No fue una semana fácil para Zinedine Zidane y su Real Madrid. Llegaba con dos derrotas a cuestas, una por Liga y otra por la Champhions. Y se venía Barcelona, nada más ni nada menos. El cargo del DT francés pendía de un hilo. Pero resurgió entre las cenizas. El Merengue derrotó, en el Camp Nou, a Lio Messi y compañía para tirarle los problemas a Ronald Koeman, que deberá corregir fallas en su juego si quiere mantenerse como técnico del Barsa.
Antes de los diez minutos ya iban 1-1 por los goles del uruguayo Valverde para el Merengue y el joven Ansu Fati para el Barsa. Esa primera etapa fue intensa, de ida y vuelta. Con chances para los dos.
En el complemento fue Barcelona quien tuvo la iniciativa, con el rosarino como eje central. Pero el Madrid quien desequilibró la balance. El francés Lenglet tomó a Sergio Ramos en el área y el VAR no lo perdonó. Penal para la visita. El propio capitán merengue se hizo cargo y fiel a su estilo vulneró la estirada de Neto.
Con la desventaja el Barsa fue por el empate, pero al mismo tiempo dejó un enorme espacio para la contra rival. Neto dejó con vida al local con dos grandes atajadas, pero nada puso hacer con Luka Modric, quien con una gran categoría sentenció el 3-1 a definitivo.
Con el triunfo Real Madrid respira tranquilo, se sube a lo más alto de la tabla con un partido menos. La olla a presión la pasó a tener el Barsa, que nunca encontró desde el banco las variantes necesarias para emparejar el juego. Y Messi? La Pulga tuvo algunos toques de distinción, pero tras el gol de Sergio Ramos desapareció, empezó a caminar a la cancha y se rindió ante la derrota.
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