La negociación entre el gobierno español, sindicatos y empresarios españoles para reformar el mercado laboral fracasó ayer, lo que obligará al Ejecutivo socialista que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero a adoptarla de forma unilateral –otra medida impopular tras aprobar el plan de austeridad– y así enfrentar una posible huelga general.
La última ronda de tratativas sobre la flexibilización laboral terminó durante la mañana de ayer tras más de 10 horas de negociación sin acuerdo entre el gobierno socialista, los principales sindicatos, Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) y la asociación de empresarios Ceoe.
El gobierno presentará hoy formalmente su propuesta a los agentes sociales y a los partidos políticos, cuyo apoyo necesita en el Congreso para aprobarla, pero aún sin conseguirlo por acuerdo ya adelantó que lo hará por decreto. Los sindicatos amenazaron con una huelga general si la reforma laboral se decidía sin consenso.
Pero esto no es todo, ya que la eurozona pidió a España más medidas de ajuste después de 2011 y el gobierno ya piensa en reformar las pensiones de jubilación para que la Seguridad Social sea sostenible dentro de dos o tres décadas, según un cable de AFP.
Zapatero adelantó que la propuesta del Ejecutivo se va a centrar, por una parte, en reducir los costos por despido “sin que pierdan derechos los trabajadores”, además de brindar mayor flexibilidad interna a las empresas, lo que afectará a la jornada, las condiciones de trabajo y regulación de salarios y convenios. Todas estas cuestiones han sido rechazadas por los sindicatos.
“Si la reforma tiene mayor número de apoyos será más exitosa, pero el gobierno tiene las ideas muy claras sobre lo que tiene que hacer”, dijo ayer el mandatario en rueda de prensa en Roma, donde se reunió con el papa Benedicto XVI y con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Zapatero defendió la postura gubernamental al afirmar que “cada vez que hay una crisis económica nuestra tasa de paro (desempleo) duplica la media europea”, para concluir que “hay que hacerle frente a esto con decisión”.
El presidente de cámara de la empresarios Ceoe, Gerardo Díaz Ferrán, lamentó en la radio Onda Cero que los sindicatos “no quieran ver la realidad” y no apoyen una reforma que están “clamando” las instituciones internacionales. Y confió en que el gobierno, que anunció que adoptará esta reforma incluso sin acuerdo, “esté a la altura de las circunstancias que necesita la economía del país y que exigen los mercados”.
La reforma, que demandan el FMI, los empresarios y numerosos economistas, pretende fomentar el empleo en un momento en que en España está desocupada más del 20 por ciento de la población activa, el doble que en la eurozona.
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