Política

Muy grave

Que un empresario intimide a un periodista no puede pasar inadvertido para las instituciones

Tras la amenaza del propietario del Grupo América a Jorge Rial durante el transcurso de su programa televisivo, el presidente de la Comisión de Libertad de Expresión de la cámara Baja Waldo Wolff evitó expedirse al respecto cuando el conductor le reclamó una reacción a través de las redes sociales


Por: Mauro Federico/ Dataclave.com.ar

Fueron días agitados para los integrantes del programa “Argenzuela”, que conduce Jorge Rial por la pantalla de C5N. Luego de haber difundido un material periodístico que daba cuenta de la compleja situación por la que atraviesa el canal donde trabajó más de veinte años, el lunes pasado durante una pausa del envío, el conductor recibió el intempestivo llamado telefónico de uno de los propietarios del Grupo América, el empresario Daniel Vila.

Gritos, insultos y amenazas fueron parte del menú de barbaridades que Rial soportó por parte de su ex empleador durante aproximadamente cinco minutos, varios de los cuales compartió a través del altavoz de su celular con sus compañeros de trabajo, entre quienes se encuentra este cronista. Al principio, ninguno de los que estábamos presentes se había percatado de la gravedad de lo sucedido: el mandamás de uno de los multimedios más poderosos de la Argentina terminaba de amenazar a un periodista que simplemente estaba haciendo su trabajo.

Las siguientes 48 horas fueron complejas para Rial, a pesar de lo cual continuó trabajando en los dos ciclos que encabeza en los medios del Grupo Indalo. Desde la compañía no dudaron en expresar su absoluto apoyo al conductor y ponerse a disposición ante cualquier circunstancia que tuviera que atravesar. Sin embargo, el temor de que Vila pudiera concretar su amenaza creció y Jorge, tras conversar con sus asesores legales, decidió iniciar la correspondiente demanda judicial.

El artículo 149 bis del Código Penal establece que “será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que hiciere uso de amenazas para alarmar o amedrentar a una o más personas. En este caso la pena será de uno a tres años de prisión si se emplearen armas o si las amenazas fueren anónimas. Será reprimido con prisión o reclusión de dos a cuatro años el que hiciere uso de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”.

Según confirmaron a Data Clave desde el entorno del propio damnificado, la presentación se efectuará en las próximas horas y probablemente también incluya una demanda civil.

Jorge Rial denunció que Daniel Vila, el dueño de América, lo amenazó: “Me dijo de todo”

Libertad de expresión: ¿y los diputados?

Este miércoles, sorprendido por la falta de reacción institucional ante el flagrante atentado contra el derecho a informar, Rial intentó comunicarse a través de las redes sociales con el diputado Waldo Wolff, que preside la Comisión de Libertad de Expresión de la cámara Baja. “La sorpresa fue cuando intenté mandarle un mensaje privado por twitter y descubrí que me tenía bloqueado”, relató el periodista.

Que un empresario intimide a un periodista no puede pasar inadvertido para las instituciones

Por la tarde, durante la emisión del programa televisivo y luego de haber descripto la situación y expresado la preocupación por la falta de reacción del ámbito parlamentario que debiera contener a los trabajadores de prensa víctimas de este tipo de ataques, Rial cuestionó la actitud de Wolff, quien se comunicó con mi teléfono celular para aclarar algunas de las cuestiones en las que había sido aludido. En ese momento lo invité a conversar al aire con los integrantes del panel.

En primer lugar, el diputado macrista, se desentendió de haber bloqueado a Rial en Twitter y sostuvo que ya lo había desbloqueado. “Yo no soy el dueño de la Comisión, soy el presidente y lo que hice fue ponerme a disposición, tenés abiertas las puertas”, argumentó Wolff sobre la inacción en el caso de amenazas. “Hubiese sido bueno que lo que pasó, digas ‘che, acá, está pasando algo'”, le respondió el conductor.

El legislador opositor insistió en que su función es “ponerse a disposición”, y explicó: “No vas a encontrar un solo periodista que me haya pedido una reunión institucional y yo se lo haya negado”. Rial contraatacó con una comparación que no le gustó a Wolff: “si yo me llamara (Nicolás) Wiñazki o (Jorge) Lanata, te tirás de la ventana del Congreso”, a lo que el entrevistado atinó a considerar que le “hace ruido” la “preocupación” del periodista, que entonces se mostró indignado. “No insultes mi inteligencia, Waldo”, retrucó. En este marco, Wolff nunca repudió el hecho. “No me puedo expresar sobre algo que no estuve ni escuché”, justificó, mientras que Rial, concluyó con ironía: “Acabo de descubrir el agua tibia”.

Sobre el final del programa y luego de despedir al diputado, el conductor mostró un tuit del año pasado en el que Wolff se solidarizaba con Viviana Canosa, quien había expresado en una entrevista el “temor” que le había causado un supuesto llamado de Alberto Fernández a su celular personal para cuestionarle algunos conceptos vertidos por la conductora en su programa.

Que un empresario intimide a un periodista no puede pasar inadvertido para las instituciones

“Esto es lo que hubiera pretendido que hiciera diputado Wolff, ni más ni menos que lo que hizo con Canosa, repudiar una agresión explícita hacia un periodista por parte de alguien tan poderoso como el dueño de un multimedios”, concluyó Rial.

¿Imparcialidad?

No fue la única vez que el diputado de Juntos por el Cambio evidenció parcialidad en el ejercicio de su rol como representante de la ciudadanía. Durante el juicio al policía Luis Chocobar en Comodoro Py, a fines de mayo de 2021 Wolff le negó un reportaje en las puertas de Comodoro Py a los cronistas de C5N alegando que “la libertad de expresion es elegir con quien hablar, yo elijo no hablar con ustedes”.

Un año antes, el fiscal federal Eduardo Taiano debió desestimar una denuncia penal impulsada por el legislador macrista contra los periodistas Roberto Navarro, Franco Mizrahi y Ari Lijalad por la publicación de supuestas actas reservadas de la AFI. En su texto, la resolución del ministerio público sostiene que la denuncia “restringe severamente el derecho de la libertad de expresión que le corresponde a los medios de comunicación”. Y agrega: “Aplicar la categoría de delito podrían afectar gravemente la divulgación de información”.

También Wolff tuvo una actitud protectiva con Ángel “Baby” Etchecopar a raíz de unos dichos de la titular del INADI Victoria Donda, quien en una entrevista llamó a “construir una sociedad donde sea repudiado y no tenga audiencia, porque el problema es que la gente lo sigue escuchando”. El titular de la Comisión de Libertad de Expresión citó a la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) para que de explicaciones sobre sus apreciaciones.

“Que usted represente y lidere el INADI hace que lo manifestado cobre otra dimensión y relevancia”, afirmó entonces el legislador de Juntos por el Cambio en la carta dirigida a la titular del organismo. El legislador además extendió su reclamo a FOPEA y ADEPA sobre la necesidad de abrir el “debate sobre las cuestiones vinculantes al derecho a expresarse y que se tome dimensión sobre la gravedad de las palabras”.

Las evidencias hablan por sí solas. El titular de la comisión parlamentaria que debiera ejercer su labor sin reparar en la ideología de los comunicadores a los que representa como diputado nacional, utiliza distinta vara a la hora de medir quiénes son merecedores de esa “protección institucional” y quiénes no. Un particular y selectivo modo de entender la representación democrática.

Luego de debatir públicamente con Wolff, Rial le confió a este medio: “ahora me siento más desprotegido que antes”.

Fuente: Dataclave.com.ar

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