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Retrato de prostitutas italianas que resistieron al fascismo

El sello rosarino Le Pecore Nere tradujo al español “Putas antifascistas”, del italiano Matteo Dalena, fiel a su premisa de publicar obras con impronta “glocal” (global y local), que nacen en un lugar definido pero plantean problemáticas universales


Regina Cellino dirige la editorial Le Pecore Nere junto a su colega italiana María Pina Iannuzzi.

Pau Turina / Especial para El Ciudadano

Regina Cellino dirige la editorial Le Pecore Nere junto a su colega italiana María Pina Iannuzzi que vive en Cosenza, Italia. Le Pecore Nere es un sello editorial trasnacional que tiene como fin –o como principio– ser un espacio literario que dé lugar a distintas voces, especialmente a las tramas literarias modernas y contemporáneas que permitan forjar puentes entre Italia y Argentina. En este sentido, se proponen editar y publicar autores cuyas escrituras tengan una impronta “glocal” (global y local), es decir, obras que nacen en un territorio definido pero que, al mismo tiempo, son capaces de hablar o interrogar a partir de problemáticas universales.

Al rescate de las experiencias

Siguiendo esta premisa, este mes publicarán Putas antifascistas. Historias desde el margen, del escritor italiano Matteo Dalena y cuya traducción es de Cellino. El libro de crónicas tiene como protagonistas a veintisiete mujeres italianas que realizaban trabajo sexual, catalogadas como mujeres de sentimientos antifascistas en el Registro de Antecedentes Político Central. Las vidas de Agnese, Emilia, Palmira, Filomena, María, Celestina, Giuseppa, perseguidas durante el régimen fascista desde 1927 hasta 1942, resurgen gracias a esta apasionante investigación histórica.
Pero, ¿por qué cómo editoras tomar la decisión de traducir y publicar en Argentina este libro? “Lo interesante es que, si no hubiera sido por el trabajo de Dalena, estas mujeres hubieran caído en el hueco de la historia; él rescata sus experiencias y les pone voz”, menciona Cellino.

Y señala: “Subversivas, amantes de anarquistas, o simplemente criminales, según el fascismo, convirtieron sus cuerpos en instrumentos de resistencia. Algunas de ellas fueron multadas, sancionadas; otras fueron apresadas, confinadas e incluso internadas en psiquiátricos, y luego lanzadas al olvido. Historias de vida dejadas de lado porque incomodaban al sistema. Pero sobre todo porque eran encantadoras, pequeñas, ambiguas y difíciles de atrapar. Figuras borradas, mujeres que viven en los bajos de una ciudad en decadencia donde la prostitución es la antesala del crimen y, al mismo tiempo, conforma un depósito para la cotidiana resistencia contra el fascismo”.

Categorías establecidas

“Matteo Dalena afirma que las categorías marginal y de centro son siempre categorías establecidas: hay alguien que dice qué es marginal y qué no. Hace bastante que vengo estudiando el tema de los márgenes, y me interesa pensar que desde Rosario podemos hacer un aporte a esta mirada, a construir debate, textos, libros de crónicas y relatos de microhistorias, para dejar de pensar a la historia con mayúscula”, cuenta la traductora.
En el libro, el autor puso en consideración que estas mujeres representaban el opuesto exacto del modelo fascista de mujer-esposa-madre. Es decir, estas mujeres se ubicaban en oposición a la mujer relegada al ámbito privado, a la esfera interna, doméstica, dedicada únicamente al cuidado y a la perpetuación del varón fascista.

Un término incómodo

Según reflexiona la editora, siempre se colocó el cuerpo de estas mujeres en discusión a través de la mirada médica, policial, pero nunca nadie se preguntó sobre el deseo de sus cuerpos, ya que en definitiva deberían haber gozado de su cuerpo y su libertad. Cellino reflexiona sobre la fortaleza del título: Putas antifascistas…, y piensa que puede llegar a despertar cierta inquietud ya que no es costumbre que un libro lleve en su título la palabra “putas”. “Creo que tiene que ver con preguntarnos por qué todavía –a una parte de la sociedad– le sigue incomodando el término. Siempre fue un tema tabú, porque lo que incomoda es pensar que una mujer pueda usar su cuerpo como medio de subsistencia”, sostiene. Este libro, publicado en Italia por la editorial Ilfilorosso y que actualmente va por la tercera edición, fue recibido exitosamente por el público y por la crítica. El libro que formará parte de la colección Narrativas breves abrirá el camino a publicar en la editorial mayor cantidad de narrativa de no ficción.

La primera y única foto

Además de la interesante investigación, un elemento que se destaca son las fotografías de las mujeres que acompañan el libro. Según el autor, son rostros sometidos a la marginalidad que se topan con la experimentación de los modernos métodos de registro de los delincuentes, ya que las fotos fueron sacadas por la policía. “Son mujeres que probablemente por primera vez se encontraron delante de una cámara fotográfica: en muchos casos se trata de la primera y única foto de su vida”, dice la traductora. Humilladas, vivieron traslados forzados, visitas ginecológicas obligatorias, entre otros padecimientos y maltratos en el marco de situaciones de encierro.

Puentes entre Italia y Argentina

¿Cuáles son las similitudes entre lo que plantea este libro, basado en hechos concretos sucedidos en Italia, con nuestra propia historia? Respondiendo a esta pregunta, la traductora dice que el escritor considera que tanto sus abuelos como sus padres encontraron en Argentina una tierra de refugio que significaba trabajo, pan, amor y anarquía. Y, en ese sentido, el escritor piensa que leer el tiempo de la dictadura (fascismo) y los modos que tuvieron estas mujeres puede servir para reactivar en algunos el recuerdo de una historia con características en común, hecha de sufrimientos y humillaciones pero también llena de orgullo y de dignidad.

Para nombrar a las mujeres que hacen trabajo sexual

La presentación de Putas antifascistas. Historias desde el margen será el martes 7 de mayo a las 19 en la Facultad de Humanidades y Artes. Acompañarán a la traductora la periodista Laura Hintze, quien realizó el prólogo del libro, y Georgina Orellano, la secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina en Acción por Nuestros Derechos (Ammar). Cellino dice que su intención es que el libro pueda generar un puente. “Más allá del libro, lo que queremos trabajar en la presentación es el tema del lenguaje, de las palabras y de cómo nombramos a las mujeres que hoy realizan trabajo sexual”, señala.

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