Economía

Más problemas para Vicentin

Reportes secretos de los Estados Unidos ponen la lupa en la sociedad entre Vicentin y Glencore

Vicentin Paraguay, subsidiaria de la agroexportadora oriunda de Avellaneda, aparece mencionada en informes de 2014 y 2015 de la unidad antilavado de los Estados Unidos por sus transacciones con Glencore Grain. Desde la empresa sostienen que todas las operaciones fueron legales.


La agroexportadora santafesina Vicentin aparece mencionada en reportes secretos Unidad de la Inteligencia Financiera del Tesoro de los Estados Unidos (FinCEN, su sigla en inglés) por operaciones millonarias con la multinacional de granos Glencore, acusada en ese país por pago de sobornos.

Según los documentos del FinCEN Files filtrados a la prensa, en 2015 la agroexportadora argentina quedó en la mira de los Estados Unidos por haber recibido más de 12,6 millones de dólares de parte de Glencore en su sucursal de Paraguay. Desde Vicentin aseguraron que fue una operatoria comercial habitual.

No obstante, la empresa cerealera fue denunciada este año, ante la Justicia, por las actuales autoridades del Banco Nación, la Unidad de Información Financiera (UIF) y la AFIP por presunto lavado de dinero, evasión, fraude y facturación apócrifa. Mucho antes, entre 2014 y 2015, la firma oriunda de Avellaneda ya estaba en la mira del Tesoro de los Estados Unidos por su vinculación con Glencore.

Según un informe del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), en 2014 y 2015 el Deutsche Bank de Nueva York emitió dos reportes de operaciones sospechosas referidos a Glencore Grain, por las acusaciones de haber pagados sobornos a funcionarios en el extranjero.

En uno de esos reportes se menciona una nota de Reuters que señala que, en junio de 2012, “un tribunal belga condenó a una filial de Glencore por sobornar a un funcionario de la Unión Europea a cambio de información sensible al mercado. Glencore Grain Rotterdam, parte del mayor comerciante de materias primas diversificadas del mundo, fue declarado culpable de pagar al funcionario grandes facturas de teléfonos móviles y vacaciones en Francia para obtener información sobre los subsidios a los cereales”.

Los reportes de operaciones sospechosas del Deutsche Bank ante la Unidad de Inteligencia Financiera del Tesoro de los Estados Unidos se originaron también porque “el propósito comercial de las transacciones no pudo ser confirmado” y “la relación entre las partes no pudo ser determinada”, indica el informe publicado en nuestro país por Infobae y Perfil, dos de los medios que integran el ICIJ.

Los documentos forman parte de FinCEN Files, una investigación global basada en más de 2100 registros con informes de transacciones sospechosas reportadas por bancos norteamericanos ante la unidad antilavado de los Estados Unidos, para ayudar a detectar y prevenir maniobras de lavado de dinero u otros delitos económicos.

Esos documentos fueron obtenidos por BuzzFeed News y compartidos con el ICIJ, una organización con sede en Washington que cuenta con 400 periodistas asociados de 109 medios de todo el mundo.

El primero de los informes secretos de la FinCEN fue emitido el 8 de mayo de 2014 e identificó 773 transacciones por casi 567 millones de dólares realizadas por Glencore Grain entre noviembre de 2013 y abril de 2014. Vicentin Paraguay figuró como una de las seis “contrapartes” reportadas en estos giros de la subsidiaria agrícola de Glencore Internacional. Sin embargo, las autoridades norteamericanas no especificaron en el reporte el monto de las operaciones entre ambas empresas en ese período.

En el segundo de los informes confidenciales, emitido el 14 de julio de 2015, la FinCEN reportó 310 transacciones por más de 259 millones de dólares en un mes, entre mayo y junio del 2015. De ese monto, 12,6 millones de dólares fueron destinados a Vicentin Paraguay.

