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Punto de partida: Newell’s igualó 2-2 ante Platense en el inicio del torneo

La Lepra tuvo una tarde para el olvido de Lucas Hoyos, responsable de los dos goles de Platense, y además Ramiro Sordo falló un penal. Así y todo, con un Panchito González iluminado y una idea de juego que por momentos apareció, rescató un empate

Foto: Roberto Tuero

 

Cuando un equipo está en formación, no admite errores. Y este Newell’s versión Heinze, aún en construcción, no pudo ganarle en el debut a Platense por fallos individuales demasiado groseros. Lucas Hoyos tuvo una tarde negra, con responsabilidad absoluta en los dos goles del Calamar, y el 2-2 final deja una sensación de bronca lógica por las posibilidades que tuvo la Lepra para traerse a Rosario los tres puntos.

Intensidad. Esa parece ser la clave que busca imponer como sello Gabriel Heinze. Así salió a jugar su Newell’s, un equipo claramente en formación que necesita un salto de calidad que le pueden dar los refuerzos que faltan (Jorge Recalde, Jherson Mosquera y alguno más) y algunos lesionados que iban a ser titulares, como Cristian Ferreira y Marcos Portillo.

Con el pibe Rossi de nueve fuera del área y con laterales y extremos proyectados para atacar por afuera, las intenciones leprosas quedaron claras de arranque. Y también se vio enseguida cuáles eran las debilidades. El sector izquierdo de la defensa se mostró inestable desde el primer ataque rival. Pittón no hizo pie, ni atacó ni defendió, y Ditta se incomodó por tener que salir demasiado afuera.

Los indicios del partido se empezaron a notar. Y no sorprendió que Newell’s abriera el marcador con una jugada ideada por el DT. Lo que podía suponerse un pelotazo de Lucas Hoyos fue en realidad un pase perfecto para sorprender a la defensa calamar. Francisco González supo lo que iba a pasar y por eso no quedó adelantado y tuvo la claridad para no dejar que le pelota tocara el césped. Toque de empeine para que Sordo atropellara con el arco vacío y pusiera el 1-0.

Ir en ventaja no modificó la idea leprosa. Tampoco las inestabilidades defensivas. Ditta perdió una pelota increíble y Sforza estuvo cerca de hacer un penal. Pittón equivocó una salida y Taborda casi anota. Avisos que se concretaron un rato después. Pelotazo cruzado a la izquierda, Ditta apenas pudo peinar el balón y Morgantini aprovechó la siesta de Sordo para marcar y la escasa resistencia de Hoyos. Un empate que a esa altura –media hora de juego- le ponía justicia a lo que estaba sucediendo en cancha.

El partido le abrió un hueco a Newell’s para volver a pasar al frente apenas inició el segundo tiempo. Una jugada asociada y rápida desde el medio, derivó en una mano en el área frente a un desborde de Pittón. Penal para pasar al frente, pero Sordo lo pateó muy al medio y el arquero Arce ahogó el grito.

Chance desperdiciada, que enseguida se transformó en golpe al mentón. Un pelotazo largo y sin problemas del arquero Arce encontró mal parado a Hoyos, que falló en el cálculo y con un blooper dejó la pelota viva en el área chica leprosa para el gol de Baldasarra.

Las miradas al piso de los jugadores, el lamento de Hoyos y la bronca de Heinze presagiaban un futuro complicado en el partido. Pero enseguida hubo devolución de gentilezas. Reasco remató al rastrón y el arquero Arce dio un rebote inexplicable. Y Panchito, atento, le dio cruzado para el 2-2.

El final pudo ser para cualquiera, la inestabilidad de los arqueros dejó siempre abierto el partido, y si bien Newell’s intentó un poco más, al final el empate no le cayó tan mal en una tarde donde las adversidades fueron demasiadas para esperar un poco más.

 

 

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