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Cultura urbana

Rap freestyle, una batalla de ritmo y palabra

Desde hace unos años se convirtió en una moda para cientos de adolescentes que se reúnen en una plaza los fines de semana a improvisar versos de rap. Las competencias tienen alcance nacional y gana el que rima mejor.


El primer contacto de Catriel Díaz con el rap fue a partir de la película “8 Millas”, protagonizada por el popular cantante Eminem. Unos años después vio un video en Twitter donde un argentino rapeaba contra un chileno en el campeonato internacional de freestyle. El quiebre llegó cuando supo que las competencias también se hacían en las plazas de Rosario. Empezó a ir todos los fines de semana, a competir y a escribir sus propias letras. En la actualidad tiene un canal de Youtube con videos de sus temas y es uno de los raperos más populares en la ciudad.

Al igual que Catriel cientos de chicos se reúnen los fines de semana en las plazas para improvisar temas de rap. La mayoría tienen entre 14 y 18 años. “Para nuestra generación el rap es liberación. Nos permite expresarnos y liberarnos de los problemas que tenemos los adolescentes”, explicó Matt, organizador de Rosario Under Free, uno de los dos encuentros más populares de la ciudad que reúne cerca de 100 participantes por fecha.

 

Estilo libre

La base está en improvisar. El objetivo de la competencia es atacar al contrincante. El arma es la rima y la palabra. En forma individual, en dúos o tríos, los participantes arman un contrapunto. Responden en rima los versos del otro y un jurado decide el ganador. Por turnos, cada participante tiene primero cuatro versos y luego cuatro segundos para demostrar quién rapea mejor. El jurado evalúa el ritmo musical, el contenido de la letra y la estructura rítmica.

“La respuesta es el factor clave. También tienen en cuenta el flow, la manera de desenvolverte rítmicamente en la pista musical de base, el punch, la línea que decís, y la estructura de cómo vas formando la rima”, explicó Catriel a El Ciudadano.

Desde el año pasado es uno de los jóvenes raperos mejor posicionados en la ciudad. Viajó a competir a otras localidades y participó en varios videos. Empezó en las plazas con amigos y de a poco armó un grupo con el que canta todos los fines de semana. “El freestyle es un pasatiempo accesible. Podés ir a una plaza donde haya una competencia para pasar la tarde. Conocés a otros chicos y vas haciendo un grupo de amigos”, agregó.

Catriel tiene 19 años y cursa el primer año del profesorado de primaria. Cuando termine quiere seguir estudiando letras porque lo que más le gusta es escribir. En 2017 empezó a componer canciones en las que habla de cosas que le pasaron sobre una pista musical de base.

“Las primeras 50 letras las borré porque me daban vergüenza. De a poco fui tomando el hábito. Aproveché el tiempo libre de las vacaciones y fui escribiendo las ideas que me surgían después de escuchar una canción. Busqué una pista y empecé”, explicó. Para el rapero las canciones son una forma de expresar lo que siente. “Vuelco pensamientos espontáneos. Me peleo con mi novia y escribo un tema de desamor. Otras veces me siento enamorado y escribo algo romántico. Voy expresando lo que me va pasando. Cada sonido de la pista tiene un sentimiento y me orienta”, agregó.

Catriel divide su tiempo libre entre el rap espontáneo del freestyle y el más comprometido de las composiciones. “Lo bueno del rap es que se puede replicar. Es un entretenimiento que tiene mucho por explotar”, contó.

Batalla de rimas

Matt se acercó a la cultura del rap hace tres años. En agosto de 2016 viajó a una competencia en Buenos Aires y pensó en traer la propuesta a Rosario. Dos meses después organizó la primera batalla en la plaza frente al Monumento Nacional a la Bandera, de la que participaron 400 personas. Con el tiempo, Rosario Under Free se convirtió en uno de los encuentros más populares y convocantes, que reúne cerca de 100 competidores por fecha.

Las competencias son los domingos cada 15 días y también hay encuentros especiales. La modalidad tiene una tabla de clasificaciones como en el fútbol. “El jurado selecciona a 16 competidores y van pasando rondas clasificatorias hasta llegar a la final. Hay dos tablas de posiciones. Cada mes, los últimos de la tabla A descienden y le dan lugar a los primeros de la B”, explicó el organizador. Matt tiene 21 años y canta en las freestyle. Prefiere organizar antes que competir y por eso arma las batallas. Previo a cada domingo define si los participantes competirán de forma individual, por dúos o tríos. El jurado es estable y lo integran tres personas que evalúan las letras y el ritmo de los raperos. El ganador pasa una competencia regional, que le permite llegar a una nacional y luego a la mundial que se hace en Perú. En cada encuentro el ganador recibe tatuajes, grabaciones, ropa o plata en efectivo como premio adicional.