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Zona liberada

Roban el trabajo de 10 años a científico

Fue en un asalto comando que ocurrió en Buenos Aires, en plena calle.


“Actuaron como una banda que tenía la zona liberada. No es posible que roben de esa manera sin contar con el apoyo de los que, en realidad, nos tienen que cuidar”. Así describió el reconocido científico del Instituto de Biología Molecular Claudio Fernández el robo que sufrió la semana pasada en el barrio Pompeya, en Capital Federal. Cuando viajaba a un congreso desde Rosario a bordo de un remís, dos autos le cortaron el paso y entre seis y ocho hombres armados bajaron, lo encañonaron junto con el chofer y robaron el auto y todas sus pertenencias. “Pensé que me iban a matar. Me robaron el trabajo de investigación de los últimos diez años”, dijo el científico.

Fernández es farmacéutico y bioquímico, y es uno de los tantos científicos repatriados en 2006 por el Programa Raíces del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación. Cuenta con una larga trayectoria en el estudio y análisis del campo de las enfermedades neurodegenerativas, como Parkinson y Alzheimer.

El robo fue el jueves, pero recién ayer Claudio Fernández salió de la conmoción y pudo hacer público lo que le había pasado. En diálogo con El Ciudadano, contó que esa noche viajaba en un remís a Capital Federal, de un congreso a otro en el que iba a participar al día siguiente. “Un poco antes, dejé en el hotel a dos científicos ingleses y con el chofer nos fuimos en dirección a Pompeya”, dijo. En el límite entre este barrio y Caballito, dos autos los cercaron y les impidieron el paso. De los vehículos, bajaron entre seis y ocho hombres armados.

“Parecía un grupo comando que actuaba en una zona liberada, bloquearon media cuadra durante varios minutos”, contó Fernández y agregó: “Nos pusieron un revolver en la cabeza y yo pensé que nos iban a matar, temí mucho por mi vida”.

Los ladrones les sacaron todas sus pertenencias y se subieron al remís, dándose a la fuga. Fernández y el remisero quedaron en medio de la calle en pánico y fueron a la comisaría más cercana, la 36ª. Allí, según el investigador, demoraron casi dos horas en tomarles la denuncia.

Según Fernández, apenas se repuso del tratamiento hospitalario que recibió por el trauma que sufrió, decidió contar lo que le pasó. Y lo hizo por dos motivos. Por un lado, el investigador está convencido de que es imposible que los ladrones hayan actuado de esa manera sin un apoyo externo de una fuerza policial. “Esto fue una cosa armada organizada de una banda que cuenta con la logística y la colaboración de los que nos tienen que cuidar. Parecía que tenían la zona liberada”, insistió. En segundo lugar, Fernández decidió hacer público lo ocurrido porque los ladrones se llevaron su notebook y las dos memorias externas donde tenía el trabajo investigativo de los últimos diez años: “Me robaron todo: pertenencias, dinero, tarjetas, pero lo más importante es el trabajo. Incluso el back up, las dos copias de seguridad las tenía conmigo, siempre las llevo cuando voy a un congreso por si algún archivo no funciona”. En este sentido, el investigador remarcó su pedido público de ayuda de cualquier tipo para recuperar esa información.

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