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Quién mató a Tubi Segovia: seis sospechosos están en la mira

Cuatro fueron puestos en resguardo y esperan la audiencia imputativa. Otros dos internos siguen bajo investigación


La Fiscalía intenta determinar quiénes, cómo y por qué asesinaron a Rubén Ariel “Tubi” Segovia la tarde del 24 de abril pasado dentro del pabellón VIII – Sur, adonde había llegado 40 días antes con el consenso de los internos de la cárcel de Coronda. Tras el análisis de las cámaras de seguridad, los investigadores están detrás de seis nombres, cuyas responsabilidades van desde la autoría hasta encubrimiento. Cuatro de estos fueron puestos en resguardo esta semana hasta la audiencia imputativa que se realizará una vez que el fiscal Marcelo Nessier termine de analizar las secuencias tomadas por las cámaras de seguridad, los chips y las memorias de teléfonos que encontraron en las celdas allanadas. Tubi, de 29 años, había sido detenido en octubre de 2016 cuando ingresó baleado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Tras su recuperación quedó alojado en la Unidad 11 de Piñero y en febrero pasado fue trasladado a la Unidad 1 “La Modelo” de Coronda. Tubi cumplía prisión preventiva por tres homicidios en los que solo había sido imputado, ya que en ninguna de las tres causas estaba hecha la acusación formal ni el requerimiento de elevación a juicio. Además purgaba la última parte de una condena a diez años de prisión en la que se le acumularon distintos hechos. El Servicio Penitenciario determinó en febrero que quedara alojado en una celda de resguardo de Coronda –conocida como buzón– por ser un recluso de alto riesgo. Su abogado presentó un habeas corpus debido a las condiciones de alojamiento. En resguardo, los internos no se relacionan con otras personas y están en un espacio muy reducido. El 14 de marzo pasó al pabellón VIII – Sur; el muchacho manifestó no tener inconvenientes con ninguno de los 20 reclusos (la mayoría corresponde al clan Caminos) que ya estaban en ese lugar. Pasaron

cuarenta días y en la tarde del martes 24 de abril pasado, Tubi fue sorprendido por al menos cuatro internos encapuchados en el interior de su celda: la número 27. Estaba de espaldas, lo inmovilizaron con un cable en el cuello y uno lo atacó a puntazos. Tubi falleció en el lugar mientras en otra celda comenzaron las llamas. Los penitenciarios las sofocaron antes de que se desató un incendio. Los investigadores tienen la hipótesis de que los atacantes quemaron pruebas.

La investigación

De los primeros análisis que realizaron los pesquisas a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, determinaron que cuatro reclusos ingresaron a la celda 27 donde estaba Tubi. Tras unos minutos, salieron tres. Después, un cuarto encapuchado se dirigió a la celda 37, se cambió la remera por una del club Boca Juniors y se fue a la planta baja.

Ahí se quedó dentro de la celda 6, que pertenece a Juan Manuel A., apodado Juanchi y primo de Alexis Caminos, quien también está detenido en el mismo pabellón. Los investigadores analizaron el recorrido de otro de los sospechosos y dieron con Pablo C. En la secuencia, se ve al joven cuando ingresa a la celda 11, que pertenece al recluso identificado como Marcelo B., se cambia de ropas y sale nuevamente. Además, están siendo investigados otros tres jóvenes: Kevin D., Cristian S. y Horacio B., de 25 años, quien cumple condena a 17 años de prisión por el crimen Lisandro Enrique, ocurrido el 9 de julio de 2014 en zona sur. El personal de la Policía de Investigaciones (PDI) allanó las celdas 37, la 6 de Juanchi donde hallaron la camiseta de Boca y un pantalón corto, y la 11 de Marcelo B. Tras los operativos, los uniformados incautaron siete chips de teléfonos celulares y una tarjeta de memoria, los cuales fueron envidados a peritar. La investigación continuó y esta semana el personal de la PDI del Departamento San Jerónimo volvió a presentarse en el pabellón VIII – Sur. Esta vez para notificar de los derechos de imputado a los internos: Juan Manuel “Juanchi” A., Pablo C., Horacio B. y Kevin D., quienes quedaron alojados en aislamiento hasta la audiencia imputativa. Este último cayó preso en febrero pasado frente a la propia cárcel de Coronda (ver aparte). De estos cuatro sospechosos, dos tienen relación directa con Alexis Caminos, jefe del clan de barrio Municipal que lleva más de una década en disputa con los Ungaro, del lindero barrio Grandoli. En los últimos años hubo alianzas para lograr el dominio del territorio y también por un lugar en el paravalanchas leproso (ver recuadro): Los Caminos aunaron fuerzas con Tubi Segovia, de Tablada, y los Ungaro con los Funes, también con liderazgo en Tablada. Con el asesinato de Tubi, los investigadores dieron por sentado el quiebre entre los Segovia y los Caminos, pero aún no determinaron cuál fue el hecho que detonó el fatal descenlace.

