Espectáculos

Volver a bailar

¿Qué te pasa con Vilma Palma?, una movida apología de un “hitazo”

En Rosario todxs saben de qué se habla cuando se nombra el tema “La Pachanga”, una invocación tribal a la danza. Un proyecto llamado “Vilma Palma Experience” intenta ser un homenaje a esas canciones que conquistaron el continente americano de sur a norte


Roky Bigiolli / Especial para El Ciudadano

Me decidí a escribir sobre una banda rosarina. Tengo que pensar qué carajo quiero decir y cómo. ¿Será necesario hacerlo? Digo, que yo escriba sobre una banda rosarina, ¿será necesario? Mientras pienso y escribo escucho a Ian Dury y los Blockheads, pero el rengo de Essex me hace mover la patita, chasquear los dedos y encima silbo.

A fin de cuentas me está haciendo bailar, me hace poner feliz el muy ladino. ¿Y qué querés que te diga?, así no se puede escribir. No pienso apagar la música ni voy a volver a la cama”.

Ticket para trasnochar

Ni bien arrancaron los 90 muchos fuimos habitués del finado boliche Stadium, ubicado en Maipú y San Juan. La noche en Stadium transcurría bajo una lógica hoy ya caduca. Tenía momentos secuenciados por quienes fueran DJ residentes del boliche; estaba el rato de bailar los lentos en donde se armaban las parejas que luego y de mutuo acuerdo iban a transar a las gradas (en esa época transar era besarse y abrazarse, no comercializar drogas) o se despedían hasta un próximo encuentro que seguramente no iba a suceder; también estaba el momento de las cumbias que era cuando se hacía pogo en la pista.

El resto de la noche se llenaba de hitazos bailables, canciones sueltas. Las de Depeche Mode; las de Erasure; de INXS; “No Coke” de Dr. Alban, rarezas de la época como “King Kong Five”, de  Mano Negra y la que te cortaba el mambo con la mejor onda era Laurie Anderson que con “Born, Never Asked” te invitaba a que te retires porque la noche había terminado.

Pero hay uno de esos hitazos que suenan en la noche de Stadium que viene con un gualicho autóctono, se llama “La Pachanga” y pertenece a los rosarinos Vilma Palma e Vampiros. En Rosario todos y todas sabemos sobre qué hablamos cuando hablamos de “La Pachanga” de Vilma Palma. Entendemos muy bien qué se anuncia con ese sintetizador y ese beat de bombo que suenan desde el minuto 0.

Es una provocación para que se arme la joda, es una invocación primitiva y tribal, es la obertura a la danza del boliche que no tiene que parar nunca, por eso logró conquistar el continente americano de sur a norte. Y las tropas salieron desde Rosario, Santa Fe.

Los vampiros salen a volar

Los 90 parieron grandes y míticas bandas rosarinas de rock y pop. Para dar cuenta del fenómeno salían a escena Los Vándalos, Intense Mosh, Scraps, Los Shocklenders, Carillon, Zona 84, Sumergido, Sucesores de la Bestia, Bulldog, El Regreso del Coelacanto, Degradé, las Cambio de Hábito Cielo Razzo, entre muchas otras. Pero quienes sin rodeos le dieron un patadón a la puerta del mainstream ni bien arrancaba la década fueron Vilma Palma e Vampiros con su álbum debut de portada ramonera y título homónimo al nombre de la banda.

“La Pachanga” es la canción que abre la carrera discográfica de Vilma Palma. ¿Podría haber sido de otra manera?  En los primeros y en los últimos segundos de “La Pachanga” está concentrada la fórmula de este hitazo.

Como escribí más arriba el arranque del tema es un llamado a la joda eterna, el bajo de Largo Pugliani corta de un machetazo la secuencia del tándem Oveja/Sachetti (bombo/sintetizador) para dar paso al rasguido hipnótico funky de la guitarra de Jorge Risso y los UOUOUOOOH de brujo/chamán marca registrada del Pájaro Gómez, luego se despliega la letra: “Está la luna asomándose, el cura habla por la TV…”, esto no se canta , esto se grita agitando los brazos. Y al final de la canción está la épica del hit, los CHANCHANU EEE en loop de Karina y Natalia son un grito de batalla, son el mantra de la pachanga consumada.

