David Ferrara
Ricardo Bojanich está en pleno trabajo. Como el encargado de Mini CABB, el proyecto que intenta revitalizar el básquet de base en el país, se comunica de manera virtual o presencial con entrenadores de todo el mapa argentino y lleva su mensaje. En esta ocasión la cercanía con Rosario (vive en Pergamino) y la invitación de la Rosarina y de las autoridades de Náutico le permitieron a entrenadores y dirigentes de la ciudad vivir una charla muy interesante, conocer un poco más de los planes personales y colectivos de Bojanich, además de su mirada sobre diferentes temas.
Tras los protocolos de higiene y distanciamiento para acomodarse, sumado a los protocolos de presentación de la mano del presidente de la Rosarina Marcelo Turcato y de la secretaría de Deportes de la provincia Claudia GIaccone, Bojanich realizó dos muy interesantes charlas que también se pudieron observar vía streaming y quedan como material de consulta.
Bojanich explicó la importancia del trabajo en conjunto que propone la Confederación Argentina de Básquet en sus diferentes áreas, en este caso desde el desarrollo del básquet escolar, del básquet 3×3, del femenino, del básquet adaptado y la relación con Pepe Sánchez a cargo de las selecciones formativas.
Y su análisis detalló que si bien el mini básquet de Argentina es considerado el mejor de latinomérica, cree que hay mucho potencial para mejorar.
“Tenemos que hacer que el mini básquet sea menos informal. Los chicos no merecen que su entrenador haga la plancha ni un minuto, porque tenemos todo para ser buenos. Debemos trabajar para que todos los estamentos sean más formales, los padres, los dirigentes y los entrenadores”, explicó Bojanich, quien apuntó a predicar con el ejemplo para que los chicos obtengan un trabajo de mayor calidad pero también con una mirada afectuosa y social.
También resaltó la necesidad de “masificar, de jerarquizar el trabajo y de tener creatividad para atraer a los jugadores y jugadoras”, a la vez que añadió a la investigación como una herramienta que se debe tener en cuenta en el básquet de base.
“La idea es trabajar junto a Eneba para que haya una escuela de mini de la CABB y generar nuevos entrenadores”, explicó y en otro tramo también recalcó la importancia de la continuidad de los trabajos y de generar entrenadores que continúen una labor en todos los ámbitos: “Si hacés algo en un club o una asociación y cuando te vas no dejás a nadie que lo continúe, el proyecto se corta y no sirve para nada”.
Bojanich informó que el gran objetivo será en octubre de 2021 el Congreso Mundial de Mini en Argentina, escenario en el que se podrán plantear ideas, proyectos, para trabajar en talleres y generar una línea de trabajo para todo el país como uno de los tantos deseos para el futuro.
Su charla arrojó varios temas para debatir sobre las categorías menores, ya que además del cambio de edades (él no ve que vaya a suceder) en formativas, se explayó sobre la gran cantidad de reglas que fueron complicando a los chicos y chicas (y árbitros y padres y periodistas) en la U13 y apuntó al regreso a la búsqueda de algo más simple, lúdico pero con espacios, ya que se mostró partidario de los 3×3 y 4×4 en las edades más tempranas para luego llegar al 5×5.
Por último dejó un mensaje clave para los entrenadores en los tiempos que se vienen: “Según las encuestas que estamos haciendo se prevé una deserción muy grande, casi de un 50 %, por eso el trabajo va a ser de recuperar a esos jugadores y jugadoras. Eso es en lo cuantitativo, pero también las circunstancias pos pandemia nos tendrán que tener muy ocupados en lo cualitativo y lo emocional. Vamos a tener que hablar menos y escuchar más al jugador y a sus familias”.
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