Economía

¿Alcanza?

Qatar, Ahorro o Coldplay: un abanico de dólares para evitar una devaluación brutal

En la previa al mundial y a la época de vacaciones, el gobierno aplicó un nuevo diferencial para los consumos turísticos extranjeros que se suman a más de una decena de tipos de cambio en Argentina. El problema de fondo sigue siendo el mismo, pero y por ahora se apela a medidas de corto plazo


Durante los primeros ocho meses de 2022, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) perdió casi 5 mil millones de dólares por gastos de argentinos en el exterior. La cifra es la más alta de los últimos cuatro años y quedó apenas por debajo de lo recaudado con la implementación del dólar soja. Ante este escenario, el gobierno nacional dispuso un cobro diferencial denominado “Dólar Qatar”. Esta nueva denominación se suma a más de una docena de tipos de cambio diferenciales que existen en Argentina, y que responden al equilibrio que hace el gobierno nacional ante la crisis económica y el intento de no terminar en una devaluación brutal. La amplia brecha cambiaria y las restricciones para acceder al oficial fueron empujando al gobierno a definir otras medidas para ganar tiempo y frenar la caída de reservas.

Al ya conocido Solidario o Blue, y a los tradicionales financieros, como el MEP o CCL, el mes pasado se sumó el Soja, con el objetivo de incentivar una liquidación masiva del agro. Ahora, y con el mundial de Qatar en el horizonte cercano, el gobierno resolvió aplicar un diferencial para determinados consumos en el exterior. La decisión responde también a que se aproxima fin de año y la gente comienza a planificar sus vacaciones.

¿Qué números mira el gobierno?

De acuerdo a los datos del Informe de la Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario del BCRA, durante agosto (último dato disponible) el rubro “Viajes y otros pagos con tarjeta” demandó US$ 795 millones. Esto incluye servicio de transporte de pasajeros, los gastos de operadores turísticos y los pagos con tarjeta de crédito. Pero tampoco discrimina gastos que surgen de la contratación de servicios extranjeros desde el país (como puede ser Netflix).

Al contrastar con los ingresos de dólares por turismo receptivo, es decir aquello que los turistas extranjeros gastan en el país, el déficit de la balanza de pagos fue de US$ 757 millones, la peor cifra desde mayo de 2018, cuando el déficit fue de US$ 861 millones.

En el acumulado del 2022, el balance arroja un resultado negativo de US$ 4.629 millones, como resultado de gastos por US$ 4.911 millones e ingreso por US$ 282 millones. El volumen de dólares que se fueron en concepto de turismo en lo que va del año, es comparable con los más de 7 mil millones que ingresaron al país a partir de la implementación del dólar soja.

En contexto de escasez de divisas, ante los requerimientos del Fondo Monetario Internacional y con la temporada de verano en el horizonte, sumado al Mundial de Qatar 2022, el gobierno nacional apeló a una nueva modificación en el denominado “dólar turista”, un tipo de cambio que ya contaba con un recargo del 75%. La novedad es que todos los consumos mensuales con tarjeta que superen los US$ 300 tendrán que pagar un recargo del 25% extra a cuenta del impuesto a los Bienes Personales, lo que equivale a $315.

Si bien la salida de divisas a raíz del turismo en el exterior no es el mayor causal de la sangría de dólares, es un fenómeno que los distintos gobiernos vienen mirando con preocupación. Hasta 2009 el saldo turístico era positivo, pero en 2010 se revirtió y desde entonces se mantiene en terreno negativo.

El problema de fondo

Consultado sobre las dificultades que tuvo Argentina durante la última década en relación a la balanza turística, el economista y analista financiero, Federico Fiscella, explicó: “Al principio las dificultades tuvieron que ver con el atraso cambiario, era barato afuera y caro acá. También tiene que ver con los 11 años de cepo, en ese contexto cualquiera prefiere liquidar en el blue antes de vender en blanco”

Respecto a la implementación de los nuevos tipos de cambio, tanto el denominado “Qatar”, como “Coldplay”, agregó: “No soluciona nada de fondo, lo hace más caro. A alguno seguro le baja la idea de salir por lo caro, pero también hay que tener en cuenta que viajar localmente tampoco es barato”.

Desde su asunción al Ministerio de Economía, Sergio Massa descartó la posibilidad de llevar adelante una devaluación tradicional, pero la alternativa parece ser hacerla de manera sectorizada. Hay más de una docena de valores diferentes para la divisa estadounidense en este momento en Argentina.

En ese sentido, Fiscella insistió con un problema de fondo, relacionado a la restricción externa y a la no generación de dólares genuinos. “Argentina pide las divisas prestadas y no hace nada en el medio para devolverlas. Eso lo lleva a la restricción externa que es cuando no tenés más dólares para seguir funcionando y ahí viene la crisis de sector externo”.

Por último, y en relación a las posibilidades de evitar una devaluación con la implementación de cambios diferenciales, el economista sintetizó: “Puede evitarla, pero es extremadamente sensible a cualquier error o desprolijidad o cuestión política. Es una medida que requiere mucha precisión y que casi todo te salga 10 puntos”.

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