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Propietarios insisten en que los moteles no son sitios de riesgo para la circulación del coronavirus

Desde el sector aseguran que están preparados para recibir a los clientes. Fue luego de que le hicieran un pedido al gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, para volver a funcionar


Para ponerle un poco de “sal y pimienta” a una relación, para cambiar de ambiente, para ser un amante más atrevido o simplemente para que un viajante pase la noche, los moteles -que ya llevan más de dos meses sin poder trabajar por el aislamiento social, preventivo y obligatorio- piden reabrir con el protocolo sanitario correspondiente: desde el sector advierten que están preparados (desde antes de la pandemia) para recibir a los clientes ya que “no representan situación de riesgo de circulación del Covid-19”. Caso contrario, aseguran que inevitablemente irán a la quiebra.

Por ese motivo, desde la Cámara de Hoteles Alojamientos y Afines del Litoral, pidieron a través de un comunicado dirigido al gobernador de la provincia, Omar Perotti, la reapertura de la actividad. Además, presentaron en el Ministerio de Trabajo de la provincia su “protocolo de trabajo” para garantizar la higiene y la seguridad sanitaria en los establecimientos.

También, a fines de abril, el pedido fue planteado al intendente Pablo Javkin, y mantuvieron reuniones con los titulares de bloques del Concejo.

Entre Rosario y el Gran Rosario son más de 30 establecimientos de este tipo que emplean a 300 trabajadores directos e indirectos. Si se suma la provincia de Santa Fe, son alrededor de 500 familias que viven del rubro.

Fernando Solari, representante de la Cámara de Moteles del Litoral, remarcó que no sólo su clientela va por placer sexual, sino que también van personas solas y viajantes (que tienen el permiso correspondiente para circular) que se alojan por una noche y más también.

Los establecimientos no tienen gran cantidad de habitaciones: entre unas 10 y 15 promedio, y no existen áreas de uso común. La reglamentación del rubro no permite el ingreso de más de dos personas por habitación. Es decir, que no hay aglutinamiento de gente. Tampoco hay contacto físico entre empleados y clientes.

“Nuestros alojamientos están afuera de la ciudad. A la hora de pagar, se hace mediante un box de intercambio que ni siquiera se ven la cara el cliente y el empleado. Sacamos las bebidas del frigobar para que haya menos contacto y pidan por carta”, explicó Solari a El Ciudadano.

El representante de la Cámara de Moteles de Litoral dijo que lo ideal sería trabajar con turnos con los clientes y hasta están dispuestos a abrir en un horario comercial. “Siempre estuvimos dispuestos a amoldarnos a la coyuntura”.

Solari, que es propietario del Motel Quim de Villa Gobernador Gálvez, contó que muchas personas rompen la cuarentena para tener relaciones sexuales. “Son muchos los casos y los motivos. Hay parejas que son estables, pero no convivientes, se la rebuscan para encontrarse y si no tienen permiso de circulación, les remiten el auto y es un perjuicio terrible”.

El empresario hotelero contó que la pregunta del millón es: ¿Cuándo abren? ¿Siguen cerrados? “Si nos permiten abrir los establecimientos no es que va a pasar que haya más circulación en la calle”, dice.

Hoy, una habitación estándar (por un turno de dos horas) sale entre 800 y 1200 pesos, que incluye calefacción, aire acondicionado, música, televisión por cable y también se puede ver pornografía.

A modo de anécdota, Solari contó que algunos clientes se fueron y dejaron durmiendo a su pareja, otros tienen altas formas de expresarse y hasta encontraron zanahorias en las habitaciones. “Y muchos clientes vienen solos”.

Por su parte, Ruth Zentner, gerenta del motel Ava Miriva, remarcó que los establecimientos (la mayoría con más de 50 años de antigüedad) vienen desde hace varios años en caída. “Somos empresas familiares que si continúan cerradas van camino a la quiebra”, relata.

La gerenta del tradicional establecimiento de avenida Circunvalación, contó que los bancos no les están otorgando créditos porque están al borde de la quiebra. Además, en pleno siglo XXI, siguen figurando como “rubro indecoroso”.

“Nuestro rubro no recibe turismo, no tenemos lobby, ni piscina, ni sala de conferencia, ni desayunador. Los huéspedes no tienen contacto con otros huéspedes. Todo se maneja a través de un box. Nuestra estructura, desde antes de la pandemia, ya estaba preparada para estos tiempo que corren. Nuestro sector es alojamiento por horas”, aseguró la mujer.

Zentner, aseguró que en el motel Ava Miriva son muy detallistas y puntillosos a la hora de la limpieza. “Tenemos más de 40 cámaras de seguridad, limpiamos los teléfonos con un peachimetro (que permite eliminar los residuos que se incrustan allí), las sábanas se lavan a la temperatura que corresponde y los empleados trabajan con guantes especiales, ya que no sabemos si se pueden encontrar con una aguja o un objeto punzante”, dice.

La gerenta de uno de los moteles más conocidos de Rosario, detalló que están nucleados en la Federación Hotelera (Uthgra), pero no tienen peso gremial. “No estamos catalogados en el sector recreativo. Nuestro alojamiento es por hora y prestamos otro tipo de servicio a la comunidad. Es tan grande la discriminación y el prejuicio que no somos visualizados”, señala.

Y agregó: “Estamos preparados estructuralmente para abrir. Por ejemplo, en mi motel la cocina no funciona como cocina, proveo a los clientes de artículos envasados, desde antes de la pandemia, con la autorización correspondiente”.
Zentner aseguró que si no los habilitan para trabajar, muchas familias se quedarán sin empleo.

Viva María

La gerente del motel de calle Circunvalación contó que “Ava Miriva” no es el nombre original. “Durante la época de la dictadura, el hotel se llamaba Viva María. Nos tiraron una bomba y con las letras que quedaron rearmamos el cartel”.

Y agregó: “Fuimos sponsor de la comunidad homosexual argentina. Y en las épocas en que todavía no se hablaba de violencia de género, ya tomábamos personal capacitado para circunstancias de riesgo. Es decir, en nuestros pasillos técnicos siempre se testea y estamos atentos ante un pedido de auxilio”.

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