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Prevén alza de la tasa en plazo fijo

La apuesta de los inversores es que las tasas comiencen a subir en los próximos meses.

La tasa de plazo fijo arrancó 2011 en el mismo nivel que había terminado el año pasado, es decir clavada en el 11 por ciento anual. Pero la apuesta de los inversores es que se trata de un piso y que irán subiendo en los próximos meses. La prueba más clara se da en las licitaciones semanales de Letras que efectúa el Banco Central: la mayor parte de la demanda de los grandes inversores se vuelca a las Nobac, títulos a más de un año de plazo que ajustan de acuerdo con la evolución de la Badlar, es decir la tasa de plazo fijo mayorista.

¿Por qué se produce esta demanda? Básicamente, porque la apuesta es que las tasas tomarán un rumbo alcista, por lo que no conviene quedar invertido por demasiado tiempo en bonos a tasa fija en pesos.

En los últimos días surgió un dato que revela de manera contundente el mayor interés por la tasa variable. Las Nobac ya representan el 52 por ciento del stock total de los títulos emitidos por el BCRA para absorber los pesos excedentes del mercado. El stock es actualmente de $ 81.300 millones, de los cuales $ 42.600 millones corresponden a esos bonos. El resto son Lebac, de más corto plazo y tasa fija. Hace un año, la participación de las Nobac en el total llegaba apenas al 21 por ciento del total. El mercado, entonces, privilegiaba el corto plazo.

También en la negociación bursátil se nota la preferencia de los inversores por los bonos que ajustan por Badlar: mantuvieron su precio en esta primera parte del año, mientras que los ajustables por CER (es decir, el índice de inflación calculado por el Indec) sufrieron caídas de hasta el 15 por ciento. Aquellos que decidieron desprenderse de activos en pesos para buscar un refugio en dólares privilegiaron, no obstante, aquellos bonos que tienen una cláusula de ajuste por tasa de interés, ante la expectativa de subas futuras.

La apuesta a un aumento de las tasas se basa en los siguientes puntos:

El Central deberá absorber cantidades crecientes de pesos, ya que en los próximos meses comprará una gran cantidad de dólares vía emisión de moneda. Para evitar un salto todavía mayor de la inflación, se verá obligado a incrementar el ritmo de absorción. Se estima que el stock de Letras y Notas emitidas por el BCRA ascenderá a fin de año a $ 100.000 millones. Pero para rescatar semejante cantidad de pesos adicionales se vería obligado –razonan en el mercado– a pagar más tasa. Por ahora, sin embargo, viene sucediendo lo contrario. En cada licitación semanal, la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont consigue disminuir –aunque marginalmente– las tasas.

Otro aspecto clave tiene que ver con la devaluación esperada, ya que se estima que el dólar aumentará este año a un ritmo mayor que el año pasado. Según estimó Econviews, la consultora de Miguel Kiguel, el tipo de cambio nominal llegará a $ 4,30 a fin de año, acelerándose después de las elecciones. De concretarse este pronóstico, implicaría una devaluación del 8,3 por ciento, casi el doble que el aumento del 4,3 por ciento registrado el año pasado. Para que el ahorrista se quede en pesos, sobre todo después de mediados de año, los bancos –y también el Central– se verán obligados a pagar mayores tasas para compensar a los inversores. Teniendo claro este escenario, desde el BCRA dieron fuertes señales vendiendo dólares a futuro, con el fin de aplacar las apuestas a una devaluación más acelerada en los próximos meses. Según esta consultora, la tasa de plazo fijo mayorista podría llegar al 16 por ciento a fin de año para compensar la devaluación. Los futuros de tasa, en cambio, adelantan un nivel cercano al 13 por ciento para fin de 2011. En ambos escenarios, no obstante, la tendencia es al alza.

Queda como último punto el rol de la inflación, que también podría acelerarse este año. El 25 por ciento registrado en 2010 es un piso para 2011. En la medida en que la tasa de plazos fijos siga tan baja no permitirá mantener el poder adquisitivo del dinero. De todas formas, el ahorrista mide más su rendimiento en comparación con la evolución del dólar que respecto de la inflación. Los depósitos en pesos, aun con las tasas virtualmente planchadas, continúan en aumento. En enero y febrero, la suba llegó a más de $ 4.000 millones mensuales, por lo que el bajo rendimiento no fue obstáculo para que los inversores siguieran posicionándose en pesos. Incluso también los plazos fijos se incrementaron a mayor ritmo que el promedio de 2010, con subas superiores a $ 2.500 millones por mes.

Pero está por verse qué puede suceder a medida que el calendario se acerque a las elecciones presidenciales en octubre.

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