El Hincha

La otra cara del personaje

Poropat, el arquero con manos de herrero

El ex guardavallas de Central Córdoba trabaja en una herrería y actualmente ataja en 9 de Julio De Berabevú: fue campeón al contener tres penales y convertir el suyo


Manos a la obra. Leonel Poropat recibió a El Hincha en el taller de herrería donde trabaja con su papá por la mañana antes de entrenar en Berabevú. Foto: Juanjo Cavalcante.

“Poropat, el héroe de la tarde. Tuvo buenas intervenciones durante el partido, atajó tres penales en la definición y convirtió el definitivo para que 9 de Julio de Berabevú sea campeón. En las manos y en los pies de Poropat estuvo la consagración del Lanudo”. Así cerraban los medios que cubrieron la finalísima de la Liga Interprovincial entre Arteaga y 9 de Julio, que después de igualar 2-2 en los 120 minutos de juego, se impuso 5-4 por penales con una actuación destacada de Leonel Poropat, ex arquero de Central Córdoba.

Este título representa un premio al esfuerzo del Polaco, como lo conocen en el mundo del fútbol. Cada día transita una zona de sacrificio para poder disfrutar de lo que ama: jugar al fútbol. Por la mañana, trabaja con su padre en la herrería familiar que tienen en zona sur, mientras que por la tarde entrena. A veces lo hace en Rosario, y otras viaja los más de 170 kilómetros que separan Berabevú de su casa en barrio Tablada.

El taller permite un parate y con mates de por medio, Poropat se sienta a charlar con El Hincha. La consagración con 9 de Julio es tema inevitable, como los sacrificios que hace para jugar, en su caso atajar; pero no falta el recuerdo del ascenso con Central Córdoba a la Primera B Metropolitana.

-En el video del campeonato tu mamá decía: “Se lo merece porque se levanta temprano para laburar con el padre, va al gimnasio, entrena con los arqueros y viaja a Berabevú”. Esa es la cara que la gente no conoce de los futbolistas de campo, el esfuerzo que hacen para jugar, lo diferente que es a jugar en Primera.

-Y sí, uno tiene que hacer esas cosas. Por ejemplo, ahora estamos en el taller laburando, no tengo un horario fijo, pero a la tarde me voy al gimnasio y después a entrenar. Es sacrificio, pero uno hace lo que le gusta con muchas ganas y placer. Eso es algo que después te hace valorarlo más. Cuando tenés que hacer el sacrificio de trabajar, toma más importancia lo que fuiste en un pasado, porque te hace ver todo desde otro punto de vista.

-¿Cómo es tú jornada laboral habitualmente?

-Arrancamos temprano con el Mono (su papá Juan Carlos) para el taller, algo bien familiar. Hacemos herrería en general, desde un portón, pasando por mesas, una reja, puertas para después colocarlas en casas, departamentos y edificios.

-¿Qué es más complicado: hacer e instalar un portón o atajar los penales en una definición de campeonato?

-No, la definición es mucho más compleja, son instantes donde no podés dudar o fallar, en cambio con el portón podemos tomarnos un poco más de tiempo para construirlo y acomodar todos los detalles necesarios.

-Ya pasaron unos días de la consagración, ¿cómo vivís este momento?

-Ahora que ya bajó todo, me tranquilicé un poco. Es una alegría inmensa. Como le digo a mis amigos, que ni la noche anterior escribiéndolo en el mejor cuento me podría haber salido tan redonda la tarde. Y consagrar todo esto con un título es inexplicable, mejor imposible.

-Tuvieron que jugar tres partidos para conocer al campeón e incluso definirlo por penales después del alargue, fue muy parejo.

-Sí, habíamos ganado el primer partido como visitante y pensábamos que lo liquidábamos de local, pero Arteaga es un equipo que juega muy bien, con jugadores de jerarquía y experiencia, y por ahí con un fallo del árbitro a favor medio dudoso nos ganaron, aunque no hay que sacarles méritos que hicieron un buen segundo tiempo en la revancha. Así que debimos llegar al tercer partido donde para meterle más suspenso a la serie, fue un encuentro muy parejo, terminamos yendo al alargue y definiendo por penales. Pateamos ocho cada equipo y ahí quedó demostrado lo parejo que fue la final entre los dos equipos.

-¿Son muy distintos 9 de Julio y Arteaga en cuanto al estilo de juego?

-Ellos son un equipo que juegan muy bien, siempre intentan hacerlo por abajo, tienen paciencia; nosotros sabemos las limitaciones y virtudes que tenemos, y contamos con jugadores de experiencia en la Liga y con jerarquía, a nuestra manera le complicamos la serie y se la terminamos ganando.

