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Frente a la guardería M&M

Río sin control: kayakista atropellado el domingo 20 por una lancha en el Paraná sigue internado

La embarcación del joven quedó partida por la mitad, y él con una herida cortante de 25 centímetros de largo según la descripción que publicó en redes sociales. Lamenta que quizá tampoco pueda pasar fin de año con sus afectos, mientras que quien lo arrolló sí lo hará. La lista de los siniestros


Leandro Javier D’Ortenzio había comprado tres semanas antes un kakak usado al que reparó para volver a navegar el Paraná como lo hacía antes con embarcaciones prestadas por los amigos. El domingo 20 de diciembre salió desde la costa rosarina y una lancha lo embistió. Le partió el bote y le produjo una herida cortantes de 25 centímetros de largo en una pierna por la que aún permanece internado.

El siniestro, un nuevo capítulo de una larga serie que, incluso, tiene casos fatales, fue frente a la guardería M&M, que tiene ingreso por avenida Colombres, en el norte de Rosario.

“Hace desde el domingo 20/12 que estoy internado y seguramente empezaré el próximo año acá. Mientras, la persona que me pasó por encima pudo pasar la Navidad con su familia y brindará por un nuevo año con sus seres queridos”, publicó Leandro el sábado último en el grupo de Facebook Kayak Rosario. Lo hizo, aclara en el posteo, desde el sanatorio donde permanece.

“«Por suerte» la puedo contar, lo hago con mucha indignación y con mucha bronca”, señala el kayakista en la publicación.

Leandro sigue internado, “con suero, antibióticos y diclofenac pasados por una intravenosa y con una manguera que succiona las secreciones del corte de 25 cm que tengo en la pierna”, expone el texto de la red social.

El joven recordó que navega en kayaks “desde los 13 años” y que “nunca tuvo problemas con nadie”. Y recrea su vuelta al río, ahora, con una nave propia que duró poco tiempo sana. “Hace 3 semanas me compró uno básico a reparar, para volver y sentir la libertad de salir cuando quiera… Lijé, pinté, hice el tambuche con tapa con mis propias manos. Cuando lo tuve listo y a mi gusto lo llevé a la guardería el sábado, lo probé y me gusté mucho! El domingo salí a dar una vuelta pensando que volvería a casa esa misma noche…”.

Una lista larga y medidas de control cortas

La imprudencia de numerosos timoneles de embarcaciones a motor en el río Paraná frente a la ribera rosarina suma siniestros sin que haya reacción o medidas de control en el contexto de un parque náutico con crecimiento explosivo.

El sábado 14 de diciembre pasado, un hombre que manejaba una moto de agua cerca del parador Puerto Pirata, frente a Granadero Baigorria, perdió el control del vehículo y subió a la playa embistiendo a una pareja que tomaba sol en la arena.

La mujer sufrió fractura expuesta en una de sus piernas y tuvo de ser trasladada a un sanatorio de Rosario. Su acompañante tuvo mejor suerte, con golpes que no obligaron a asistirlo. Fue alrededor de las 16.40 en la costa oeste de la llamada Isla de los Mástiles, de jurisdicción santafesina, a la altura del kilómetro 434.

El martes 3 de marzo último, antes de que se iniciaran las restricciones por la pandemia de coronavirus, un taxi náutico embistió al kayak de Silvia, que resultó con varias heridas. El timonel de la embarcación a motor tenía la licencia vencida en 2012.

El colectivo Amigos de la Isla recordó entonces el creciente número de estos incidentes y reclamó el refuerzo de los controles por parte de los responsables primarios, como Prefectura Naval, y de los clubes y guarderías desde los que parten las lanchas.

Pese a las promesas, el control en el agua brilla por su ausencia y los siniestros se suceden.

Los anteriores más recientes

8 de noviembre de 2019: Agustina López (kayakista) fue embestida por una una lancha en el Paso Destilería (frente a granadero baigorria, que bordea al este la Isla de los Mástiles).

1 de diciembre de 2019: Tres personas resultaron heridas cerca de Costa Alta al producirse un choque entre una moto de agua (que se dio a la fuga) y una lancha de pasajeros que no tenía luces ni salvavidas (según la denuncia efectuada en Prefectura por uno de los damnificados).

4 de enero de 2020: Cerca de las 10.15, Gustavo Coronel, un remero del Club Remeros Alberdi de 58 años, fue embestido por una lancha taxi frente a la Rambla Catalunya. Sufrió una herida cortante en el brazo derecho y fue derivado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, ya que tenía comprometido un tendón.

16 de febrero de 2020. El conocido kayakista Pepe Suárez y Gabriela Irene fueron embestidos por la lancha Chayenne en la punta norte de la Isla de los Mástiles. La embarcación les pasó por arriba, y no sufrieron heridas de consideración pese a que su kayak quedó partido al medio.

2 de marzo de 2020. Silvia Perals fue atropellada por el taxi lancha El Chacal cerca de Puerto de Palos. El conductor de la embarcación tenía la licencia vencida desde 2012, según la denuncia efectuada por la damnificada).

Siniestros fatales por imprudencia en el río

El 14 de noviembre de 2012, el periodista Marcelo Abram nadaba cerca de las 14.30 al norte del balneario Rambla Catalunya cuando lo embistió una embarcación. Debido a la gravedad de las heridas, el Turco, como todos lo conocían, fue trasladado al policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria, donde falleció pasadas las 17 del mismo día.

El 9 de octubre de 2015, Ángel “Bin” Santos falleció por las secuelas que le ocasionó un accidente que había sufrido con su kayak casi dos años antes, cuando fue atropellado por una lancha que pasó a gran velocidad provocándole graves heridas en sus piernas y luego fugándose sin prestar ayuda.

 

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