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Rechazan pedido de libertad

La Cámara Penal respaldó la decisión del juez Donnola y negó el pedido formulado por los abogados del dueño del boliche donde mataron a Pablo Conti para que su defendido siga el proceso fuera de la cárcel.

Los integrantes de la sala III de la Cámara de Apelaciones rechazaron el pedido de excarcelación del dueño del boliche Galileo, de la ciudad de Pérez, por el crimen de Pablo Conti, ocurrido hace poco más de cinco meses, por lo que continuará tras las rejas mientras dura el proceso. Anteayer se había realizado una protesta en la puerta de Tribunales por parte de familiares y amigos de la víctima, pidiendo que el imputado no quede en libertad por miedo a que se fugue.

Los jueces Otto Crippa García, Adolfo Prunotto Laborde y Ernesto Pangia no hicieron lugar al pedido de libertad hecho por los abogados defensores de Daniel Ángel Lungo a comienzos del mes pasado, rechazado en primera instancia por el juez de Instrucción Juan Andrés Donnola.

La defensa del propietario del boliche pidió a los magistrados que tuvieran en cuenta que Lungo no posee antecedentes, es “hijo de un médico legista de la Policía” de Santa Fe y “no es un sujeto peligroso procesalmente, inocente en tanto no se prueba lo contrario”.

Además, los abogados mencionaron que su defendido quedó “marcado” por el episodio ocurrido a principios de marzo, “que se ha quedado en el lugar tras el hecho, en el que sólo se ha defendido de una «patota» que asola la ciudad de Pérez”.

Los argumentos por los cuales Lungo seguirá detenido son los mismos por los cuales fue procesado, que no fueron tenidos en cuenta por los jueces a cargo de la sala  III de la Cámara de Apelaciones.

Además, no tuvieron en cuenta un escrito presentado por los defensores de Lungo, que fue avalado por 500 firmas de vecinos de la ciudad de Pérez, en apoyo al imputado. La nota, fechada el 20 de junio, pero presentada semanas después, sostiene que “la ciudad de Pérez hace demasiado tiempo que venía siendo atormentada por una patota y que el llamado (Pablo) Conti participaba activamente de ella. Nuestro vecino Daniel (en referencia a Lungo) no es un asesino, estamos seguros que obró bajo presión y que en definitiva tuvo que defenderse de esta patota”.

Anteayer, familiares y amigos de Pablo Conti realizaron una manifestación en la puerta de los Tribunales provinciales, exigiendo justicia y para pedir que el dueño del boliche siga tras las rejas y que no se le permita “permanecer durante el proceso en libertad” ya que según dijeron los allegados a la víctima si queda libre, tienen miedo que Lungo se vaya del país, ya que vivió casi 20 años en Centroamérica y “puede volver a irse porque tiene contactos”.

El homicidio de Pablo Javier Conti ocurrió en la madrugada del sábado 6 de marzo, durante una pelea que se produjo en la puerta del boliche Galileo, ubicado en la esquina de 9 de Julio y avenida Belgrano, en Pérez. Desde el mismo momento del hecho se escucharon varias versiones. Luego de tomar más de una docena de declaraciones, se concluyó que todo comenzó en el interior del boliche bailable, cuando un amigo de Conti discutió con Daniel Lungo. A raíz de esta pelea, los patovicas del lugar echaron a Conti y sus amigos. Enojados por la situación, intentaron ingresar nuevamente, pero los encargados de la seguridad se lo impidieron.

La pelea entonces siguió en la calle y luego en la plaza ubicada frente al boliche, donde los propietarios del boliche agredieron a Conti con un arma blanca, provocándole una “herida punzocortante en el tórax izquierdo que le perforó un ventrículo del corazón y que le provocó la muerte horas más tarde en el hospital Provincial”, especificó en su momento una fuente.

A esta versión –reconstruida en base a testimonios– se le sumó la palabra de varias personas que vieron salir “como loco” del boliche a Lungo e ir a atacar a Conti, quien pedía a gritos que pararan porque lo habían herido. Algunos incluso señalaron que el joven mostraba su pecho sangrando y decía «ya está, viejo» y para otros «paren, paren que me cortaron», pero sus atacantes no oyeron nada.

Ese sábado, amigos de la víctima prendieron fuego un auto Renault 12, que pertenecía a uno de los dueños y estaba estacionado frente al local; rompieron los vidrios de una clínica médica ubicada a una cuadra, propiedad del padre de Lungo, e incendiaron un Mazda color gris, propiedad del otro dueño de Galileo, procesado pero por lesiones leves.

A fines de junio pasado, los abogados de Lungo recusaron al juez de Instrucción 7, Juan Andrés Donnola, porque –según su criterio– el magistrado tenía un trato diferente entre las partes, hecho que fue negado por el juez antes de rechazar la recusación, por lo que los abogados elevaron el pedido a la Cámara de Apelaciones, que confirmaron la decisión de Donnola.

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