La Cámara Nacional en lo Criminal confirmó el procesamiento con prisión preventiva de una mujer por el homicidio de su marido, al que roció con alcohol y le prendió fuego por supuesta infidelidad, informaron fuentes judiciales.
El hecho que tuvo como víctima a Edgardo Ceresole, fue relatado durante su agonía por la víctima y por la propia procesada, Angela Yolanda Medina, ésta bajo condición de que lo mantuvieran en secreto, a los hijos y nietos de la pareja.
La medida del tribunal coincidió con la dictada en primera instancia por el juez de instrucción Marcelo Conlazo Zavalía, quien responsabilizó a la mujer como autora de “homicidio agravado por el vínculo”, un delito con pena de prisión o reclusión perpetua.
El episodio se registró el 3 de marzo último en la vivienda familiar ubicada en la calle Superí de la Capital Federal, según lo contó luego una hija del matrimonio al declarar como testigo.
La testigo contó que esa tarde se encontraba con su padre en la unidad que ocupaban en el edificio y su progenitor se dirigió al palier para conversar con la empleada doméstica de otro departamento del consorcio, la que, de acuerdo a la victimaria “intentaba seducir a su marido”.
Cuando Ceresole regresa a su departamento y decide irse a acostar en la cama del dormitorio, su esposa y madre de la testigo lo roció con alcohol y le prendió fuego con un fósforo.
La versión habría sido corroborada por la víctima el 6 de marzo de 2010, poco antes de morir como consecuencia de las quemaduras.
Una nieta que también declaró en la causa expuso que Ceresole “le contó que la abuela pensaba que él le era infiel, que por ello habían tenido una discusión dentro del domicilio, y que luego, mientras él estaba descansando en la cama, ella lo roció con alcohol y le prendió fuego”.
Medina “nunca fue a visitarlo” a Ceresole cuando estuvo internado por las mortales heridas, relató otro familiar, quien agregó que la víctima le contó que el ataque de su cónyuge habría tenido relación con una supuesta infidelidad.
Según la autopsia Ceresole sufrió “quemaduras de tipo AB y B en evolución en cara anterior de antebrazo, tórax y abdomen, cara anterior y lateral, hueco axilar izquierdo con cara anterior de brazo izquierdo, cara anterior de brazo y antebrazo derecho y dedos de dos uñas de mano derecha, en ambas ingles que constituyen un 35-40% de la superficie corporal”. La muerte, según los peritos, “fue producida por quemaduras críticas”.
Los testigos explicaron que la víctima les refirió no querer hacer la denuncia por lo sucedido, por lo que la causa tardó en llegar a la justicia.
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