La denuncia de una mujer que sufrió el arrebato de su celular la semana pasada en una esquina céntrica derivó en una investigación que se propuso rastrear el aparato. Este viernes, una vivienda de barrio Alvear fue allanada y efectivos policiales secuestraron cuatro celulares con pedidos de secuestro. Una pareja quedó acusada de encubrimiento: los investigadores sostienen que se dedicaba a la reventa de teléfonos robados que eran ofrecidos en grupos de compraventa en las redes, indicaron fuentes policiales.
La noche del pasado viernes, una chica de 24 años que caminaba por Córdoba y Oroño fue sorprendida por una moto con dos personas que en un rápido movimiento y con un golpe le arrebataron un celular Xiaomi Redmi Note 7, valuado en poco más de 40 mil pesos.
La joven hizo la denuncia en la comisaría 2ª porque días después vio un aparato idéntico en venta en Facebook, a un precio mucho menor y aseguró que era el suyo. Desde la dependencia policial notificaron a la Fiscalía en turno y una brigada se abocó a un operativo de rastreo.
“Con la excusa de compra la brigada contactó e identificó al usuario que tenía el celular en venta y además notaron que tenía más aparatos a la venta: era una cueva donde dejan los celulares robados”, sostuvo una fuente policial.
Este viernes, personal de la comisaría 2ª, a cargo del comisario Rodrigo Domínguez, comandó un allanamiento en Doctor Riva al 3700, en un domicilio sospechado de cueva; allí los efectivos secuestraron cinco celulares –cuatro de ellos con denuncia de robo en el sistema del Ente Nacional de Comunicaciones– y un kit de herramientas para desarmar los aparatos. Las fuentes agregaron que Mauro P., de 30 años, quedó detenido acusado de encubrimiento calificado. Su pareja, en tanto, quedó vinculada con la causa, a cargo del fiscal Gustavo Ponce Asahad, dijeron fuentes policiales.
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