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Estreno teatro

Ricardo Arias: “Hacemos «Hamlet» poniendo en duda el modelo clásico”

El director Ricardo Arias, al frente de un elenco notable integrado por Gustavo Guirado, Claudia Schujman, Felipe Haidar, Micael Genre Bert y Sofía Sánchez, con asistencia de Eva Ricart, dará a conocer este domingo por la tarde su versión de la obra más emblemática de William Shakespeare


Fotos: Franco Trovato Fuoco.

La intriga por conocer qué esconden en verdad sus personajes, algo que ha develado a los artistas de todo el mundo a lo largo de los siglos, y al mismo tiempo un particular interés por encontrar sus resonancias en el presente rompiendo con algunas reglas hegemonizadas llevaron al actor, director y docente teatral local Ricardo Arias, quien este domingo por la tarde dará a conocer su versión de Hamlet, a indagar en Shakespeare desde los comienzos de su carrera.

Obra que pareciera encerrar todos los conflictos posibles, no es que Hamlet regrese cada tanto a escena sino que nunca se va del todo, dado su inabarcable magma de conflictos donde aparecen fuertemente problemáticas como la traición, la corrupción y la ausencia de justicia, y al mismo tiempo, el abuso de poder, las oscuridades del deseo, la contradicción de los vínculos fundantes y la ausencia de la idea ortodoxa de “familia”, entre más, con lo que la obra pareciera reescribirse en un presente constante.

 

Volver a “Hamlet”

“¿Cómo es que una obra se torna metáfora de todo el teatro? ¿Cómo es que un personaje se torna metáfora de todo lo humano? Hamlet nos interpela con una oscuridad elusiva que irradia destellos en los que cada época ve reflejado su propio rostro. En su vacilación, cada espectador reconoce su íntima precariedad, su intemperie suspendida entre ámbitos ajenos. Entre el derrumbe y la acción. Entre el aturdimiento de los cuerpos y el reclamo de las voces de los muertos. Entre los mandatos de la sangre y el desamparo de las pasiones. La soledad de un tiempo en que los nuevos dioses aún no han llegado y los viejos no acaban de morir, y que es la tragedia incesante del deseo”, escribió el psicoanalista Alejandro Manfred a modo de presentación de este trabajo que parte de una decisión trascendental: la selección de un elenco notable que reúne a Gustavo Guirado, Claudia Schujman, Micael Genre Bert, Sofía Sánchez y Felipe Haidar, quien carga con la responsabilidad de dar vida al malogrado príncipe de Dinamarca, todos bajo la dirección de Ricardo Arias, con la asistencia de Eva Ricart.

“Este es un Hamlet marcado por nuestra realidad que no quiere formar parte de un organismo perverso montado de intrigas, sospechas, manipulación y muerte del cual todos somos parte, incluso él”, sostiene Arias, profundo conocedor de la obra de Shakespeare con una recordada versión de Macbeth en los comienzos de su carrera, a la que siguieron otras de Ricardo III y El rey Lear, e incluso una reciente sobre el eterno y torturado príncipe denominada Bailemos sobre las cenizas, Hamlet, donde dirige a Rodolfo Pacheco como único actor e imagina un Hamlet que ha sobrevivido al sangriento final en el Castillo de Elsinor.

“Hace un tiempo largo que tenía como proyecto encarar Hamlet; con los actores empezamos a trabajar a comienzos del año pasado. Previamente estuve trabajando especialmente con el texto. Hay una particularidad: es un texto que trabajo en la Escuela de Teatro con alumnos todos los años, por lo tanto tengo la obra muy presente, muy en la cabeza y desde hace mucho tiempo”, dijo Arias a El Ciudadano. Y agregó: “Tengo también muy presente la obra en distintas versiones, en distintas lecturas, abordajes y análisis; todo ese recorrido previo me facilitó bastante el proceso del montaje en ciertos aspectos y al mismo tiempo me lo complicó en otros, porque cuando más información tenés, más difícil es procesarla”.

 

Abordar un paradigma

Franco Trovato Fuoco

 

“Casi desde el comienzo del proceso tuve en claro a qué actores y actrices convocar y es el elenco que está; entre las particularidades del proceso, siento que fuimos un poco más contra lo que se cree o se piensa o quizás está instalado acerca de cómo abordar estas obras y particularmente Hamlet que es un paradigma en sí misma; siempre anteponemos que son parte de los clásicos y yo siempre digo que abordar hoy los clásicos no pasa por hacer precisamente «un clásico» sino todo lo contrario: la idea sería poder sacarlo de ese lugar medio intocable y vulgarizarlo; hacer lo que nosotros hacemos con el teatro en el lugar que lo hacemos habitualmente y desde hace mucho tiempo”, evaluó Arias en relación con el proceso de trabajo. Y profundizó: “Esta propuesta tiene mucho de eso, porque parto de la idea de mundanizar Hamlet; lo que proponemos no es algo elevado sino todo lo contrario. Mi propuesta pasa por tomar un clásico como en este caso Hamlet y arrastrarlo, ensuciarlo, profanarlo. De hecho, hacemos Hamlet poniendo en duda el modelo clásico, esa maquinaria que parece intocable; dejar de reproducir esa máquina del mismo modo en el que se la reproduce siempre aunque algunas cosas sean inevitables”.

