Ciudad

Quieren vencer con ternura

Marcharon varios centenares de niños y jóvenes desde la plaza Sarmiento a la San Martín, donde el pedido fue contra “la discriminación y la miseria”. Bandas de folclore y rock dieron el presente.

Nelson Raschia

Algunos muy pequeños aprovechaban que bombos y redoblantes habían quedado en el piso y hacían sonar con toda la fuerza que podían los instrumentos de percusión. Otros con alguna pelota de goma improvisaban un picadito. Muchos miraban. La plaza San Martín se pobló cuando la tarde de ayer comenzaba a caer de los “locos bajitos” que reclamaban por lo más elemental: simplemente comida para todos, una de las tantas formas de pedir justicia.

La marcha del Movimiento Nacional Chicos del Pueblo se había iniciado cerca de las 17 en la plaza Sarmiento y tras cruzar el microcentro de la ciudad tomó por calle Santa Fe para realizar un acto en la plaza San Martín.

Varios centenares de chicos y jóvenes, en el marco de la “Campaña El Hambre es un Crimen. Ni un Pibe Menos”, caminaron acompañados por murgas para expresar el reclamo, la protesta, el compromiso por un país mejor para todos.

Los organizadores resaltaron que entre otros objetivos la caminata era “en repudio a la propaganda de odio y de desprecio patrocinado por los mercaderes de la pobreza para condenar a nuestros niños a los fríos y duros artículos del Código Penal”.

Y allí en la plaza estaban un emblema en Rosario de esa lucha por los más pobres, el padre Edgardo Montaldo, y entre otros también el secretario general de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) de Rosario, Gustavo Terés; el titular de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) de Rosario y también de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) la ciudad, Jorge Acedo, y el concejal del Partido Socialista Auténtico-Proyecto Sur, Alberto Cortés.

El mate circulaba entre muchos de los que allí estaban, mientras que en el mástil de la plaza se había izado un colorido cartel de los Chicos del Pueblo.

Si bien era un reclamo, el clima era más que distendido. Colores, globos, chicos jugando, pero también la protesta, la queja, el pedido.

Uno de los oradores, Jorge Acedo, recordó que hoy se cumple un año de la Marcha de los Chicos del Pueblo a la Plaza de Mayo y enfatizó: “Nosotros elegimos ir a la plaza para reclamar contra la discriminación, el hambre y la miseria”.

Destacó: “Estamos muy cerca de dar vuelta esta historia” y aludió a un “poder popular real”.

Se leyó también una carta de un chico en que se encuentra en el Instituto de Recuperación de Adolescentes de Rosario (Irar), en la que narraba sus vivencias “desde el encierro” y luego fueron Camila, Brenda y Gina y más tarde Yamila, quienes llegaron desde la sede central del Movimiento Los Chicos del Pueblo, la Casa Pelota de Trapo, en Avellaneda, Buenos Aires, quienes dijeron sus reflexiones, que culminaron en cada caso con un contundente grito de “El hambre es un crimen. A el que siguió, cantado: “El hambre es un crimen” y se siente… lavate las orejas presidente”.

Los discursos los cerró Maricel Vallasciani, de Engranajes, de Villa Constitución, quien habló sobre “la política de los afectos” y dijo que “con ternura venceremos”. Llegó luego la música, con grupos de rock y de folclore.

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