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Procesado por 17 estafas

Por Carina Ortíz.- Mediante varios cuentos del tío a ancianos, un extrabajador de una empresa que limpiaba un edificio de la EPE se alzó con un suculento botín: al menos 100 mil pesos, 16 mil dólares, 7.600 euros y alhajas.

Un hombre de 38 años fue procesado por 17 hechos de estafa contra ancianos. El acusado, que trabajaba en una compañía que prestaba servicios de limpieza en un edificio de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), elegía a sus víctimas y utilizaba la modalidad de cuento del tío. Mediante un ardid llamaba a personas de la tercera edad alertándolos que iban a allanar sus casas, para luego presentarse en el lugar y lograr que las víctimas le entregaran sus pertenencias. Para cometer los engaños, el sospechoso utilizaba el teléfono de la EPE. El total de lo denunciado como robado asciende a 7.600 euros, 16.600 dólares, 99.600 pesos y varias alhajas, aunque en algunos de los casos no fue especificado cuál fue el botín que se llevó el timador. Durante varios meses la Oficina Judicial de Causas con Imputados No Individualizados –por ese entonces a cargo de Viviana Cingolani– investigó los hechos hasta que el hombre fue detenido. Ahora el Juzgado de Instrucción de la 11ª Nominación proceso al sospechoso por 17 casos de estafas en calidad de autor y dictó una falta de merito en otros cuatro que le fueron achacados. Actualmente la resolución está apelada.

Según se desprende de la causa, la modalidad que utilizaba el estafador era similar en todos los casos: Se iniciaba con una llamada telefónica a la victima desde un teléfono restringido que sólo era utilizado por personal de la EPE o empresas tercerizadas.

En la mayoría de las oportunidades, el acusado se presentaba a sí mismo como funcionario judicial o abogado e informaba a su interlocutor que le iban a allanar el domicilio.

De acuerdo con la investigación, con este ardid el sospechoso recavaba información sobre familiares de la victima, y luego realizaba un segundo llamado donde se hacía pasar por hijo o pariente de los ancianos para contarles que, previo a la medida judicial, se iba a presentar un abogado a quien debía entregarle el dinero y los elementos de valor que había en el inmueble.

Otra de las maniobras que utilizaba consistía en llamar a la victima sosteniendo que eran del banco, preguntaba si tenían dólares y le hacían creer al anciano que la moneda extranjera que tenían era falsa y que la institución se los cambiaría, por lo que se presentaba en la casa y lograba que la víctima le entregara el dinero.

Seis meses fructíferos

Las estafas investigadas se produjeron durante el segundo semestre de 2009 y por lo general en horas de la tarde, cuando los ancianos se encontraban solos. En la mayoría de los casos, el estafador logró su cometido y ganó la confianza de sus víctimas para que le entregaran dinero y joyas.

El primer hecho por el que Román Ariel S., de 38 años, fue procesado, ocurrió el 30 de julio de 2009, cuando el timador estafó a una mujer en 7 mil euros. Al día siguiente, un anciano le entregó 11.400 dólares con el cuento de que el banco le iba a cambiar los billetes porque eran falsos.

En agosto de ese mismo año, se registraron otros dos hechos. El primero fue el día 12, esta vez el llamado era de un supuesto funcionario policial por un tema de drogas. Tras la llamada telefónica se presentó un abogado que supuestamente había enviado el hijo de la anciana y se alzó con joyas, 300 dólares y 120 euros.

Otro de los hechos ocurrió 14 días después en un edificio céntrico, cuando el sospechoso engañó a una octogenaria y se llevó dos anillos de oro, dos relojes importados, 500 pesos, 2.900 dólares y un estuche con un par de perlas cultivadas, refiere la resolución.

En septiembre de 2009, el timador duplicó sus engaños. El 15 de ese mes una anciana creyó el cuento del allanamiento y le entregó a un supuesto abogado 10.000 pesos, una cadena de oro y dos medallas del mismo metal, aunque el embaucador no pudo convencer a otra mujer que no creyó que era su yerno quien la llamaba.

El día 18 se denunciaron dos estafas. En la primera cayó en la trampa una mujer mayor que entregó sus ahorros y alhajas y, media hora más tarde, el ardid se cometió contra otra mujer que cortó la comunicación por lo que no logró consumarse el delito.

Otros dos hechos se produjeron el 28 y el 30 de septiembre. En el primero la victima entregó 3.000 pesos, seis pulseras de oro y un anillo de brillantes y en el segundo caso quedó en una tentativa de estafa, ya que la mujer cortó la comunicación.

El 2 de octubre, el embaucador atacó dos veces más. A las 15.30 estafó a un matrimonio que puso en una caja sus efectos personales y se los entregó. No conforme con ello, una hora más tarde el supuesto abogado se presentó en un departamento céntrico y se llevó 50.000 pesos, cadenas, pulseras, anillos, medallas, una cruz de brillantes, aros, un medallón y otras alhajas de oro.

Una semana y media después cayó una nueva victima y, a fin de ese mes, el estafador se alzó con 20.000 pesos luego de visitar otra propiedad.

Los últimos hechos que se le achacan a Román S. ocurrieron en noviembre de 2009. Dos de ellos se registraron el día 4. En el primer caso el estafador se llevó varias cadenas de oro con sus correspondientes dijes, una pulsera de piedras semipreciosas, un anillo con una esmeralda, un collar de perlas blancas, otro con piedras mordidas, un par de aros, 100 pesos y un celular. Una hora y media más tarde, el timador logró la entrega de 2.000 dólares y 500 euros por parte de un anciano.

El último golpe lo cometió el 10 de noviembre de 2009, hecho en el cual se alzó con 16.000 pesos y joyas.  

La caída de Román  

La detención de Román S. se logró en diciembre de 2009 gracias al rastreo de llamados telefónicos que se hicieron a las líneas telefónicas de las victimas. Al inicio de la investigación se determinó que en cuatro hechos las llamadas se habían realizado desde un teléfono ubicado en un edificio de la EPE.

Con este dato y la descripción del timador, la Oficina Judicial de Causas con Imputados No Individualizados detuvo al sospechoso en las inmediaciones de su casa, en la zona sur. Luego, todas las causas –que sumaron un total de 21–, quedaron a cargo del Juzgado de Instrucción de la 11ª Nominación, que dispuso el procesamiento de Román S. en 17 hechos y dictó la falta de mérito otras cuatro causas.

Ahora el fallo fue apelado y, en caso de que la Cámara Penal confirme los procesamientos, el acusado deberá enfrentar un juicio por múltiples estafas.

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