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Raúl Castro permite la apertura de pequeños negocios

El presidente cubano abre las puertas a pequeños negocios con el objetivo de reducir la abultada burocracia y reanimar la economía “sin reformas de mercado”.

La ampliación del “trabajo por cuenta propia”, esperada por muchos cubanos y sugerida por economistas, fue anunciada por Raúl Castro el domingo en el Parlamento. Los incluyó dentro de los “cambios estructurales” con que busca hacer eficiente el modelo económico y evitar un derrumbe del sistema socialista.

La medida elimina “varias prohibiciones vigentes para el otorgamiento de nuevas licencias y la comercialización de algunas producciones, flexibilizando la contratación de fuerza de trabajo”, manifestó Castro. Además, el permiso para contratar empleados y la comercialización de las producciones marca un giro en una economía estatizada en un 95%, donde sobra un millón de empleados, que urge eliminar. Sin embargo, el presidente afirmó que nadie quedará “abandonado a su suerte”.

Cuba ya había autorizado este tipo de licencias en los años 90 tras la crisis acontecida por la caída del bloque socialista. En ese momento los trabajos por cuenta propia alcanzaron los 210.000, pero a inicios de esta década, en el marco de una recentralización económica, cerraron muchos y se congelaron los permisos, y hoy hay unos 140.000 trabajadores independientes.

Para el economista opositor Oscar Espinosa, Raúl abrió una vía a la pequeña y mediana empresas, aunque “insuficiente” para la magnitud de reformas que requiere el país. Mientras el Ministro de Economía, Marino Murillo declaró: “No se puede hablar de reformas. Es una actualización del modelo económico cubano, donde van a primar las categorías económicas del socialismo y no el mercado”, aclarando que se conservará la propiedad estatal y la planificación centralizada.

Las opiniones al respecto están divididas, algunos se muestran escépticos, otros ven la medida como una oportunidad para abrir su propio negocio. Es el caso de Humberto Trueba, cocinero de 43 años,  quien quedó desempleado y ahora piensa poner un puesto de comida: “Es lo mejor que ha hecho Raúl. No tuvo sentido quitar las licencias. Tener su propio negocio y pagar al fisco ¿por qué no? si los chinos lo hacen”.

“Hay que borrar para siempre la noción de que Cuba es el único país del mundo en que se puede vivir sin trabajar”, dijo Raúl Castro. Los “cuentapropistas” deben contribuir a la seguridad social, abonar impuestos sobre sus ingresos y ventas, y quienes contraten empleados tributar el uso de esa fuerza de trabajo, continuó el general de 79 años.

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