Allegados directos de Alexis

Juanchi está con prisión preventiva por el crimen de Mariela Miranda, madre de Alan y Ulises Funes, ocurrida en marzo de 2016. También está imputado por una tentativa de homicidio ocurrida en mayo de ese año contra Ulises Funes, quien terminaría asesinado en enero pasado en zona sur. Además, el primo de Alexis fue señalado por su tía Rosa como uno de los autores de los tres ataques a tiros que recibió el frente de su casa en febrero de 2015. Pablo C., de 23 años, es otro allegado de Alexis. Está en la prisión de Coronda en preventiva por el crimen de Andrés Farías, asesinado de siete tiros el 26 de diciembre de 2015 en la zona sudoeste.

El paravalancha leprosos

Tubi Segovia era considerado un hombre de Los Monos en la barra de Newell’s. Tanto que luego de que mataran a su hermana Marcela Díaz, la pesada leprosa mostró en la popular local un trapo en su memoria. Tubi fue incluso un fugaz jefe del paravalanchas en aquellos días agitados de 2016, cuando sus dos antecesores fueron ultimados a tiros en apenas tres semanas. Un día después de que Ramón Machuca, alias Monchi Cantero, fuera detenido en Buenos Aires tras mantenerse tres años como prófugo, comenzó la saga fatal. Matías “Cuatrerito” Franchetti estaba al mando de la pesada leprosa en el marco de un entendimiento entre Los Monos y los Ungaro/Funes desde unos pocos meses antes, cuando el heredero de Diego “Panadero” Ochoa (condenado por el crimen de su antecesor Roberto “Pimpi” Caminos), Nelson “Chivo” Saravia, dio un paso al costado tras ser blanco –tanto él como familiares y allegados– de reiterados ataques. Pero el 7 de junio el Cuatrerito fue asesinado al salir del club. Como jefe quedó Maximiliano La Rocca, el Cabezón, pero 21 días más tarde fue asesinado, también al salir de los parrilleros de la entidad del Parque. Tubi quedó entonces al frente. Cuando Tubi fue baleado en Avellaneda y Mosconi y terminó preso, en octubre de 2016, quedó como jefe de la pesada rojinegra Maximiliano “Kija” Avejera, quien está prófugo desde el 5 de febrero último por estar sindicado como uno de los autores del asesinato de Jonatan Funes, hermano de Lautaro, acribillado al salir de la cárcel de Piñero tras visitar a éste y otro hermano, Alan. Este último está acusado por el asesinato de Marcela Díaz, hermana de Tubi, ejecutada en Lejarza al 5600 en enero pasado.

Caminos: caen custodiados

Hace dos años que los enfrentamientos entre los clanes del sur recrudecieron dejando al menos unos cincuenta muertos y decenas de heridos. A principios de febrero pasado, Jonatan Funes fue asesinado a tiros cuando salía de visitar a sus hermanos Alan y Lautaro, conocido como Lamparita. En base a estos datos no es extraño que los jefes de cada una de las facciones tomen sus recaudos y gasten recursos en protección extra, lo que también lleva al riesgo de que los custodios queden detenidos por tenencia de armas. Ese fue el caso de tres muchachos que fueron apresados el domingo 11 de febrero pasado cuando acompañaban en un Peugeot 405 (foto) a los familiares de Alexis Caminos. Los policías los encontraron en inmediaciones de la cárcel de Coronda y secuestraron una pistola calibre 9 milímetros. En un caso idéntico, el último domingo quedaron detenidos dos jóvenes de 22 y 27 años con una pistola calibre 3.80. Los detuvieron cuando escoltaban en un Peugeot 307 la salida de los familiares de Alexis.

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