Fuentes de Vicentin señalaron a Infobae que “a partir del 12 marzo de 2014 le vendimos 16.500 toneladas de soja a Glencore por 8 millones de dólares”. Según precisaron, durante ese año Vicentin Paraguay le exportó a esa firma 207 mil toneladas de soja paraguaya. “Fueron seis barcos, por 105 millones de dólares en todo el año, para que Glencore la vendiera a su vez en la Unión Europea y otros destinos”, agregaron.

A partir de las restricciones impuestas por el gobierno nacional desde 2009, Vicentin Paraguay decidió comerciar directamente con los grandes traders multinacionales sin pasar por su casa matriz en la Argentina. Según un informe actual del Banco Nación, en ese período la subsidiaria paraguaya trianguló muchas de sus operaciones a través de su filial Vicentin Uruguay, que concentró entre el 70 y el 78% de la facturación de las exportaciones de Vicentin Paraguay.

Esta operatoria fue la que llevó al Banco Nación a denunciar en la Justicia el supuesto “vaciamiento” de la agroexportadora por parte de sus propios directivos. “A partir de 2013 el Grupo Vicentin llevó adelante un desdoblamiento e internacionalización de su estructura empresarial. Como parte de ese proceso, se crearon empresas holding en Uruguay a las cuales se les transfirió activos. El desdoblamiento de la estructura corporativa les permitió a los accionistas vender las participaciones de algunas de las principales empresas (por ejemplo Friar) luego de que Vicentin SAIC entrara en concurso de acreedores”, señala el informe del Banco Nación presentado en la causa judicial.

Glencore International, la mayor comercializadora de materias primas a nivel global, tiene una subsidiaria dedica a granos y semillas, Glencore Grain, que es cliente de Vicentin. Ante la filtración de documentos de la FinCEN, la agroexportadora de Avellaneda hizo una defensa de su operatoria con Glencore: “Es uno de los traders más importantes del mundo en este negocio. No solo nosotros tenemos relaciones con Glencore, todo el mercado la tiene. Además somos socios en Renova”.

En efecto, Renova y Vicentin montaron una planta de biodiésel en la ciudad de San Lorenzo en 2006, luego abrieron otra planta en Timbúes y operan en conjunto el puerto de esa localidad. “La fundamos para incursionar en ese negocio, cuando aún no se hablaba de biocombustibles y Glencore ya tenía una planta más chica en Ucrania. Hoy es una de las más grandes del mundo. A ellos les sirvió asociarse con Vicentin, uno de los principales crusher de soja nacional”, señalaron desde la empresa concursada.

En 2010 las dos firmas incorporaron a un tercer socio: Molinos Río de la Plata. Pero cuatro años más tarde, en 2014, le compraron su 33% a esa empresa de la familia Perez Companc y, a partir de ese momento, Vicentin SAIC se quedó con el 33,33% de Renova y Vicentin Paraguay con el 16,67%, la mitad del porcentaje que tenía Molinos. El otro 16,67% lo compró Glencore a través de una de sus empresas. Así, el grupo Vicentin y la multinacional de venta de granos pasaron a ser dueñas de Renova en un 50% cada una.

En diciembre del año pasado, cuando la situación financiera del holding se agravó por la deuda en dólares acumulada con acreedores nacionales y extranjeros, Vicentin Paraguay decidió venderle el 16,67% de las acciones que tenía en Renova a Oleaginosa Moreno, controlada por Glencore, a través de una empresa vinculada, Renaisco BV. La venta se concretó en 122,7 millones de dólares.

En la denuncia del gobierno nacional, acusan a Vicentin de haberse valido de la red de sociedades offshore de Glencore para sacar divisas al exterior y lavar dinero, una sospecha compartida por abogados que representan a los acreedores de Vicentin. Desde la empresa negaron enfáticamente la acusación: “Eso es ridículo”, replicaron.

Además de una presunta evasión, lavado y fuga de capitales, las denuncias del Banco Nación y la UIF contra Vicentin hacen referencia a maniobras de fraude y vaciamiento empresario. Se basan en que la firma pasó de ser la sexta empresa con mayor facturación del país en 2018 a declararse en cesación de pagos a finales de 2019 y pedir el concurso de acreedores en febrero de 2020.

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