Ciudad

Ramiro, el otro Guevara

Por Santiago Baraldi. Tiene 35 años, es medio hermano del Che y realizó el camino inverso: nació en Cuba y se vino a vivir a Rosario. Tiene a su cargo la muestra “Cuando el Che era Ernestito”, que se inaugura esta tarde.

Ramiro Guevara tiene 35 años y un notable parecido a su medio hermano, Ernesto. Nació en Cuba, pero el amor de una mujer lo ancló en Rosario. “Ironías del destino: vivir en la ciudad donde nació el Che”, dice con un poco de pudor. Mientras él habla, su madre, Ana María Erra, da indicaciones para ordenar de manera cronológica las fotografías, imágenes en sepia, que muestran a Ernestito en Misiones, en Rosario, en los bosques de Palermo y en Alta Gracia. “No era muy normal que alguien disparara tantas fotos como mi padre, no fue fácil elegir cuáles exponer”, agrega Ramiro, que coordina desde la Secretaría de Cultura y Educación municipal el Centro de Estudios Latinoamericano Ernesto Che Guevara y trabaja como asesor en la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia.

—¿Cómo surgió la idea de la muestra?

—Es un trabajo que viene realizando la Secretaría de Cultura de Rosario con la creación del “Centro de Estudios Latinoamericano Ernesto Che Guevara”. Ésta es la primera muestra que realiza el Centro; comienza con su infancia y adolescencia y luego continuará con las distintas etapas de su vida y su obra. La muestra está en el marco de la semana del Che, donde se realizarán distintas actividades que comenzaron hoy (por ayer), día en que hubiera cumplido 83 años. Queremos hacer la muestra itinerante, para que otras provincias también la puedan disfrutar.

—¿Cómo llegaste a Rosario?

—Siempre me gustó Rosario. La ciudad tiene un encanto particular, se dio la casualidad de que me vine a vivir aquí luego de conocer a una rosarina y, bueno, además de haber sido la ciudad que vio nacer al Che, tenía muchos amigos rosarinos, hinchas de Central que conocí en Cuba. Yo nací en Cuba, por el exilio de mis padres, hasta que hace cinco años me vine a trabajar a la Argentina.

—¿Qué refleja la muestra “Cuando el Che era Ernestito”?

—La muestra refleja un poco eso, el entorno familiar, la continuidad de eso que mi padre hizo y lo siguió con nosotros. Cada uno de mis hermanos ha recibido la historia familiar que nos contaba mi padre. Mi papá falleció a los 87 años, cuando yo tenía 11, pero siempre le gustaba contar sus historias de Misiones. Era un gran narrador, tengo muy presentes sus relatos, muy parecidos a los cuentos de Horacio Quiroga.

—Seguramente la casa donde nació tu hermano, en Urquiza y Entre Ríos, fue tu primera visita…

—Totalmente. Varias de las fotos que se exponen en la muestra, muchas de ellas inéditas, están vinculadas con esa casa. La gente se va a encontrar con varias sorpresas.

—¿Con qué criterio se eligieron las fotos?

—Hay un equipo de la Municipalidad que trabajó muchísimo en el armado de la muestra y el criterio de selección tiene que ver con fotos inéditas, no vistas antes por el público. Se buscó que tuvieran buena calidad y a su vez que se pudiera armar ese recorrido histórico de su infancia y adolescencia, hay muchas de Rosario, también en los bosques de Palermo, otras tantas en Alta Gracia, donde estuvo mucho tiempo por el asma. Es una excusa para que el que venga luego se incentive para el estudio de su obra. La importancia de la muestra tiene que ver con el archivo que está armando el Centro de Estudios. Se ha tenido en cuenta la calidad de la foto, porque hay fotografías de los años 1928 o 1929, entonces se necesitan imágenes bien conservadas, de buena calidad y que se sepan quiénes son las personas que posan. Es un archivo que se fue armando de a poco, nos llevará un tiempo organizar la próxima muestra. Éste es un archivo personal de Ernesto Guevara Lynch, otras son de su hermano Martín y entre todos fuimos aportando al Centro de Estudios estas fotos, que muchas de ellas fueron trabajadas en Cuba por el equipo de Tristán Bauer en ocasión del armado de la película Che, un hombre nuevo.

—¿Las fotos son sólo familiares o hay otros aportes?

—Ahora son sólo fotos familiares. A mi padre le gustaba muchísimo sacar fotos, algo poco común en aquellos años. Camilo y yo lo hemos heredado porque tenemos pasión por la fotografía. El archivo es inmenso, esto que se expone es sólo una muestra.

—¿Cómo se trabaja para que el Che no sea sólo un ícono para los jóvenes, el de las remeras o el póster?

—Creo que está muy presente su obra, en algunos lugares más que en otros. Una de las funciones que tiene el Centro de Estudios es difundir información, que no se lo conozca por una remera, sino que trascienda por su pensamiento. Sobre su vida hay cosas más difundidas que otras pero, por ejemplo, algo poco difundido es su pensamiento filosófico, su pensamiento sobre la economía, el socialismo, en lo que el Centro de Estudio intenta hacer énfasis… que del Centro participen distintas organizaciones sociales de la ciudad, la Universidad.

—¿Creés que el Che tendría hoy posición tomada de la realidad cubana, después de medio siglo de la revolución?

—Creo que el pensamiento del Che está vigente en nuestros días, no quiere decir que sea lo mismo la década del 60 que ahora, influye mucho el entorno social. Creo que no es tan importante lo que diría él hoy, sino lo que cada uno pueda llevarse de su pensamiento.

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