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Revuelta en Yemen

Otro régimen árabe enquistado en el poder quedó jaqueado por pueblada que sigue el ejemplo de Túnez, ya contagió a Egipto y sigue caliente.

Miles de yemeníes inspirados por las protestas populares en Túnez y Egipto se manifestaron ayer en la Saná, capital del país ubicado al sur de la península  arábiga. Convocados por la oposición, pidieron la renuncia del presidente Alí Abdalá Saleh, en el poder desde hace 32 años.

El presidente tunecino “se fue tras 20 años. Y 30 años en Yemen, ya basta”, coreaban los manifestantes en varios puntos de la capital, en alusión a la rebelión que derrocó al presidente Zine El Abidine Ben Alí, tras 23 años de poder autoritario.

La Revolución de los Jazmines de Túnez creó una fuerte onda expansiva en el mundo árabe, al comenzar por Egipto, donde ayer continuaron violentas manifestaciones en reclamo de la renuncia del presidente Hosni Mubarak, en el poder desde hace 30 años.

Pero el ministro yemení del Interior, Motahar Rashad al Masri, descartó cualquier similitud de situaciones.

“Yemen no es como Túnez; es un país democrático” y las protestas son pacíficas, declaró Al Masri a la AFP.

Los manifestantes no eran de ese parecer, y exigían un cambio de régimen. “No a una extensión del mandato (de Saleh)”, “La hora del cambio ha llegado”, gritaban los participantes en el acto convocado por una coalición de partidos opositores.

“Estamos aquí para exigir la partida del presidente Saleh y de su gobierno corrupto”, dijo en una arenga el diputado Abdemalik Al Qasus, del partido islamista Al Islá.

Las concentraciones se llevaron a cabo en cuatro puntos distintos de Saná, con el objetivo de dispersar a las fuerzas de seguridad, según uno de los organizadores.

Las fuerzas antimotines se mantenían a distancia, aunque desplegaron refuerzos frente al ministerio del Interior y el Banco Central. El Congreso Popular General (CPG, partido oficialista) organizó igualmente cuatro contramanifestaciones, que congregaron a miles de yemeníes.

“No derriben a la democracia y la Constitución”, decía una de las pancartas. Las protestas se multiplicaron en los últimos días en este paupérrimo país del sur de la península arábiga.

El gobierno anunció esta semana aumentos salariales. Con esa medida, pretende “prevenir problemas similares a los de Túnez”, dijo a la AFP el analista yemení Mustafá Nasr.

El Movimiento Sudista (separatista) también organizó manifestaciones en varias ciudades, entre ellas Daleh, Habilayn, Loder y Ezzan, al grito de “Revolución, revolución en el Sur” y “Antes morir libres que aceptar la ocupación”, según participantes.

Saleh, en el poder desde 1978, convalidó su mandato por sufragio universal en 1999 y fue reelecto en 2006 por un mandato que terminará en 2013. Pero el parlamento discute un proyecto de enmienda constitucional que podría abrirle el camino a una presidencia vitalicia.

Según la oposición, Saleh, de 68 años, pretende transmitirle el poder a su hijo Ahmad, jefe de la Guardia Republicana, un cuerpo de élite del Ejército.

El mandatario rechazó esas acusaciones en una alocución televisiva el domingo por la noche. “Somos una república, y estoy contra la transmisión (hereditaria) del poder”, proclamó. Las manifestaciones de ayer se inscriben en una serie de protestas organizadas por la oposición de cara a las elecciones legislativas del próximo 27 de abril.

En tanto, siguieron los enfrentamientos en Egipto, y hay tensión en países como Argelia, Libia y Marruecos.

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