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Inflación

Revelan subas excesivas en medicamentos

Empleados de Comercio realizó un relevamiento que detectó aumentos de hasta el 176 por ciento.


Tras detallados estudios sobre los supermercados, para analiza la evolución de los precios de los alimentos, el Sindicato de Empleados de Comercio de Rosario realizó ahora un relevamiento para medir el comportamiento del valor de los medicamentos en la ciudad; para ello comparó lo que salían en noviembre de 2015 con diciembre de ese año y enero de este 2016. De allí surge que la industria farmacéutica realizó remarcaciones en algunos productos –la mayoría de alta rotación– que llegan al 176 por ciento en el lapso de pocas semanas.

Los laboratorios que aplicaron estos aumentos desmedidos son multinacionales como Bayer, Boehringer, Roemmers y Pfizer, entre otros, y según destacaron desde el gremio las gigantescas ganancias son giradas en su mayoría a las casas centrales que tienen en el exterior sin siquiera hacerlas “circular” en el mercado interno.

Según el informe, en el tope de los aumentos se encuentra la Aspirineta, cuyo blister de 14 unidades aumentó el 176 por ciento, pasando de los 5,99 pesos que salía en noviembre de 2015 a los 16,50 pesos de enero de este año. La Bayaspirina en su versión de 10 unidades pasó de 4,16 pesos a 7,90 pesos, un 90 por ciento de aumento en el mismo lapso.

Siempre en el mismo período, la Cafiaspirina por 10 comprimidos pasó de 4,36 pesos a 7,90 pesos, un 81,5 por ciento de incremento. Todos estos productos pertenecen a laboratorios Bayer.

En el caso de Boehringer, la Buscapina por 3 comprimidos pasó de 12,96 pesos a 22,53 pesos, lo que significó un aumento del 74 por ciento en dos meses. Por su parte, el laboratorio Gador incrementó en el lapso de 60 días el precio de la droga atenolol 50 por 28 comprimidos de los 35,95 pesos que estaba en noviembre de 2015 a 53,55 pesos en enero de este año, lo que significa un 50 por ciento acumulado.

El medicamento producido por Roemmers que más aumentó fue el Sertal Compuesto, que en su versión de 10 comprimidos pasó de costar 23,28 pesos a 29,15 pesos de noviembre a enero, lo que significa un 26 por ciento de aumento en tan solo dos meses.

Otros medicamentos que tuvieron subas significativas fueron el Neumoterol y el Euthyrox, del 40 por ciento; la Levotiroxina, del 32 por ciento y el Diclomar del 25 por ciento.

En el caso de los laboratorios Pfizer, el Ibupirac 400 de 10 comprimidos pasó de 15,90 pesos a 18,02, un 14 por ciento.

Alevosos

Según contó el secretario de Cultura del Sindicato de Empleados de Comercio, Sebastián Ferro, estos informes que comenzaron hace un tiempo con los supermercados, donde se muestra a qué precio compran las grandes cadenas y a qué precio terminan los productos en las góndolas, ahora comenzaron también a hacerse en el costo de los medicamentos.

“Nos pareció que aparte de la comida otro ámbito muy importante en la vida de los trabajadores era el acceso a los remedios, a los medicamentos, a la cuestión de la salud. Lo que descubrimos es que hubo una serie de aumentos, mas que nada a partir del 15 de diciembre que fueron alevosos. En su mayoría se trata de laboratorios multinacionales que para colmo se siguen llevando las ganancias afuera, a sus casas centrales, por lo que ni siquiera estamos hablando de plata que se queda circulando en el país”, indicó.

“Ahora hablan que van a crear organismos que controlen los precios, nosotros lo que decimos es que este gobierno habla de la libre estabilidad de los precios, de la dinámica de la oferta y la demanda, y la verdad es que los trabajadores no tienen ninguna incidencia en eso. Lo único que ven es que su salario es cada vez menor justamente por el aumento desmedido de los productos, muchos de ellos de primera necesidad, por lo que además son rehenes de la situación”, continuó.

El referente de los empleados de comercio no dudó en aplicar la palabra “saqueo” para describir la acción que están llevando adelante la mayoría de los grandes laboratorios en el país. “Estamos ante una situación de aumentos usurarios que ni siquiera coinciden con la inflación, que ya de por sí es alta, sino que son cifras mucho mayores y que no tienen una explicación racional. Es aumentar por aumentar, con una codicia que no tiene límites. Lo paradójico, al igual que pasa con las grandes cadenas de supermercados, es que en otros países no hacen lo mismo”, indicó.

“Lo que hay acá es una tremenda ausencia de controles que sirvan para cuidar a la población. Este informe lo hicimos en Rosario y lo estamos repartiendo en sindicatos, en el Congreso y en demás organizaciones en Buenos Aires para que sirva como referencia ahora que se van a iniciar la mayoría de las discusiones paritarias”, concluyó.

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