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Procesan y embargan a una abogada por estafa

Una anciana denunció que le entregó más de 50 mil pesos para la compra de una casa, que nunca obtuvo.

Una abogada rosarina fue procesada por estafa y se le trabó un embargo de cien mil pesos, luego de que una anciana de escasos recursos que la quería “como a una hija” le confiara el dinero de un seguro. Además de la denuncia de la mujer de 78 años, trascendieron al menos otros diez casos de damnificados, en su mayoría colegas y amigos de la letrada, que habrían entregado dinero en modo de préstamo y/o inversión bajo la promesa de recibir el diez por ciento mensual, cuyo monto total se calcula en los cuatro millones de pesos.

El procesamiento por estafa que dictó el juez de Instrucción Juan Andrés Donnola tiene como víctima a una mujer de 78 años, de nombre Rosa L. F., quien denunció haberle prestado 10 mil dólares y 15 mil pesos a su abogada de confianza y a la que quería “como a una hija”, luego de que la misma le ofreciera invertirlos en la Mutual de Manuel Ocampo, localidad del partido bonaerense de Pergamino, de donde es oriunda la letrada. La anciana había obtenido ese dinero por el cobro de un seguro y pretendía destinarlo a la compra de una propiedad para su hija y nietos, quienes viven de forma precaria.

Durante los testimonios recolectados por el juez Donnola surgieron planteos similares de “víctimas directas o indirectas” que gozaban de la confianza de la abogada, por lo que aceptaron entregarles sus ahorros en forma confidencial y como favor personal para obtener rédito económico. Según resalta el fallo, “estas maniobras tenían siempre como punto de partida una presunta Mutual de la provincia de Buenos Aires a la que accedía únicamente la imputada”, hechos que serán investigados en otra instancia.

Sin casa propia

“Lorena siempre fue la abogada de mi mamá. Ella la veía como una hija. Y como es una persona grande, confiada y de campo, no necesita de papeles escritos. Para ella la palabra es lo que vale, es ley”. Así expresó la hija de la mujer denunciante el hecho de que su progenitora haya entregado su única posibilidad de casa propia a la abogada, sin documentos que respalden el préstamo.

La chica dijo que le reclamó varias veces el dinero de su madre a la abogada e incluso que le hizo firmar un pagaré. La respuesta fue que alquilara la casita que quería comprar durante un mes. Por eso la joven pagó el alquiler, se mudó allí con sus hijos, realizó arreglos en la propiedad, pero como el dinero nunca apareció perdió lo que era de ella y más, según se desprende de su testimonio: “Me arruinó la vida a mí y, lo que es peor, la de mis hijos. Ella se abusó de la confianza que mi mamá le dio”.

En sus argumentos, el juez resalta que “en la causa se ha probado por distintos testimonios que manifiestan en forma reiterada cuál era la operatoria que llevaba a cabo la inculpada para poder recepcionar el dinero de la víctima, y de otras personas y que una vez que se producía esta circunstancia ese dinero o sus intereses dejaban de aparecer o en su caso de devolverse con las consabidas consecuencias”.

Más adelante Donnola rescata que “todas las acciones llevadas a cabo tuvieron como punto inicial la confianza ganada por la profesional”, y que “la señora Lidia y su hija se vieron perjudicadas en su dinero y en la frustración de la compraventa del inmueble”.

La fiebre del oro

“Soy una persona honesta, de moral intachable y, como decía un profesor mío, de conducta prístina”. Así se presentó la abogada procesada María Lorena R. durante la primera declaración indagatoria. La letrada dijo que no fue “partícipe, ni protagonista, ni parte de ningún ardid estafatorio” y que la denunciante “no fue engañada en nada ni inducida a error”. Según sus dichos, se trató de “una simple cuestión civil y no una penal”. También acusó a “gente inescrupulosa” de aprovecharse e intentar extorsionarla con inminentes denuncias penales en su contra.

Más adelante, en una ampliación indagatoria, agregó que la anciana que la denunció por estafa “no es una persona ignorante o susceptible de ser engañada” sino que, por el contrario, acostumbraba realizar este tipo de actividades financieras. La abogada acompañó documental de dos ejecuciones en relación con el dinero de la mujer de 78 años.

Por último, María Lorena dijo que la víctima era ella, dado que había prestado dinero a un colega que se dedicaba a “este tipo de inversiones”, confianza que justificó en una relación sentimental y clandestina. “Yo estaba enamorada de él”, sostuvo.

En su declaración también mencionó a otros dos abogados, durante años de su círculo más íntimo, quienes –según María Lorena– tenían como medio de vida las mismas actividades monetarias. “Yo advertía que se desesperaban por realizar operaciones de este tipo atento a la ambición desmedida que me recordaba a la fiebre del oro del Lejano Oeste”, dijo la mujer.

Profesional del derecho

En relación con la defensa esgrimida por la abogada, el juez fue contundente sobre su accionar profesional: “Nada de lo tramitado puede hacer pensar que ésta sea una actividad normal y de práctica de esta persona, teniendo en cuenta además que es una profesional del derecho debiendo conocer o saber perfectamente cuál es el riesgo y los motivos del mismo como para acceder recibir un dinero y luego firmar un documento a otra persona” (en relación al pagaré).

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