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Quedó preso el hombre que dijo que su pareja murió quemada por accidente

Gabriela tenía 33 años y cuatro hijos. Murió calcinada dentro del auto de su ex, en un camino rural. El hombre dijo el fuego fue espontáneo y logró salir, pero las pericias indicaron que fue provocado y que se inició debajo del asiento de acompañante

Gabriela Benítez tenía 33 años, cuatro hijos y mucho miedo. Había cortado una relación con una pareja tres décadas mayor que ella poco antes de Navidad y le había escrito a un familiar diciéndole que si le pasaba algo se haga cargo de sus “gurises”. El sábado por la madrugada la encontraron calcinada en un camino rural de la localidad de Alejandra dentro del Renault 9 de su ex, Carlos Usprung, de 63, quien lloraba entre los pastizales y pedía ayuda para que la rescatasen. La versión de la muerte accidental se cayó con las pericias y el hombre quedó preso luego de ser imputado ayer por homicidio calificado por el vínculo.

Si bien la autopsia no arrojó resultados relevantes porque el cuerpo de la mujer estaba prácticamente consumido, la Fiscalía resaltó el informe técnico del auto: el fuego no se inició de forma espontánea sino con algún elemento ígneo (encendedor o fósforo) debajo de la butaca del acompañante y luego se expandió rápidamente con ayuda de otro elemento que se presume fueron dos bidones de nafta que había dentro del vehículo. El fuerte olor a combustible que tenía en el cuerpo y en la ropa del conductor y el hecho de que no presentaba lesiones completaron las sospechas del fiscal Aldo Gerosa, quien desafió al imputado en la audiencia a que le brindara una explicación creíble porque de lo contrario sólo le quedaba pensar que la había matado.

“No hay ninguna explicación razonable para lo que ocurrió”, dijo el fiscal tras esgrimir sus sospechas de que el hombre asesinó a la mujer y luego la prendió fuego para que no se pueda descubrir cómo murió.

En declaraciones a una radio local, el fiscal Gerosa contó que “toreó” al imputado para que le explique lo ocurrido pero que se negó a declarar y adelantó que continúa la investigación en la toma de testimonios en el entorno de la víctima en busca de acreditar la existencia previa de violencia de género, lo que calificaría el crimen como un femicidio.

En relación al pedido de prisión preventiva, el fiscal dijo que el acusado enfrenta una expectativa de pena a prisión perpetua y aún restan todavía unas cuántas diligencias investigativas y “si le dábamos la libertad hubiera sido muy fácil que se escapara y no lo podríamos llevar a juicio oral y público”.

En relación a las evidencias recolectadas Gerosa dijo que son numerosas y detalló: “Por lo pronto está acreditado que estaba en el lugar. Que no tuvo ninguna lesión y que tenía un fuerte olor a nafta. Y está acreditado con un informe técnico de los Bomberos Zapadores de Vera que el fuego no se inició espontáneamente, se inició debajo de la butaca de la acompañante y hubo un elemento que lo produjo, es decir que no fue un problema eléctrico ni del circuito de mangueras del auto”.

El fiscal agregó que además de haber utilizado un fósforo o un encendedor se utilizó algún elemento que “favoreció la rápida expansión” y que presume que fueron dos bidones de combustible. Y aclaró la puerta del conductor estaba cerrada y la del acompañante abierta mientras que ella estaba totalmente calcinada y él no tenía ninguna quemadura.

Por último agregó que el imputado “ya había amenazado con prenderla fuego”.

En ese sentido recordó que habían sido pareja hasta poco antes de la Navidad pasada y aclaró que la víctima había roto la relación pero el quería retomar los vínculos.

El fiscal lamentó que la mujer haya terminado sola, “sin forma de enfrentar la violencia que sufría, ni ella ni su entorno, una familia muy sencilla y humilde”.

El hecho ocurrió en horas de la madrugada del sábado pasado en el ingreso a un camino rural que se ubica a unos dos kilómetros de la localidad santafesina de Alejandra, hacia el cardinal Sur, donde se quemó totalmente el automóvil Renault 9 en el que murió calcinada Gabriela Benítez.

Ese mismo sábado vecinos de la pequeña localidad que tiene unos 5.000 habitantes se movilizaron a la plaza central para pedir justicia por Gabriela. En la misma línea se expresaron familiares de la víctima, una hermana y una mamá postiza, quienes no dudaron en tildar el hecho como un femicidio.

«Él le pegaba y la amenazaba con incendiarla junto a los hijos», dijo una de las mujeres a un medio santafesino.

«Queremos justicia por mi hermana y no vamos a parar hasta que su marido esté en la cárcel», aseguró la hermana de Gabriela.

«Necesitamos saber cómo la mató», agregó.

Una de ellas mostró un mensaje de texto que le envió Gabriela el 5 de diciembre donde le pidió que le cuidara a sus “gurises” si le pasaba algo porque “no la dejaban salir”.

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