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Testimonio

Quique Pesoa: “El temor nos impedía denunciar algunas cosas”

El locutor y conductor periodístico declaró en el juicio por los secuestros y asesinatos de Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, ocurrido en abril de 1983. “No sé cuántos de nosotros hacemos alguna autocrítica de esos años”, remarcó.


El locutor y conductor periodístico Enrique “Quique” Pesoa señaló que durante la última dictadura cívico militar “el temor nos impedía denunciar algunas cosas”, al declarar como testigo en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 2 de Rosario, en el que se juzgan los secuestros y asesinatos de los militantes Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, ocurridos en mayo de 1983.

Pesoa señaló además que ese miedo era “no solamente a la violencia” sino “al despido, a quedarse sin trabajo”, y agregó: “No sé cuántos de nosotros hacemos alguna autocrítica de esos años”.

El periodista –que actualmente reside en la provincia de Córdoba– conducía en ese momento un programa los sábados por la mañana en la radio LT8 de Rosario, y el 14 de mayo de 1983 realizó un comentario al aire sobre el secuestro de los militantes.

“Recuerdo que hubo un llamado anónimo, que yo no atendí, sobre un secuestro violento de un par de personas en un bar”, declaró Pesoa sobre el secuestro de Cambiaso y Pereyra Rossi, ocurrido el en bar Magnum, ubicado en inmediaciones de Córdoba y Ovidio Lagos, en el macrocentro de Rosario.

“Yo hice este comentario al aire agregando alguna apreciación”, rememoró el locutor.

Consultado por el tribunal, Pesoa puntualizó que aquél día realizó “una crítica profunda a la continuidad de la violencia estando tan cercanas las fechas de las elecciones y tan cerca la vuelta de la democracia”.

Además, recordó la tarea periodística durante la dictadura al señalar que “estábamos de alguna manera acompañando la situación, quizás por nuestro silencio obligado o no”.

“Estoy lejos de sentirme culpable, pero muy cerca de sentirme responsable”, abundó el conductor.

De acuerdo a la investigación, Cambiaso y Pereyra Rossi fueron secuestrados por un comando integrado por Personal Civil de Inteligencia (PCI) y personal militar del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario.

Luego fueron llevados en un camión hasta un galpón ubicado en las afueras de Rosario, donde fueron sometidos a torturas, y posteriormente entregados a una patrulla del Comando Radioeléctrico de Tigre, al mando del oficial Luis Abelardo Patti.

Los cuerpos baleados de los dos militantes fueron hallados dos días después en un camino rural de la localidad bonaerense de Lima y la policía emitió un comunicado dando cuenta de un “enfrentamiento”.

Durante la audiencia de hoy en el TOF2 de Rosario, también declaró el docente rural Augusto Pastore, quien el fin de semana del crimen estaba en un establecimiento agropecuario de la zona de Lima y dijo haber escuchado las detonaciones.

Además de Patti, en la causa están imputados el último presidente de facto, Benito Bignone, y los militares retirados Pascual Guerrieri; Luis Américo Muñoz; Rodolfo Rodríguez y Carlos Lucena.

Los demás acusados son los ex PCI Ariel Porra, Walter Pagano, Juan Andrés Cabrera, Ariel López y Carlos Sfulcini; y el policía retirado Amadeo Spataro.

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