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Pulga para detectar la contaminación

Alumnos de Helvecia utilizaron el insecto para curioso experimento científico.

Un grupo de alumnos secundarios logró detectar la contaminación observando pulgas de agua. Son chicos de la Escuela de Enseñanza Técnica Nº 457 de Helvecia que investigaron el efecto que tienen las sustancias contaminantes y usaron la pulga de agua como indicador: seleccionaron ese bicho –cuyo nombre científico es Simocephalus– después de identificarlo en una laguna semipermanente cercana a la escuela.

“La pulga es un marcador de contaminación y el objetivo era usarlo para saber si el agua estaba, o no, siendo contaminada. Como indicador es muy sensible a las sustancias que evaluamos: lavandina y detergentes, que tienen que ver con los desagües domiciliarios”, explicó Albana Marchesini, docente de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL.

La investigadora trabajó con los estudiantes a lo largo de todo el proyecto en el marco del programa “Los científicos van a la escuela”, organizado por la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la provincia. El trabajo ganó el primer premio en la edición 2009 de la Feria de Ciencias en la que compitieron escuelas de toda la provincia.

 

El trabajo de laboratorio

Los alumnos primero reprodujeron las pulgas extraídas de la laguna en un acuario. “La temperatura y la cantidad de alimento fueron cosas que hubo que acomodar”, comentó Marchesini. Luego se expusieron grupos de cinco pulgas de la misma edad a distintas concentraciones de los productos más comunes y tóxicos de uso domiciliario: lavandina y detergente.

“Hicimos ensayos con lavandina y detergentes. Pusimos concentraciones crecientes y, además, mantuvimos una muestra testigo. Evaluamos cómo la pulga se desarrollaba o no en ese medio hostil. Los chicos concluyeron que la eliminación residual de ciertos productos masivos de limpieza sin tratamiento representa un alto riesgo para los ecosistemas acuáticos y atenta contra el equilibrio ecológico de los cuerpos de agua dulce”, detalló la investigadora.

Obtenidos los resultados, la propuesta de los chicos fue iniciar una campaña de concientización para promover un uso racional de productos de limpieza. “No podemos dejar de usarlos, pero sí manejarlos mejor. Hay gente que usa la lavandina pura y no sirve para nada; con tres tapitas en diez litros de agua te alcanza para todo lo que quieras matar”, ejemplificó Marchesini.

 

La ciencia engancha

Para la docente, la experiencia –lejos de los prejuicios sobre que la ciencia es aburrida y difícil y que son pocos los que pueden entenderla– fue muy valiosa. “Los chicos supieron lo que es hacer investigación científica en carne propia. Estaban muy enganchados, venían después del horario de clase y se comprometieron de una manera increíble”, destacó Marchesini.

“Respecto de los fines que estábamos siguiendo, que era que los chicos se entusiasmaran en un proyecto científico, que buscaran, investigaran y evaluaran resultados, el objetivo se cumplió”, concluyó la investigadora de la UNL.

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