-En lo personal, cerraste el año de la mejor manera y siendo la gran figura de la final con los tres penales atajados y metiendo el definitivo para desatar la fiesta lanuda.

-Sí, increíble. Tuve el broche de oro. La gente de 9 de Julio siempre me trató muy bien, tanto a mí como a los otros tres chicos que somos de afuera. Te hacen sentir uno más de la familia lanuda y gracias a Dios se le pudo dar esta alegría a todos los que nos trataron desde el primer día de manera excelente.

-Para colmo, te tocó llegar a un puesto donde los mismos colegas de Berabevú nos decían que no era fácil de ocupar por lo que habían hecho los que estaban antes que vos por el club.

-Ni bien llegué me lo hicieron saber y en cada cancha que iba por ahí me lo recordaban tanto a Mauricio Ciani como a Julio Árevalo, con algún grito o insulto, pero por suerte pude escribir mi propia historia en el Lanudo y que no se note la ausencia de ellos dos, que lograron cosas importantes con 9 de Julio.

-Cuando vuelvas la próxima temporada no van a poder decirte nada, estas a la misma altura que ellos en la historia del club.

-(Sonríe). Espero que no, aunque siempre hay algún hincha del otro equipo que se le ocurre un nuevo grito para hacerte. Gracias a Dios pude meterme en la historia grande de 9 de Julio.

-Siempre está la chance de que otros grandes de la Liga quieren llevarte, ¿está sellada la continuidad en Berabevú?

-La prioridad la tiene 9 de Julio por todo lo que vivimos, se habló pero todo informalmente. Hay que sentarse y charlar lo que nos conviene a cada uno. Por ahora de otros clubes no me llamó nadie, pero hoy solamente quiero festejar porque aunque recién termina queremos hacerlo. En un par de semanas vamos a ver que nos depara el futuro para el año que viene.

 

“Lo hecho en el Charrúa no me lo olvido”

Leonel Poropat vivió una de las alegrías más grandes de su carrera al consagrarse campeón con 9 de Julio de Berabevú. Pero otro momento imborrable fue el vivido hace años con Central Córdoba, cuando ascendió a la B Metropolitana en 2012.

-Venías de jugar en la Primera C y la Liga Regional del Sud, ¿qué certamen te encontraste en la Liga Interprovincial?

-La verdad, me sorprendió para bien. Es una liga que si bien tiene el cupo de solamente cuatro jugadores de afuera, es muy pareja, donde no solamente se traba o se lucha, sino que también se juega, porque hay futbolistas muy buenos, con mucha técnica, de jerarquía. A lo mejor estando en Rosario o en otros torneos no la conocemos a esta Liga, pero me encontré con las mejores sensaciones.

-Jugadores con pasado en primera o de experiencia como Santiago Raymonda, Leandro Desábato, Cristian (Chula) González y Martín Costa, son algunos de los nombres que jerarquizan este campeonato y lo hacen más competitivo.

-Claro, es todo muy parejo, no solamente por los hombres de experiencia, también hay juveniles que juegan muy bien, como Iván Capelli de Arteaga, un muy buen jugador, al cual no conocía y fue uno de los que me sorprendió, al igual que Damián Becker de Federación de Los Quirquinchos. Hay muy buenos jugadores en la Liga con un nivel muy parejo y competitivo.

-¿Es muy diferente este torneo a lo que te viviste en la Deportiva del Sud?

-Sí, es una liga fuerte donde se traba más o es más luchada que esta Interprovincial, pero es importante para el sur provincial.

-¿Sacan diferencia los jugadores con pasado en torneos de AFA o es todo parejo?

-No sé si sacan una diferencia, eso está en el rendimiento de cada uno, pero por ahí lo que me comentaban varios hinchas es que en las finales se me vio muy sólido, muy tranquilo y yo les decía que eso puede ser la jerarquía o la trayectoria de uno que viene de jugar en otros clubes. Creo que ahí es cuando uno puede marcar la diferencia y creo que gracias a Dios en los partidos finales que es donde más importa, la hice valer.

-Uno se acuerda del ascenso a la B Metropolitana con Central Córdoba ante Italiano, ¿es comparable con esta que viviste con 9 de Julio ahora?

-Me lo preguntaban en la sede del club mientras festejábamos y la verdad que ascender con el Charrúa es impagable porque lo conseguí con el club donde me crié, que me vio nacer. Pero esto en lo personal es un cuento, todo muy redondo, poder llorar de alegría, también de tristeza. En esta fui más partícipe, pero lo vivido con Central Córdoba no me lo borro tampoco.

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