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Paren las rotativas

Prensa, ajuste global: Alemania sumó despidos en Argentina

Tras 58 años, la prestigiosa agencia de noticias DPA cerró su servicio en español. Ahora entre 60 y 70 trabajadoras y trabajadores de prensa quedan en la calle, 14 de ellos en Buenos Aires, donde hasta ayer funcionaba el centro editor junto al de Madrid, con el que trabajaba en tándem


Tras 58 años de existencia cerró este martes, en forma tan intempestiva como inesperada, el servicio en español de DPA.

Tras 58 años de existencia cerró este martes, en forma tan intempestiva como inesperada, el servicio en español de la Deutsche Presse-Agentur, la Agencia Alemana de Prensa, más conocida por sus siglas DPA. La noticia implica la pérdida directa de 14 puestos de trabajo de prensa en Buenos Aires, donde hasta ayer funcionaba el mayor centro editor del continente, y de entre 60 y 70 trabajadores y trabajadoras de prensa en países de habla hispana del mundo, la mayor parte de ellos en Madrid, donde funcionaba el centro editor que trabajaba en forma conjunta y en coordinación horaria con el de Argentina. “Nos dijeron que no les daban los números, y que habían intentado una reestructuración, pero no funcionó. Entonces directamente cerraron el servicio”, lamentó Ariel Greco, uno de los trabajadores de la agencia en Buenos Aires en diálogo con El Ciudadano. Y reveló que fue tan repentina la determinación que una de las corresponsales del servicio estaba en plena Cumbre Iberoamericana, en Madrid, cubriendo la reunión de jefes de Estado y de gobierno para la agencia que ya la había despedido.

“Como consecuencia de la reestructuración del servicio de redacción de noticias en español a nivel global, comunicámosle hoy su desvinculación laboral. Liquidación final comprensiva de rubros remuneratorios e indemnizatorios y certificados de trabajo, a su disposición en el término de ley”, dice textualmente la escueta notificación recibida ayer por 14 trabajadores argentinos, fechada en el feriado de este lunes 20 y firmada por Mahttias Mahn, uno de los CEO de la agencia. La situación se reflejó de inmediato en las redes sociales: “DPA decidió hoy cerrar su servicio en español. Estoy formalmente despedida luego de 23 años como editora y corresponsal en Buenos Aires. Otra vez, pierde el periodismo”, lamentó Cecilia Caminos, una de las cesanteadas. “La empresa cerró hoy el servicio informativo en español y despidió a unos 70 trabajadores de prensa en Buenos Aires, Madrid y la región. A la calle de nuevo. Todo está muy invivible”, se apenó por su parte Gabriel Tuñez, otro de los despedidos. “Soy corresponsal de DPA en Río. Hoy nos comunicaron el cierre del servicio en español”, escribió por su parte Fernando Duclos.

Como ellos, sus pares son de diferentes generaciones, con un amplio abanico de permanencia: algunos ingresaron al servicio hace menos de un lustro y otros llevaban más de dos décadas trabajando en DPA.

En 2010, el servicio en español de DPA celebró su 50 aniversario. Por entonces, cerca de un centenar de profesionales generaba a diario un promedio de 250 noticias de todos los ámbitos. Era parte de los servicios en lenguas extranjeras que ofrecía la agencia, que emitía información en árabe y en inglés además de su idioma nativo.

Ahora, a meses de cumplir 70 años de existencia, en 2019, la mayor agencia de Alemania se desprendió de un servicio que mantuvo a lo largo de casi toda su trayectoria.  En la Argentina ello implica no el cierre pero sí la pérdida de casi todos los puestos de trabajo: sólo no habían sido cesanteados un fotógrafo y dos corresponsales que escriben en alemán. En tanto, en otros países como Chile y México, donde las informaciones se emitían hacia los centros editores de Buenos Aires y Madrid, las noticias indicaban el cierre total de las corresponsalías.

DPA brindaba servicios en forma directa a diarios porteños como Página 12, Clarín y La Nación, y tenía un convenio con la agencia oficial de noticias Télam, que ahora pierden un puntal. Y los trabajadores, que tenían un delegado gremial, estaban afiliados al Sindicato de Prensa de Buenos Aires y no habían tenido conflicto alguno en los últimos años, quedan en la calle y con pocas –si hay– chances de que se revierta  una decisión tomada en Berlín por los casi dos centenares de accionistas, entre los cuales se cuentan los principales medios de comunicación de Alemania.

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