Edición Impresa

Procesan a travesti por una pelea fatal en la zona roja

Le dicen Sofía, tiene 20 años y está acusada de asesinar en abril pasado a puntazos a Lola, de 38. Ambas eran nuevas en la zona, se tenían bronca y un día antes se habían tomado a golpes de puño.

“Se dieron como locas”. “Las dos estaban a los puntazos”. Así relataron trabajadoras sexuales la pelea que en abril pasado protagonizaron dos travestis en la intersección de Cerrito y Corrientes, una de las esquinas que conforman la llamada zona roja, en barrio Abasto, donde una de las contrincantes resultó muerta. Lola, de 38 años e identificada como Alejandro Valentín Saied, falleció cuatro días después de recibir varios puntazos en el abdomen mientras que su rival, José Luis N., que al momento del hecho tenía 19 años y es conocida como Sofía, fue procesada a mediados de la semana pasada bajo la figura de homicidio con exceso en la legítima defensa. Además, el juez de Instrucción Juan Andrés Donnola convirtió en prisión preventiva su detención, le trabó un embargo de cien mil pesos y ordenó investigar las amenazas denunciadas por un testigo de la causa.

De acuerdo con distintos testimonios recolectados, tanto Lola como Sofía “eran nuevas” en la zona, “se tenían bronca” por motivos no divulgados en el expediente judicial y la madrugada previa a la pelea fatal se habían enfrentado a puñetazos en la esquina de Ituzaingó y Corrientes.

Por eso, cuando pasada la medianoche del 12 de abril se volvieron a cruzar en una de las esquinas de barrio Abasto, ambas estaban provistas de armas blancas, según dedujo el juez Donnola basado en el secuestro de diversos elementos cortopunzantes en el lugar del hecho.

Esa noche, los gritos de varias trabajadoras sexuales que ejercen la prostitución en la vía pública alertaron a los vecinos, que avisaron al 911.

Cuando la Policía llegó a la esquina de Cerrito y Corrientes, cerca de la 1, se topó con una ronda de travestis exaltadas que observaban a Lola agonizar en el piso y a Sofía, también tendida en el suelo y con su cartera abierta, donde había un cuchillo, dos navajas, profilácticos y prendas de vestir.

Ambas fueron trasladadas al hospital de Emergencias Clemente Álvarez. Sofía recibió curaciones por una herida leve en la zona posterior del cuello y fue dada de alta mientras que Lola, con varias heridas punzantes en la zona del tórax y el abdomen, quedó internada en grave estado. Por causa de esas lesiones falleció cuatro días después, el 17 de abril.

Pese a distintas visiones de los testimonios recolectados, el juez de Instrucción de la 7ª Nominación, Juan Donnola, indicó que los mismos ayudaron a “recrear parcialmente” la manera en que sucedieron los hechos.

En ese sentido, el magistrado sostuvo que la muerte se produjo como consecuencia de una agresión mutua entre Lola y Sofía, que ambas tenían elementos cortantes y que no existe certeza en relación con quién de las dos comenzó el incidente.

No obstante, el juez resaltó que las heridas en el hombro y la espalda de Sofía la señalaban como la primera herida, aunque más tarde su propio testimonio fue el que sembró dudas, ya que declaró que el cuchillo que tenía –presunto arma homicida– se lo había sacado a Lola.

Donnola también resaltó que todos los testigos hablaron de una verdadera pelea y además tuvo en cuenta el incidente del día anterior, en el que ambas contrincantes se habían agredido físicamente.

Sobre ese punto, el testimonio de una travesti amiga de Lola indicó que eran cerca de las 3 del 11 de abril cuando Sofía le pegó un cachetazo y le gritó: “Decile a Lola que aprenda a robar”. Eso generó la inmediata reacción de Lola que se agarró a “los puñetes limpios” con Sofía, quien desenfundó una navaja y le hizo un tajo en el rostro y otro en una pierna.

De todas formas, para el juez el resultado de la pelea que tuvo lugar la noche siguiente (la muerte de Lola) no fue buscado. “A nuestro entender no aparece ajustada a derecho la posibilidad de que el acto aparezca como una actitud netamente homicida”, dice la resolución de Donnola. “Sí una pelea que ha llevado al imputado hacia un acto de defensa inicial con una posterior extralimitación de su conducta, que no le permite frenar el impulso provocando la muerte”, describe.

Es por ello que Sofía fue procesada por homicidio con exceso de la legítima defensa, delito que en caso de obtener condena contempla una pena menor a la figura de homicidio simple. La resolución dispuso además que Sofía continúe detenida hasta el juicio y que se trabe un embargo de cien mil pesos sobre sus bienes.

Comentarios