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Pantalla chica

Regresa “La Voz Argentina”, el programa para descubrir nuevos talentos que llega con novedades 

Marley, conductor del envío que desde este jueves se podrá ver a partir de las 22.30 por la pantalla de Telefé, con un jurado integrado por La Sole, Lali Esposito, Ricardo Montaner y sus hijos Mau y Ricky, expresó: "Me encanta que explote el rating"


Conductor de los principales programas de Telefé de los últimos años, Alejandro Marley Wiebe dijo no sentir la presión del prime time y aseguró que en la actualidad no se desvive por el rating porque la prioridad pasa por su familia, en la previa al regreso de La Voz Argentina, que regresa a la pantalla este jueves, a las 22.30, por la pantalla de Telefé.

“Por suerte, tengo el ego bien ubicado. No tengo una enfermedad de egocentrismo. La prioridad hoy son mi hijo y mi familia. Me encanta que explote el rating, pero eso también tiene que ver con el tipo de programa que uno hace. Es más fácil lograr un mega éxito con La Voz o MasterCheff, que con uno de juegos o de viajes”, sostuvo el experimentado conductor en una entrevista con la agencia de noticias Télam, mientras de fondo se escuchaba jugar a su hijo Mirko.

“Yo la pasé genial con él”, acotó Marley sobre el tiempo de encierro en pandemia y mientras proyecta un nuevo programa de viajes algo que, dice, tendrá que reordenar una vez que Mirko comience la escolaridad obligatoria.

Nominado a los Premio Emmy como uno de los mejores programas de entretenimiento internacional en 2019, La Voz Argentina regresa a la pantalla de Telefé luego de tres años de ausencia y con la participación, como coaches, de Ricardo Montaner, Mau y Ricky, Lali Espósito y Soledad Pastorutti, además de contar con el “El Regreso”, el spin off digital conducido por Stefi Roitman junto a la quinta coach: Emilia Mernes.

“Estoy muy contento. Estaba con muchas ganas de que volviera. Fue nominado al Emmy en 2018 y es un orgullo que hayan elegido la edición argentina del reality para los premios. Yo creo que para su éxito tuvo mucho que ver que haya sido una emisión diaria, algo que no es común, junto con la emotividad que le damos los argentinos. Esa parte sentimental, que no la vemos en otros países, es única. Acá vemos a chicos que vienen de un pueblito y que se juegan todas las emociones por su sueño”, comentó el popular conductor.

Precisamente, sobre esa emotividad argentina que mencionó, Marley afirmó que los coach extranjeros también la adoptan: “Los latimos son de emocionarse. En la edición de Estados Unidos es todo más rápido, es como si se lo quisieran sacar de encima (risas). Acá lo vivimos de otra manera. Los que participan están viviendo un sueño. Y los coach, bueno, Ricardo (Montaner) es argentino, aunque haya vivido gran parte de su vida en Venezuela, y Mau y Ricky, si bien son venezolanos, creo que ya hasta tienen pasaporte argentino”.

Consultado sobre si la diferencia con la versión anglosajona se da porque también los participantes se pueden jugar el futuro económico, el conductor compartió: “Hay chicos que vienen de una clase baja, pero no son todos los casos. No tiene tanto que ver las condiciones, sino por el poder llegar y cumplir con su sueño. Por más que tengan dinero, acceder a lo que uno sueña en la vida es muy difícil. Los lugares que ocupan los grandes actores y cantantes son pocos, y acceder es muy difícil. Lo digo por experiencia, porque yo soy de clase media. Y cuando se dio de poder acceder, recuerdo la emoción. No tenía que ver con mi situación económica, sino con poder lograrlo. Son pocos los lugares que hay para poder llegar. Tener la oportunidad ya es un logro”.

Además, el conductor reveló, a su parecer, la receta del éxito del programa de nuevos talentos: “Tiene esas cosas de poder llegar a cumplir un sueño. El hecho de ver la vida real y no ficcionada llama la atención. Los realities de ver la familia de quien sea, como The Osbournes o The Kardashians, ese seguimiento diario, hay algo lindo en poder observar a una familia y saber que no es ficción. Te emociona diferente, porque una ficción te emociona también, pero cuando termina, sabés que eso no es parte de la realidad”.

Por otro lado, sostuvo que el éxito del programa tiene que ver con la combinación entre el trabajo del conductor y la propuesta del programa en si. “En mi caso, yo estoy metido en la producción. Por ejemplo: ahora tengo reuniones para ver cuándo vamos estar con Por el mundo. Yo ya estoy pensando en el siguiente programa. Por supuesto que tiene que ver el equipo de producción, que aporta los contenidos y las ideas. Hay veces que uno puede ser un buen conductor y llegarle a la gente, pero si no tenés un equipo que te sostiene, es imposible”.

Marca registrada

Si bien Marley tiene una especie de marca registrada con los programas de viajes, compartió que una vez que su hijo comience la escolaridad obligatoria, no será tan fácil emprender los recorridos por el mundo que también son uno de sus clásicos. “Vamos a tener que adaptarnos. Hoy está en sala de 3 y está en una escuela que le envían muchas cosas por una plataforma. Hoy puedo irme dos meses, pero ya después en la escolaridad me tendré que adaptar a sus tiempos. O hacemos el programa en el verano (risas). Vamos a buscarle la manera. No quiero cortarle a él esa posibilidad de ir a la escuela, la parte social, hacer amigos y tener compañeros. Eso te marca como adulto”, señaló.

Por otro lado, recordó cómo fue la convivencia en aislamiento del año pasado debido a la pandemia por el covid-19: “Teníamos nuestra rutina de cuentos y ejercicios. Fui de meterme bastante en la plataforma de aprendizaje y a través del juego aprendí mucho y aprovechamos para que aprenda inglés y alemán. Teníamos un juego que, visto a la distancia, es muy ridículo, porque en vez de salir a caminar nos subíamos a andar en auto por miedo al contagio ¿Cómo te vas a contagiar caminando por el barrio? (risas) Bueno, en ese juego, yo lo sentaba en el auto, dábamos una vuelta muy lenta mirando los autos y los colores. Él me hablaba en inglés y ese ejercicio lo hacíamos a la misma hora, hasta que nos cansamos y nos juntamos con los nenes del barrio, porque un día pasé por el Planetario y vi la alegría suya al ver a otro niño y dije: «No puede ser que esto esté pasando». Por más que uno trate de estar con él, es importante que conecte con chicos de su edad”.

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