El director habló de un criterio de adaptación que priorizó potenciar secuencias del texto e incluso agregar parlamentos que no aparecen en el original. “Los que vean este material se van a encontrar con un montón de decisiones que fueron tomadas en relación con esto de correr la obra de cierta tradición; me atrevo a potenciar algunas cosas que en Shakespeare están algo veladas o directamente las revelo; los personajes dicen cosas que no dicen en el original, agregamos textos que no están. Y el gran desafío fue hacer la obra completa con tres actores y dos actrices; ese fue el trabajo más difícil: la obra original tiene más de veinticinco personajes y dura más de tres horas. Esta versión va a durar dos horas cuarenta y cinco, con un pequeño intervalo”.

 

Actualidad y política

“Hacer Hamlet hoy nos confronta con algo que es, en el plano de lo político, un mecanismo de reiteración que también se da en lo social, y es algo que acontece a nivel mundial, donde se tensan las relaciones de poder; de cierta maquinaria de reproducción de órdenes. Exponerlos posibilita restarles algo de ese poder”, dijo el director.

Y detalló: “En relación con lo que está pasando en la Argentina en términos socio-políticos, éste es el momento para hacer Hamlet; no creo en las casualidades, es una obra que se está haciendo nuevamente, entre otras versiones se estrenó en el Complejo Teatral San Martín de Buenos Aires con dirección de Rubén Szuchmacher. Es un momento clave y también lo es para mí por el lugar en el que me encuentro en mi vida, después de muchos años de trabajo y de haber acumulado cierta experiencia. Lo veo como algo necesario y al mismo tiempo como un desafío que se vuelve un gran estímulo para meterme con esta obra”.

 

Actuación en primer plano

Franco Trovato Fuoco

 

Como es habitual en su producción, Arias trabaja con los actores y actrices de una manera singular, entendiendo al cuerpo del actor como una multiplicidad: sus actores son, al mismo tiempo, la carne de los personajes y los constructores del espacio escénico al que aportan mucho de lo propio. “Hay en esta versión algunas decisiones importantes que están vinculadas al fantasma, a la ley, al padre, o en realidad a lo que implica dentro de este conflicto la figura paterna, a todo esto que encarna Hamlet como personaje. Creo que, en relación con el abordaje que hacemos de la obra, estas cuestiones están un poco corridas del original. Personalmente pienso que estas cuestiones son singulares dentro de la propuesta”, expresó Arias. Y continuó: “También el lugar de Gertrudis (la madre de Hamlet), que a mi criterio es la que tiene la escena más importante y más dramática dentro de la obra. No me refiero a lo trágico en el sentido del final, que es una carnicería y que ya todo el mundo conoce. Me refiero a que aquí hay un lugar de importancia para las mujeres: no sólo Gertrudis sino también Ofelia (prima del príncipe); es un lugar difícil hoy según como están planteados esos personajes y por lo tanto tomamos algunas decisiones respecto a los detalles que intentan correrlas a ambas de ese lugar donde son manipuladas”.

Dentro de las decisiones que tomó el director, hay una búsqueda particular en relación con la muerte del padre cuyo fantasma sólo puede ver el príncipe. “Respecto de la manera de encarar la obra, hay un montón de detalles que fueron surgiendo durante los ensayos, y allí también es relevante el lugar que adquiere Polonio, porque el personaje lo encara el mismo actor que da vida a la sombra del padre y que hace Claudio, el rey (el actor y director Gustavo Guirado); el lugar de fantasma y de padre también es compartido por Polonio y es como si la muerte de ese padre todopoderoso fuera progresiva, porque la muerte de Polonio también es determinante para Hamlet, y esa muerte se concreta en medio de la escena con la madre. Allí aparece el primer asesinato de la obra, donde Hamlet mata por equivocación a Polonio que es como matar una parte de su padre”.

 

Para agendar

Hamlet, con dirección de Ricardo Arias, se conocerá este domingo, a partir de las 19, en Espacio Bravo, de Catamarca 3624, donde continuará en cartel todos los domingos hasta fines de noviembre. La obra tiene una duración de 2 horas 45 minutos con un intervalo

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