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Botín de oro y plata

Prisión condicional para un joyero por el robo a un colega

Tiene 51 años y fue penado por encubrimiento agravado en el golpe al estilo boquetero en Maipú al 1000.


Un joyero de 51 años fue condenado a dos años de prisión condicional por encubrimiento agravado en el marco del caso por el robo con modalidad de boqueteros a un local de Maipú al 1000 en marzo pasado, en un juicio abreviado homologado el pasado viernes 12.

Había sido detenido junto con otros siete hombres diez días después del asalto en una casona de la zona oeste, cuatro de los cuales terminaron acusados por el atraco, mientras que otros dos fueron imputados bajo la misma figura por la cual se acaba de firmar la condena para el comerciante, pese a que en primera instancia había sido encausado como partícipe primario de robo calificado, al sospecharse que había participado del golpe.

El robo a la joyería MG de Maipú 1062 comenzó en las primeras horas del miércoles 25 de marzo pasado, en el final de un feriado de cuatro días, cuando cuatro hombres se colaron en un local abandonado, donde funcionó un negocio de ropa deportiva. De allí, pasaron al techo de la joyería que está pegada al lugar y empezaron a hacer el boquete.

Tras ingresar al local, sin que la alarma se disparara, el cuarteto se escondió en los baños, esperó a que los dos empleados llegaran y los sorprendió a las 7.45. Los asaltantes obligaron a las víctimas a que les abrieran las vitrinas y la caja fuerte y se pusieron a llenar los bolsos con todas las joyas que encontraron a su paso: 6,2 kilos de oro y 8,4 de plata.

Tras unos minutos de recolección, el cuarteto ganó la calle por la puerta principal y se subió a un Volkswagen Gol Trend estacionado frente al ingreso para huir.

La pesquisa de la Fiscalía Regional Rosario ordenó medidas investigativas como el chequeo de las cámaras de videovigilancia del local y la de un domo ubicado en San Luis y Maipú, a partir de las cuales se dio con la cara de uno de los asaltantes, quien tenía antecedentes por robo calificado.

En los primeros minutos de la madrugada del 4 de abril, luego de haberse detectado en una escucha telefónica que la banda se reunía con el presunto comprador del botín en una vivienda de avenida Pujato al 7800 (en el barrio Hostal del Sol), la fiscal de Investigación y Juicio Juliana González ordenó un allanamiento. En la comunicación telefónica, uno de los sospechosos decía: “Ey Jere, hola amigo, ¿qué pasa? Ya, pero ya urgente nos tenemos que juntar en la obra. Bueno, y me pasás a buscar, mirá que no vamos a dejar todos los autos estacionados en la casa del Culón”.

En el procedimiento fueron detenidos ocho hombres, siete de ellos con antecedentes penales, y se secuestró gran parte de lo robado en Maipú al 1000: cadenas, dijes, anillos, aros y pulseras que hicieron un total de 3,5 kilos de plata, y unos 5,5 kilos de oro, valuados en alrededor de 10 millones de pesos. Además fueron incautados cinco vehículos, no menos ostentosos que la vivienda frente a la cual estaban estacionados: Volkswagen Passat, Mercedes Benz 250 deportivo, camioneta Audi Q5, Mini Cooper y Honda Civic. Además, secuestraron dos balanzas, 5 mil pesos y 1.500 dólares, y bolsas con la leyenda “Trust”.

Un día más tarde, el juez Javier Beltramone les imputó robo calificado y privación ilegítima de la libertad a cuatro de ellos, acusados de haber participado en el golpe del 25 de marzo: Jeremías P. (cumplió condena a diez años por un homicidio ocurrido en 1999, ver aparte); Andrés M. (tenía a medio cumplir una pena a seis años y medio de cárcel por un asalto en Cañada de Gómez); Gastón R. (acusado en 2013 por un ataque a balazos en Nuevo Alberdi a militantes del Movimiento Evita) y Luis P. (tenía pedido de captura por el asalto a una camioneta de una droguería en Dorrego casi Jujuy, en septiembre del año pasado).

Para el magistrado, el dueño de casa, César B., alias Quiquín, y el joyero, Gustavo Sergio C., habían partícipes primarios en el mismo hecho, por lo cual recibieron –al igual que los cuatro anteriores– prisión preventiva sin plazo; en tanto, el juez consideró que Marcelo L., alias Culón, y David Q., el único sin antecedentes penales, fueron encubridores. Quiquín y Culón son ex convictos por robo calificado conocidos en las crónicas policiales locales.

Sergio Gustavo C. está domiciliado en Roldán y según fuentes del caso es propietario de una joyería en Maipú al 900, a menos de cien metros del local asaltado y de otra en la ciudad de Buenos Aires. Su abogado lo negó tras la audiencia imputativa y señaló que, en realidad, es dueño de un local del rubro en el híper Libertad de zona sur. Pese a que estaba acusado como partícipe primario en el robo, el viernes 12 pasado firmó un acuerdo abreviado como coautor de encubrimiento agravado por ánimo de lucro. Luego de que su abogado Fabio Grassano y la fiscal González se pusieran de acuerdo, el fallo fue homologado por el juez Beltramone. Se dispuso una pena a dos años de prisión condicional, por lo cual deberá por tres años informar si cambia el domicilio que fijó en barrio Parquefield; no podrá consumir drogas ni bebidas alcohólicas, y deberá someterse al control de la Dirección de Control y Asistencia Post Penitenciaria. El mismo viernes recuperó la libertad.

Fugado

Jeremías P. es uno de los ocho reclusos que se fugaron durante la madrugada del martes de la comisaría 24ª de Granadero Baigorria, aprovechando que la seccional estaba en obras de refacción. Jeremías, de 33, años fue originalmente condenado a perpetua por el crimen del garrafero Humberto Folch, ocurrido en diciembre de 1999. Sin embargo esa condena fue revisada por la Cámara, que la bajó a 13 años. Como la misma estaba cumplida recuperó la libertad y ahora volvió a caer por el robo de la joyería. En tanto, otro de los detenidos por este robo, conocido como Culón, tenía prisión domiciliaria que le fue revocada hace una semana por no cumplir con los requisitos establecidos para ese beneficio.

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