Tras casi dos semanas de competencia, luego de ocho partidos en el lomo, a través de jornadas extenuantes, arbitrajes complicados y luchando contra multitud de lesiones, el Preolímpico de las Américas llega a su punto neurálgico, al día clave en el que se cumplirán o no los objetivos para Brasil, Argentina, Puerto Rico y República Dominicana, los mejores cuatro elencos de la fase regular, los candidatos en la previa y los candidatos en el rectángulo.
Los dos ganadores de las semifinales se llevarán los boletos directos para los Juegos Olímpicos de Londres y el pasaje a la final del certamen, que, aunque suene ridículo, es de menor relevancia de lo que suceda hoy. Para Argentina, tal vez, tenga un valor extra ganar un Preolímpico por primera vez, pero el gran objetivo es llegar a Londres, el resto es yapa.
Para los perdedores de las semifinales quedará el consuelo de ir (junto a Venezuela, que fue quinto) a un repechaje mundial en busca de los Juegos. Pero esa es otra historia que mejor mirar de reojo.
Lo cierto es que desde las 19 llegará el turno de las apasionantes semifinales. A primera hora Brasil y Dominicana amenizarán la jornada, con los conducidos por Rubén Magnano como grandes candidatos gracias al buen juego demostrado en las últimas fechas de la etapa regular. De todas maneras no es sólo un detalle que el único partido que perdió Brasil en todo el certamen fue justamente ante los centroamericanos.
Pero más allá de esa lucha y de esa primera plaza olímpica que se definirá, la atención pasará por lo que propongan desde las 21.15 los dos grandes animadores de los torneos continentales de la última década (claro está, cuando no juega Estados Unidos), Argentina y Puerto Rico.
Ambos, víctimas del sorprendente Brasil, quedaron resignados a dirimir quién va derecho y quién deberá exprimirse en el repechaje. Y llegan en situaciones similares, con algunas dudas en cuanto al rendimiento, golpeados por derrotas cercanas en el tiempo y con jugadores determinantes lesionados. Eso sí, los dos tienen talento de sobra para reponerse y mostraron que cuentan con personalidad para hacerlo. En el caso de Argentina, además, hay un equipo con enorme experiencia en salir adelante en momentos difíciles y cuenta con el plus de ser local en un Polideportivo que explotará. En el equipo albiceleste se probará horas antes del juego a Andrés Nocioni, quien está lesionado en su tobillo derecho y físicamente se vería imposibilitado de jugar. Sin embargo, el corazón y el coraje de Nocioni abren una puerta hacia su presencia.
Los boricuas también sufren la ausencia del interno Daniel Santiago, lastimado en la planta del pie, aunque también hay ilusión en que pueda ser de la partida arriesgando para colaborar con sus compañeros.
“Puerto Rico es un equipo que basa su juego en la capacidad de los perimetrales y eso trataremos de impedir, no sabemos si va a jugar o no Daniel Santiago, pero esté o no, es un adversario difícil”, explicó Julio Lamas, quien amplió: “Ya nos conocemos, ya jugamos, así que no hay lugar para demasiadas sorpresas. Tenemos un poco más de tiempo para descansar y para preparar el partido, pero ellos también. Es el día en el que se cumple o no el objetivo, lo que vinimos a buscar”.
Por su parte, Flor Meléndez piensa en levantar a su equipo tras la caída ante Brasil en las horas previas de un duelo clave: “Tenemos que trabajar en el partido de Argentina pero también en recuperarnos de la derrota ante Brasil que fue dura. Por ahora no cuento con Santiago, pero si mejora podrá estar. Él es tan importante para nosotros como lo es Nocioni para Argentina”.
El Torneo de las Américas llega al final de su recorrido y tras mucho peregrinar, la diferencia entre la felicidad y la tristeza deportiva puede llegar a ser ínfima. Dos horas que definen el trabajo de meses y el futuro de una generación. Imperdible.
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