Policiales

Audiencia imputativa

Quedó preso el tercero de los detenidos por el crimen de Mauro Barrionuevo

El muchacho había sido detenido el martes pasado y este jueves quedó imputado como uno de los tres tiradores que atacaron a la balazos en octubre pasado al adolescente de 15 años y su familia en la puerta de su casa de Pizzurno al 1900. Tras la balacera, Mauro murió por un impacto en la cabeza


Mauro Barrionuevo. Crédito: Facebook.

Tahualí, Pechocho y Macarrón: los tres apodos completan, para la investigación a cargo del fiscal de Homicidios Adrián Spelta, el círculo de tiradores que mató el 31 de octubre pasado al adolescente Mauro Nicolás Barrionuevo en el barrio de la zona norte conocido como El Churrasco. En una audiencia imputativa celebrada este jueves en el Centro de Justicia Penal, el juez Juan Andrés Donnola resolvió que Germán L., el nombre de pila del mencionado Macarrón, quede preso por el crimen de Mauro, en el cual se mezclaron los conflictos interpersonales, la alta circulación de armas de fuego y la disputa territorial derivada por la venta de drogas al menudeo, según se desprendió de las investigaciones y sucesivos allanamientos en el lugar.

Macarrón, nacido en diciembre de 1997, se presentó como cartonero y, por lo demás, prefirió guardar silencio durante la imputación en su contra. Spelta brindó precisiones de la mecánica del crimen de Mauro, de 15 años. El último día de octubre a las 21 un Citroën C3 pasó frente a su casa, en Pizzurno al 1900. Primero con dos ocupantes, luego con cinco. El merodeo del auto puso en alerta a la familia Barrionuevo, que sospechó de un ataque incipiente y alertó a la Policía. “Tengamos cuidado porque está Pechocho”, declaró en la causa uno de los testigos presenciales. Los uniformados llegaron tarde.

Según el relato del fiscal, hacia las 23, el Citroën estacionó en Pizzurno y Superí; de los asientos traseros bajaron tres jóvenes armados: Macarrón, su medio hermano Tahualí y Pechocho. El trío abrió fuego contra todo aquel que estaba en la vereda de la casa de los Barrionuevo. La lluvia de balas fue en dos tiempos, a medida que los tiradores iban acercándose. Un testimonio incorporado al expediente de la madre de la víctima describió: “La primera tanda de disparos es lejos y se van acercando. Nos tiramos al piso. Empecé a gritar pero en ese momento vi que mi hijo tenía la cara ensangrentada y ellos seguían tirando”. Un plomo había alcanzado en la cabeza al adolescente.

Se supo que Tahualí, como se conoce a Maximiliano David L., de 22, y Macarrón, de 21, huyeron de la escena corriendo. Mario, el padre de Mauro, alcanzó al primero, lo redujo y entregó a la Policía, que llegó de inmediato. Desde entonces permanece preso e imputado por el crimen. Macarrón logró escapar pero fue detenido esta semana. Pechocho, por su parte, fue detenido en barrio Tablada en noviembre, luego de exiliarse de El Churrasco. Ahora, el joven de 19 años, continúa preso por dos crímenes, el de Mauro y el de su primo Nicolás Coceres, ocurrido en septiembre pasado. “El círculo de tiradores está completo”, dijo el fiscal.

En la audiencia imputativa se reveló que en los asientos delanteros del Citroën iban Axel y Adrián G., aunque no se explicitó si sobre ellos pesa un pedido de captura. Y testimonios incorporados al legajo de la investigación dijeron que el origen de la agresión fue un conflicto con el padre de Mauro, al que apodan Tarara, según se ventiló en la imputativa de este jueves.

En la escena los peritos recolectaron “innumerable cantidad de elementos balísticos”, dijo Spelta, quien agregó que el ataque “marcó una clara intención de dar muerte a las cuatro personas” que había en el frente de la casa.

Mauro Nicolás Barrionuevo murió la tarde siguiente en el Heca de “una destrucción craneoencefálica”, dijo.

Spelta pidió imputar a Macarrón por homicidio agravado por arma de fuego y portación ilegítima de arma de fuego y pidió la prisión efectiva por el plazo de ley, la medida cautelar más grave previo a la realización del juicio. La evidencia del fiscal se basa en actas policiales y entrevistas a testigos presenciales que sindican al imputado disparando. Se sumó además una pesquisa por Facebook sobre el perfil “Joel Newells”: de esa cuenta –se escuchó en la audiencia– llegó una amenaza de muerte a un familiar de Barrionuevo tras un escrache público a los tres sospechosos en la red social. Por eso desde noviembre se emitieron órdenes de allanamiento contra el tal Joel L. Un testimonio posterior aclaró la confusión: el tal Joel Newells no era otro que Macarrón, quien fue detenido este martes en otro barrio, Nuevo Alberdi, donde su familia debió mudarse tras una retahíla de amenazas y un intento de incendio a su vivienda, la cual fue usurpada por un familiar de Barrionuevo, esto según un testimonio que expuso la defensa en la audiencia.

Antes de la decisión del juez fue el turno de la otra parte. La defensora pública Marianela Diponte buscó rebatir los argumentos de la acusación; dijo que quién tenía problemas con Tarara era el apodado Tahualí –quien tiene “malas juntas”– por una cuestión de venta de drogas al menudeo en el barrio. Y por eso quedó pegado su medio hermano Macarrón, “con quien casi no tiene relación”.

Sobre Macarrón, Diponte dijo que no tiene antecedentes ni causas penales en trámite, y que jamás pisó una comisaría. “Tampoco hay forma de acreditar que mi cliente sea Joel Newell´s ni que lo apoden Macarrón”, dijo la letrada.

La deliberación del juez Andrés Donnola terminó con el apoyo a la petición del fiscal Spelta: “Los elementos (contra el acusado) son abundantes; hay testigos presenciales que mencionan que lo han visto con el arma disparando. Las evidencias son absolutamente motivadas”, dijo.

Las familias de las partes escucharon la resolución del magistrado: Macarrón quedó preso por el plazo de ley, con posibilidad de revisar la medida cada 90 días.

Otro crimen como antesala

El 9 de septiembre, a dos cuadras de la casa de Pizzurno al 1900, fue asesinado Nicolás Coceres, de 19 años y primo de Mauro. Por ese crimen también está imputado Alejandro Nahuel L., alias Pechocho, y Lucas “Payo” R., de 24. La investigación apunta a un conflicto interpersonal entre Pechocho y Coceres que se saldó de la manera más violenta. Una versión indica que Mauro Barrionuevo fue testigo del asesinato de su primo y brindó su declaración. Y, según esta hipótesis, ese testimonio quizá haya sido el motivo que luego le costó la vida.

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