Ciudad

Restaurar el esplendor

En pocos meses comienzan las tareas de reparación de la fachada del Club Español, un trabajo interdisciplinario que contará con el financiamiento de la institución y de la Municipalidad de Rosario.

Por: Agustín Aranda

La restauración de la fachada del Club Español, ubicado en Rioja entre Sarmiento y San Martín, podría darse en pocos meses. El proyecto cofinanciado entre la institución y el municipio está terminado y sólo falta la firma. Las obras incluyen distintas tareas de mantenimiento edilicio a cargo del  Programa de Preservación y Rehabilitación del Patrimonio de la Municipalidad de Rosario. “Queremos volver a darle esplendor a la obra”, afirmó Maria Laura Fernández de la repartición municipal.

En poco tiempo es posible que, al caminar por Rioja entre las calles San Martín y Sarmiento,  lejos de mirar para el piso, tengamos la oportunidad de apreciar una de las obras arquitectónicas más emblemáticas de la ciudad, ya declarada de valor histórico por las instancias municipal, provincial y nacional. Es que ya está terminado el proyecto de restauración de la fachada del Club Español, de Rioja 1052.

A cargo del Programa de Preservación y Rehabilitación del Patrimonio, dependiente de la Secretaría de Planeamiento municipal, la iniciativa destinada a revalorizar el patrimonio arquitectónico local podría comenzar a plasmar las primeras tareas sobre el extenso frente del antiguo edifico céntrico en pocos meses.

Mantenimiento

Maria Laura Fernández, a cargo del Programa de Preservación y Rehabilitación del Patrimonio, dentro de la Secretaría de Planeamiento municipal, dijo: “Esta restauración es un tema delicado, porque implica prestar especial atención en aras de mantener la técnica e impronta de la arquitectura original del edificio. Queremos volver a darle esplendor a la obra”.

La iniciativa conjunta entre municipio y la entidad hispánica prevé que la ciudad aporte un porcentaje menor del total necesario para la obra. El mismo provendría, según Fernández, del Fondo de Preservación, que se creó mediante la ordenanza Nº 5.278 en 1991. “Planteamos un esfuerzo compartido, donde se aporta de un porcentaje económico al total de la obra, de 400 mil pesos”, afirmó la arquitecta. En tanto, el resto del dinero para la obra provendría de la institución española.

Detrás de la pintura

En dialogo con El Ciudadano, el restaurador a cargo del proyecto, Gustavo Fernetti, aseguró que tras una serie de relevamientos edilicios sobre las patologías de la fachada del edificio no arrojaron resultados definitivos sobre el daño real de la estructura. “La fachada tiene varias pintadas –algunas datan de entre 25 y 30 años–, por lo que no sabemos con qué nos vamos a encontrar. Es probable que sean fisuras y grietas o filtraciones debajo de los balcones, por ejemplo”. Según Fernetti, el edificio no está en malas condiciones, por lo que la inversión necesaria no sería exorbitante. “Más allá de las tareas de revoque, son arreglos puntuales, como el piso de los balcones o las aberturas”, dijo.

Al respecto, Alicia Ponce, administradora del Club Español señaló que desde que se construyó el edificio solamente ha habido trabajos menores en la fachada. “Después hubo pintura, sobre pintura, sobre pintura”, aclaró. Y agregó: “Hace entre 5 y 7 años se restauró la marquesina de hierro porque se venía abajo. El resto han sido parches y pintura”.

Espíritu interdisciplinario

“Nosotros trabajamos con la teoría Restauro Crítico. Planteamos una consulta del proyecto a una comisión interdisciplinaria –arquitectos, contratistas, albañiles– previo al comienzo de la obra. Ponemos arriba de la mesa qué queremos hacer y se pone en crisis las decisiones”, afirmó Fernetti acerca del modo de trabajo utilizado para proyectar las tareas de restauración dentro de la repartición municipal. “Por ejemplo, para restaurar el sector que se encuentra debajo de los balcones hay que retirar la marquesina. Entonces, se planteó desde distintas aristas cuáles serían las repercusiones de sacarlo. Consultamos con albañiles, arquitectos, contratistas y nos dijeron que sólo se podía sacar pieza por pieza sin dañar la estructura. Es un sistema no autoritario”, dijo.

Además, el profesional aseguró que forman parte de dicho equipo interdisciplinario egresados y restauradores involucrados en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Comentarios