Región

Olio sigue operando dos plantas

Respiro para los trabajadores de Vicentin llega de la mano de un grupo santafesino en ascenso

La empresa de origen familiar busca integrar la cadena de valor alimenticia y está enfocada en la exportación. Con la cerealera vaciada da otro paso iniciado el año pasado con la fusión con un frigorífico entrerriano y una marca con base en Rosario


El juez de Reconquista Fabián Lorenzini homologó un contrato de fasón –manufactura por terceros– entre el Grupo Olio (empresa familiar de origen santafesino) y la cerealera Vicentin para operar en las plantas de San Lorenzo y Ricardone en Santa Fe. Es por el término de un año y está destinado a la molienda de soja y girasol, lo que asegura la continuidad de la agroexportadora y parte de sus empleados mientras se lleva adelante el proceso concursal. El alivio llega de la mano de un consorcio de la misma provincia que, a contramano de la vaciada empresa del norte santafesino, mostró desde el año pasado una voluntad de ganar espacio en el negocio alimenticio global.

Lorenzini, titular del juzgado Civil y Comercial 2, resolvió a partir del pedido presentado a fines de septiembre por los apoderados de Vicentin, quienes solicitaron autorización para firmar tres convenios para darle continuidad a la tarea que viene realizando el Grupo Olio, y que le permitieron a Vicentin mantener activas sus plantas, recibir ingresos y pagar los sueldos.

El Grupo Olio, conformado por capitales santafesinos, es un jugador creciente en el mercado de alimentos y compite en el negocio agroexportador contra empresas globales internacionales que operan en la Argentina.

El juez Lorenzini aprobó los contratos de fasón del Grupo Olio con Vicentin

En mayo, su CEO, Fernando Jurado, celebró un acuerdo de fasón con Vicentin para la utilización de las plantas, lo que generó una molienda de 60 mil toneladas por mes, número que con la renovación del contrato espera llevar a 350 mil, de las cuales 300 mil serán de soja y 50 mil de girasol.

“Firmamos el contrato antes de que se desatara toda esta situación actual, y nos permite ingresar al mercado del aceite y de la harina de soja. Lo estamos haciendo muy bien, de la mano de empresas serias y fuertes”, había declarado Jurado en junio, tras la firma de un primer contrato ahora extendido.

Antes de la homologación, el juez Lorenzini recibió el visto bueno de la renovación de los contratos por parte de los síndicos del concurso y de dos de los tres veedores (uno se abstuvo).

La operación de las dos plantas de Vicentín por parte del Grupo Olio le permitirá a Vicentin hacerse de unos 100 millones de dólares al cabo de un año, monto estimado que depende del valor de la divisa fijado en los contratos.

Otro actor para la exportación con presencia en las camisetas

“Nuestro negocio está enfocado principalmente a la exportación, lo que vendemos al mercado interno no supera el 10% de lo que faenamos”, señaló hace unos meses el CEO de Olio al portal Bichos de Campo.

El año pasado, como parte de una escalada en sus negocios y antes de firmar el primer contrato con la vaciada Vicentin, el grupo se fusionó con el Frigorífico Alberdi, en Entre Ríos, como parte de sus planes de expansión. Y lanzó en la misma época la marca “Argentio”, mediante la cual comercializará de Rosario a Europa productos premium de exportación, como vinos, carnes, arvejas, aceite de oliva, soja, garbanzos y aceitunas.

La compra del frigorífico apunta a ocupar un lugar en el jugoso negocio de los cortes premium para el exterior. “Estaba habilitado para Rusia, pero logramos las habilitaciones para China y Estados Unidos también, lo que hizo que la empresa pudiera ganar competitividad hacia mercados externos. Tiene todavía una porción pequeña de Cuota Hilton –cortes de mayor precio–, pero creemos que creceremos ahí también”, explicó Jurado hace cuatro meses al mismo portal agropecuario.

Las compras, el contrato con Vicentin y la nueva marca con base en Rosario apuntan a integrar a toda la cadena de valor agregado. “La compra de granos y exportación a través de la Sociedad Díaz&Forti, una operación de administración y manejo de campos mixtos en la zona de Rufino, al sur de Santa Fe, donde criamos unas dos mil cabezas de ganado. Y quisimos buscar el tercer camino, que consistía en poder meternos en la cadena comercial, siempre pensando en el mercado de exportación de la carne, que es donde creemos que conocemos un poco más a nuestra clientela. Así surgió incorporar al frigorífico Alberdi”, detalló el CEO de Olio.

La cría de ganado del grupo es a través de la sociedad anónima Los Reartes, que tiene tres estancias y sede administrativa en los edificios de Puerto Norte, en Rosario.

Además, el grupo se jacta en su página web de ser “la primera empresa agroindustrial en pautar de forma simultánea con los dos clubes de fútbol más representativos de Rosario”. Primero firmaron para que su logo esté en la casaca de Rosario Central, y en agosto pasado hicieron lo propio con Newell’s.

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