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Reabrió el anfiteatro Humberto De Nito

Desde ayer quedó habilitado el tradicional espacio cultural del parque Urquiza después de las obras que empezaron en 2017. Las modificaciones al escenario fueron trabajadas entre las autoridades y los músicos de la ciudad. En las próximas semanas habrá shows musicales con la Trova Rosarina


El Anfiteatro Municipal Humberto de Nito volvió a abrir sus puertas este viernes para mostrar su remodelación integral. La intendenta Mónica Fein encabezó una recorrida por las remozadas instalaciones junto a funcionarios de distintas áreas, productores, artistas y otros actores de la cultura local. En las próximas semanas, se retomará la actividad con shows homenaje a La Trova rosarina y Los Shocklenders. “Como toda obra de este tipo, se va a probar como se debe: con música y espectadores. Pero queríamos invitar a quienes todos los días construyen la cultura de esta ciudad a compartir esta puesta en valor de este anfiteatro. Este es un lugar único e irreproducible, tan cerca del río, tan abierto y cercano para realizar eventos”, expresó Fein.

Las obras de remodelación comenzaron en diciembre de 2017 y estuvieron a cargo de la Secretaría de Obras Públicas, sobre un proyecto inicial de la Secretaría de Planeamiento Urbano de la Municipalidad de Rosario. “El Anfiteatro municipal de Rosario fue inaugurado en 1971 y por aquí pasaron grandes figuras. Es un lugar muy querido por la ciudad. Es un emblema de la cultura de la ciudad de Rosario y de la región. Y necesitaba un reacondicionamiento. Realmente fue una puesta a punto muy importante”, aportó el secretario de Cultura y Educación, Guillermo Ríos.

Una de las intervenciones más notables es la construcción de una cubierta metálica de 400 metros cuadrados para el escenario que aporta condiciones de calidad y seguridad para el desarrollo de espectáculos. “Permite que se puedan colgar equipos de luces y sonidos mucho más potentes y adaptados a las actuales tecnologías que se aplican a un show”, según explicó Ríos.

En el exterior del predio se colocaron rejas de vallado perimetral con cuatro portones para el ingreso: dos de ellos para la entrada del público por el Parque Urquiza, y uno para el público y otro para movimiento de la técnica por avenida Belgrano. Además, se habilitó una nueva puerta privada de ingreso-egreso de artistas.

Tanto las gradas como el edificio fueron repintados y se construyeron nuevos baños públicos, incluyendo uno para personas con movilidad reducida. Las escalinatas de ingreso cuentan ahora con un nuevo cableado y luminarias, y se reconstruyó a nuevo la carpeta de piso en el ingreso del público por avenida Belgrano.

Productores, músicos y distintos actores que protagonizan la cultura en la ciudad recorrieron las instalaciones y se mostraron gratamente sorprendidos por la transformación. “Con muchos de ellos vinimos dialogando durante todo el proceso, y fueron orientándonos y señalando algunas cosas que debíamos corregir. Esto es fruto de un consenso y están muy contentos de que reabramos este lugar para que empiecen a pensar en los shows que van a traer aquí”, aseguró Ríos.

Respecto de los espacios interiores del Anfiteatro, se remodelaron camarines, baños, oficinas internas y el área de técnica. Algunos de estos espacios también fueron intervenidos artísticamente por Guillermo Quevedo, autor del emblemático mural La Isla que fue restaurado para la ocasión.

Un mural con mucha historia

Las tareas de remodelación integral alcanzaron a “La Isla”, el tradicional mural que en 2018 cumple quince años siendo parte de la identidad del anfiteatro. La imagen de un niño recostado, sosteniendo una pequeña planta, fue restaurada y ampliada por su autor Guillermo Quevedo. La obra reconoce su origen allá por el 2003, cuando con apenas 20 años y acompañado de su amigo dibujante Federico Carbone, Quevedo se acercó a la Secretaría de Cultura y Educación con una propuesta y un boceto. Este fue el primero de muchos murales que realizarían en la ciudad, el país y toda Latinoamérica con el colectivo Arte por Libertad. “En un principio iba a ser una persona adulta que habitaba en la calle”, explicó el autor. El título refiere “al choque, a ese aislamiento o imposibilidad de llegar al otro que muchas veces se da entre quienes viven dentro del sistema y quienes eligen vivir en la calle”. Durante la ejecución del mural, los autores convivieron con chicos del barrio La Sexta que se acercaron curiosos, y la imagen se transformó en la de un niño. “En el marco de toda la remodelación del anfiteatro, se tuvo en cuenta que el mural sea algo importante a restaurar”, recordó Quevedo. Además, La obra fue declarada de interés municipal por el Concejo Municipal en el año 2017, otorgándole un status destacado en el patrimonio artístico de la ciudad.

Para un mejor sonido

Durante los meses de obras de mejoramiento del anfiteatro se diseñó también una propuesta para mejorar el aspecto sonoro. En esta instancia, se hizo una emulación acústica en base al proyecto de Obras Públicas, donde se cargaron todos los planos en un software específico de cálculo acústico en tres dimensiones. A partir de este proceso, se adecuaron las estructuras para que no se generen “vicios acústicos”. También en base a esto se evaluó qué posibilidades había de tratamientos con materiales aptos para el aire libre y adecuables a distintos factores climáticos.

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