Si no se te mueve el cuerpo con “La Pachanga” entonces no me busqués porque seguramente vos solo tenés reproches.

El Vilma Palma Experience

Hace unos años atrás un Mario “pájaro” Gómez totalmente sincero dijo algo así como que la obra de Vilma Palma descansa en 10 o 12 canciones. Sus hitazos. Esa afirmación de Mario es indiscutible pero si recorremos la discografía vamos a encontrar varias sorpresas.

Fuera de los temas exitosos asociados al entretenimiento aparecen canciones de protesta, letras con humor corrosivo, fusiones musicales de vanguardia que despliegan influencias de Duran Duran, Faith No More y Sly Stone. Señoras y señores que no les quepa la menor duda que existe un Vilma Palma e Vampiros beyond the hit.

En 2018 decidí tomar cartas en un asunto que inventé como necesidad cultural: producir un homenaje de músicos locales a las canciones de Vilma Palma e Vampiros. Bauticé al proyecto con el nombre de Vilma Palma Experience y lo que sería el disco que recopile las participaciones: Ticket para Trasnochar.

Pero claro, ser productor musical no es solo tener percepción sobre cómo construir el proyecto también tenés que tener dinero, contactos y por qué no cierto talento musical.

Carecía de dinero, los contactos eran bastantes escuetos y mi talento musical es por lo menos discutible, así que sin chapas a la vista fui acercándome a diferentes músicos y bandas  y preguntando qué posibilidades existían para autograbarse.

El primero en arrimar su participación al proyecto colectivo fue el carlotense Ber Stinco, quien ya tenía grabada su versión rutera del tema “Bye Bye”; luego con Los Dependientes (dúo en el que milito como crooner) + la cantante Malena Greco formamos una agrupación fantasma llamada No Somos Nada, (nombre tomado justamente de un tema de los Vilma Palma) con quienes grabamos la encantadora “Voy a Vos”  y como último registro quedó la versión brillante y polémica de “Un Camino hasta Vos” interpretada por el majestuoso Hombre de Color.

Estas canciones están disponible para ser escuchadas en el canal de YouTube del Vilma Palma Experience. En pista quedaron truncas la interpretación de “Verano Traidor” a cargo de Toni Temple, y atrapada dentro de una computadora una versión de “Travestis” grabada con la voz de Tato Vega (Shocklenders), bajo + programaciones de Yaq (Los Dependientes) y la guitarra invitada del Chino Aguilar (Los Vándalos), cuyo resultado fue un delirio alucinante que tranquilamente podría poner colorados a los Massive Attack. Esperemos que algún día vean la luz.

Otro interesado en participar fue Lauphan, quien se propuso para versionar “La Pachanga” pero en mi delirio de Quincy Jones soñaba a “La Pachanga” como un “We are the World”, en donde la cantábamos todos.

Hoy me arrepiento en haberme negado a que el músico entrerriano encare esa versión, hubiera sido un golazo. Insisto, este homenaje está inventado por mí, creyéndome encarnar la voz del pueblo, no lo pidió el Estado ni mucho menos la banda en cuestión.

Solo me pregunté: ¿Cómo no homenajear a los creadores del último hitazo internacional que se parió en nuestra ciudad.

Pasame el barbijo que se vino la pandemia

Este septiembre pasado Vilma Palma e Vampiros cumplió 30 años de carrera en plena pandemia y lo festejó con un show por streaming. Siguen activos con una formación renovada y continúan sonando muy bien.

Hoy la emergencia sanitaria nos aleja la posibilidad de ver un show en vivo o de ir a tirar unos pasos a alguna pista. Por momentos la ansiedad nos gana, queremos volver a bailar en masa una vez más.

¿Será por eso que escribo?, no importa. Para dar un cierre he tomado parte de la letra de uno de sus últimos hits: “Carcaman”, haciéndole una pequeña pero significativa modificación. A modo de invocación, embrujo, gualicho o como guste…

“Che Covid

Para mí, para la humanidad

Para el bien de la comunidad

Por la gente que tanto esperó, te vas

Che Covid

Para mí, para la humanidad

Para el bien de la comunidad

Por la gente que tanto esperó, bye bye”

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