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Reiterados cuentos del tío

Marcela Canavesio, a cargo de la Oficina Judicial de Causas con Imputados No Individualizados, dio una serie de recomendaciones ante sucesivos robos a ancianos en distintas zonas utilizando engaños.

La titular de la Oficina Judicial de Causas con Imputados No Individualizados (NN), Marcela Canavesio, alertó a la población sobre el aumento de robos en los que sujetos se hacen pasar por operarios de empresas de servicios con el objetivo de ingresar a las viviendas y perpetrar robos. Por lo general, las víctimas son personas ancianas que viven solas. La fiscal dio a conocer los pormenores de los golpes para prevenir a las potenciales víctimas.

La fiscal Marcela Canavesio dialogó con El Ciudadano y contó que desde abril pasado hasta la fecha se contabilizaron diez hechos similares. En cuatro de ellos, los ladrones se hicieron pasar por empleados de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), en dos dijeron ser operarios de Litoral Gas, y en otros cuatro dos mujeres se hacen pasar por trabajadoras municipales que ofrecían a jubilados exenciones impositivas.

La modalidad se repitió en cada uno de los casos. Sin embargo, las zonas en las que se registraron los golpes fueron variando. El último caso se registró el miércoles de la semana pasada y tuvo como blanco a un hombre de 84 años que vive en Alvear al 2700.

Canavesio explicó que las denuncias, radicadas en general por personas mayores, tiene como punto de concordancia un discurso sobre una falla, un exceso en el consumo o la exención de pagar las tasas municipales para que las víctimas permitan el ingreso a su vivienda.

“La modalidad delictiva ronda los mismos ardides que salieron a la luz en marzo pasado, cuando la EPE tuvo que sacar un comunicado para informar cómo deben proceder sus operarios, porque se habían registrado asaltos realizados por ladrones que decían venir de parte de esa empresa”, indicó la fiscal.

“Para el caso que involucra a los servicios de gas y la luz, el engaño consiste en que dos hombres se presentan en una vivienda donde vive una persona de la tercera edad. Mientras uno se presenta y le dice al anciano o anciana que tiene un gasto enorme de energía o una pérdida de gas, el otro simula que controla números en el medidor”, explicó Canavesio.

“Esta acción lleva a que la víctima se convenza de los fundamentos de los falsos operarios y los dejen entrar para revisar sus artefactos. Tras el ingreso, los ladrones exponen toda su capacidad para entretener a la persona. Así, mientras uno conversa con el abuelo o abuela, el otro revisa las pertenencias y guarda el botín”, agregó la fiscal, quien resaltó que los asaltantes no llevan los uniformes de la empresa ni exhiben identificación alguna.

Por su parte, con respecto al engaño que llevan adelante dos mujeres que dicen estar relevando datos para que los adultos mayores no paguen el impuesto municipal, Canavesio especificó que el mecanismo es siempre el mismo y que las involucradas llevan consigo sólo un sello con la inscripción que reza “exento”.

“Son dos mujeres que entran a los hogares de sus víctimas con el argumento de estar realizando un relevamiento de datos para que las personas mayores dejen de abonar la tasa municipal e incluso hablan sobre la Administración Provincial de Impuestos (API) y aseguran que tienen que recorrer la vivienda”, dijo la titular de la Oficina de NN. Así, Una vez que el dúo de falsas empleadas públicas se retiran de las casas, sus víctimas descubren que se llevaron algo más que detalles arquitectónicos. “Generalmente son sumas de dinero”, indicó la funcionaria.

Además, la fiscal de NN recalcó que la investigación en algunos de estos casos se torna compleja por tratarse de personas mayores. En este sentido, recomendó que cuando se hagan presentes operarios que soliciten el ingreso al interior de un domicilio se pidan credenciales, se busque la presencia de un familiar, un vecino o se comunique con la empresa para corroborar que se trate de personal fidedigno.

El último hecho

El último caso registrado ocurrió el miércoles pasado a la mañana, cuando dos personas vestidas con ropas similares a las que usa el personal de la EPE engañaron a Luis F., de 84 años, y le sacaron parte del sueldo y el aguinaldo que el hombre había guardado en el dormitorio de su casa de Alvear al 2700.

“El anciano estaba a punto de ingresar a la casa, uno de los falsos operarios se acercó y, luego de saludarlo, le dijo que –junto con su compañero– estaban revisando los medidores de luz. El hombre les dijo que estaba todo bien, que trabajaran tranquilos, y se metió en su casa. Pero pocos minutos después tocaron a se puerta y cuando Luis abrió vio que era el muchacho que un ratito antes había hablado con él en la vereda”, indicaron los voceros en dicha oportunidad.

“Abuelito, esto está comiendo una barbaridad”, le habría dicho el supuesto operario, en referencia al medidor de la EPE. “Hay que cambiarlo”, agregó, según el relato que la víctima dio en sede policial. Al escuchar esto, Luis les dijo que lo cambiaran.

Sin embargo, sus intenciones eran otras. Uno de los supuestos trabajadores dijo que tenía que ingresar a la casa para revisar los tapones. La víctima le abrió la puerta, que dejó abierta. Instantes después, quien estaba en el interior de la casa le dijo a Luis que le alcanzara la factura de la EPE para poder verificar que estaba gastando mucho y también anotar el número de cliente para hacer el reclamo y lograr que le descuenten lo cobrado de más. Al cabo de unos minutos, el empleado dio por terminado su trabajo, por lo que el anciano lo acompañó hasta la puerta.

Luego de despedirse y cerrar, notó que su pieza estaba revuelta y al ingresar constató que le habían llevado 700 pesos que tenía guardados en un ropero, dinero que correspondía a parte de su jubilación y el aguinaldo, además de dos relojes.

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