveles de equidad, de simetría y de descentralización.

—También habló de un capitalismo progresista, o capitalino. ¿Es el que está gobernando hoy?

—Bueno, me parece a mí que la mayoría de los dirigentes que ocupan funciones de responsabilidad institucional en el gobierno nacional, te diría que la grandísima mayoría, son de Capital Federal o el Gran Buenos Aires. Salvo (el jefe de Gabinete Juan) Manzur.

—En estos dos años anteriores existieron todas estas situaciones de asimetría que describe, pero no se escucharon tantos reclamos.

—Yo reconozco una gran cantidad de respuestas que da el Estado nacional frente a las gestiones que hacemos desde Santa Fe. Por ejemplo, inversiones en infraestructura sanitaria, red de agua, de cloacas, la obra del acueducto del Gran Rosario, las autopistas de las rutas 33 y 34. Pero, así como reconozco un montón de cosas, no dejo de reclamar lo que nos parece que hay que reclamar. Y plantear en Buenos Aires lo que Santa Fe necesita. Si mañana tocamos alguna cuestión tributaria o fiscal con respecto a la yerba mate, no me imagino a los legisladores de Corrientes y Misiones, a los gobernadores, callándose la boca. Cuando pasan algunas cosas que tienen que ver con Santa Fe –y en Santa Fe muchas de las cosas que pasan son importantes, porque tenemos muchas cadenas económicas que expresan lo más importante de la Argentina, como el caso de la carne, de la leche, de la maquinaria agrícola, de la biotecnología–, es imposible que nos quedemos callados. A algunos les llama la atención algunas cuestiones que planteamos, pero así como es justo reconocer muchas cosas que se hacen es justo plantear lo que nos parece que hay que reclamar.

—¿Cómo cree que se va a vivir la interna del peronismo en la provincia de Santa Fe? 

—Ojalá lo hagamos con la mayor madurez y tolerancia que podemos tener como dirigentes.

—Seguramente usted será el candidato a la Casa Gris por el oficialismo. ¿Imagina una compulsa con el resto de los sectores del peronismo dentro del FdT?

—La verdad hoy no tengo claro cómo va a ser el escenario electoral del año que viene. Nosotros lo que estamos es muy comprometidos con fortalecer el modelo de gestión que está liderando Perotti en la provincia, que después de 29 meses de gestión, en la apertura de sesiones, se vio dónde está plasmado: en los cincos ejes que tiene de gestión, en la inversión pública que se está llevando adelante, se visibilizó en una gran cantidad de políticas públicas, más allá de que en estos 29 meses 26 fueron en pandemia. Hoy estamos enfocados en fortalecer el modelo de gestión y el modelo político que lidera Perotti. El proceso electoral será el año que viene y veremos cómo se vislumbra, cómo se conforma y cómo se definirá la estrategia electoral.

—¿Cómo evalúa el crecimiento de la imagen de Javier Milei y qué impacto podría tener en Santa Fe?

—Ya lo hablaban algunos politólogos algunos años atrás sobre las promesas incumplidas de la democracia. La democracia ha resuelto la igualdad de nuestros derechos civiles y políticos, pero no ha resuelto la desigualdad económica y social. Y muchas respuestas no se han podido dar. De todas maneras, vamos a cumplir 40 años de democracia ininterrumpida en la Argentina y la manera de resolver nuestros problemas y diferencias sin aplicar violencia política, y aplicarlo en un marco de una democracia representativa, es lo más valioso que hemos podido lograr desde el retorno de la democracia hasta acá. Si hay algo en que pudimos estar de acuerdo en la sociedad argentina desde el retorno de la democracia es que nunca más resolvamos de manera violenta nuestras diferencias. Todas estas cosas son importantes, pero también hubo una gran cantidad de cosas que no pudimos resolver. La sociedad, en momentos de muchas dificultades, tiende a tomarse de algunos ejemplos para remontar. Y me parece que es lo que nos está faltando. Dar mucho más el ejemplo, resolver más los problemas. Y cuando estas cosas no suceden, más después de haber vivido una pandemia que exacerbó los problemas personales, de angustias, de miedos, todo esto genera este tipo de expresiones políticas que muchos compran creyendo que le van a traer las soluciones.

—¿Se puede replicar la aparición de este tercer sector en Santa Fe?

—Sí, me parece que esas expresiones van a estar presentes en la provincia de Santa Fe y pueden aparecer otras más, o reconfigurar algunas existentes. Creo que pueden pasar muchas cosas de acá al año que viene.

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