La investigación por el crimen de Darío Tirabassi, el repartidor de golosinas que en octubre del año pasado fue atacado a tiros por dos asaltantes y murió después de tres días de agonía, concluyó su primera etapa. El juez de Instrucción Luis María Caterina procesó a un joven de 25 años por el homicidio. En tanto, otros dos hombres que estaban sospechados por la misma causa fueron sobreseídos.
El joven procesado por el homicidio del repartidor atacado a tiros el 14 de octubre de 2009 es Hugo Daniel A., de 25 años, alias Mono.
Según se desprende de la investigación, este muchacho, que ahora deberá enfrentar un juicio oral está acusado de haber atacado a tiros a Darío Tirabassi junto a un cómplice que nunca fue detenido.
Por el crimen de Tirabassi había tres detenidos: Hugo A. –quien quedó procesado–; Sebastián Alberto I., de 31 años; y Andrés Pablo G., de 30. Los dos últimos recibieron la falta de mérito y luego fueron sobreseídos.
La investigación
El ataque a Tirabassi ocurrió hace poco más de un año, el miércoles 14 de octubre de 2009, cuando el repartidor estacionó su camión en Hilarión de La Quintana y Castro Barros y se acercó a un comercio a tomar un pedido. Pero cuando volvió al vehículo para buscar la mercadería fue sorprendido por un ladrón, con quien aparentemente mantuvo un forcejeo.
Los vecinos sólo escucharon el ruido de un disparo y vieron al hombre caer malherido al lado de la camioneta y a dos muchachos huir en una moto marca Yamaha Crypton color azul. Uno de ellos llevaba una pistola, que más tarde se determinó era calibre 22.
Tirabassi falleció tres días después en la sala de terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
Unas semana más tarde, Sebastián I. y Andrés G. caían en sendos allanamientos. Y, el 12 de diciembre, tras una serie de procedimientos que llegaron hasta la localidad de Villa Constitución, Hugo Daniel A., alias Mono, fue apresado muy cerca de su casa, en la zona de El Mangrullo.
Tras el análisis de las pruebas, el juez de Instrucción de la 3ª Nominación, Luis María Caterina, decidió dictar la falta de mérito a los dos primeros detenidos, puesto que no había elementos suficientes para involucrarlos en el hecho. Además, ninguno de los dos fue reconocidos en rueda de personas. Luego, ambos fueron sobreseídos.
Sin embargo, la situación del Mono era distinta. Además de ser reconocido en rueda de personas por un testigo presencial del crimen como el matador del repartidor, el arma calibre 22 que está incorporada como prueba en la causa fue encontrada en su casa, entre dos colchones de una cama. Y, si bien la bala extraída del cuerpo de Tirabassi no pudo cotejarse, se determinó que una vaina servida encontrada cerca del lugar del homicidio coincidía con el arma incautada.
De acuerdo con el fallo, el juez se valió de esos elementos para procesar al Mono. Y, si bien la resolución fue dictada hace varios meses, recién se dio a conocer a la prensa la semana pasada.
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