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Rebajan pena a homicida

La sala II de la Cámara de Apelaciones redujo de 18 a 12 años y medio la condena impuesta a una joven de 26 años por el asesinato del taxista Jorge Poremba, ocurrido en enero de 2006 en la zona sudoeste.

La Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Penal redujo de 18 a 12 años y medio de prisión la condena a una joven de 26 años que en 2007 fue encontrada culpable del homicidio del taxista Jorge Poremba, a quien mató para robarle en enero del año anterior en la zona sudoeste. La disminución de la pena fue resuelta luego que la Corte Suprema de la provincia decidiera revisar el fallo, después de que el defensor de la muchacha presentara un recurso de inconstitucionalidad. Es que como el juicio oral y público en el que la imputada fue condenada se realizó bajo las normas del antiguo código procesal penal, y estuvo a cargo de un tribunal de la Cámara, no estaba prevista la segunda instancia, por lo que la condena no podía ser apelada.

Los jueces Juvencio Liberal Mestres, Elena Ramón y Ramón Teordoro Ríos, integrantes de la sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario, resolvieron reducir la condena de Lucía Herrera, de 26 años, que en 2007 había sido condenada a 18 años de prisión de por homicidio de Jorge Poremba, un taxista asesinado en enero de 2006, durante un robo.

Tras una serie de consideraciones en base al argumento del defensor de la imputada, que consideró que la pena impuesta era excesiva y arbitraria por lo que debía reducirse al mínimo previsto para el delito enrostrado, los magistrados disminuyeron el monto de la condena a 12 años y seis meses de prisión, por lo que en poco más de nueve años podrá recuperar la libertad.

Uno de los puntos que los jueces a cargo del proceso tuvieron en cuenta es que, durante el juicio, los jueces a cargo de la sentencia consideraron como un agravante el “menosprecio por la vida ajena”. En este sentido remarcaron que en cualquier tipo de homicidio hay un menosprecio por la vida de la víctima, por lo que no es “feliz” utilizar esto como un agravante.

Otro de los elementos utilizados para calificar el hecho fue el lugar en el que se cometió el robo que culminó con el homicidio de Poremba, que lo dejó en un estado de indefensión. Sin embargo, para los magistrados de la Sala II, “todo delincuente busca que para hacer cosas que sabe ilícitas se trate de un lugar donde se lo vea lo menos posible”.

Lucía Herrera fue condenada a 18 años de prisión el 24 de julio de 2007 por la sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, integrada por los jueces Ernesto Pangia, Alberto Bernardini y Eduardo Sorrentino, durante un juicio oral y público realizado bajo las normas del viejo Código Procesal Penal.

De acuerdo con ese estatuto, la oralidad del juicio implicaba una sola instancia, por lo que el fallo emitido no podía ser apelado. Fue por esto que el defensor de la acusada, Carlos Giandoménico, presentó un recurso de inconstitucionalidad en la Corte Suprema de Santa Fe, que decidió revisar el fallo.

Según se desprende de la causa, la muchacha fue encontrada culpable del homicidio del taxista Jorge Poremba, quien fue herido de muerte el 4 de enero de 2006 y falleció tras una agonía de 12 días.

Aquél día, dos chicas se subieron a su taxi frente a la Jefatura de Policía, en Ovidio Lagos 5600, y pidieron ser llevadas hasta Ovidio Lagos y Arijón, en la zona sudoeste.

Pero cuando estaban llegando le dieron un nuevo destino: Camino Viejo a Soldini y Ovidio Lagos, donde finalmente le pusieron un revólver en la espalda y le pidieron la plata. El hombre no se resistió y les entregó los 40 pesos que tenía, pero antes de huir una de las jóvenes le disparó.

Poremba se fue manejando hasta su casa, ubicada a unas 30 cuadras de donde fue herido, y contó lo sucedido a su familia. Primero fue trasladado a un sanatorio de Mendoza al 1500 y luego al de Laprida al 1000, donde falleció doce días más tarde a causa de los daños internos que le produjo la bala, que había atravesado el cuerpo del taxista en diagonal, perforándole el hígado y el intestino hasta detenerse en la zona inguinal.

Durante los 12 días que el chofer estuvo internado, logró describir a las asaltantes: dos chicas jóvenes, una gordita y la otra flaca.

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