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Por la verdad: 14 cuerpos y 10 identidades recuperadas

En los últimos doce meses se avanzó como nunca antes en el hallazgo de víctimas de la represión ilegal.

Catorce cuerpos de víctimas de la represión ilegal durante la última dictadura militar fueron hallados y diez identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) en los últimos doce meses en la provincia de Santa Fe. “Que en el último año se hayan encontrado tantos cuerpos no es por una cuestión mágica, sino que tiene que ver con un proceso político de años de lucha”, dijo a Télam Juan Emilio Basso, de la agrupación Hijos Rosario.

Basso precisó que “tiene un correlato en el contexto político vinculado a la actitud del gobierno nacional de levantar las banderas históricas de juicio y castigo y búsqueda de la verdad”.

Los restos de militantes, encontrados en el marco de las investigaciones por delitos de lesa humanidad que lleva adelante la Justicia Federal de Rosario y Santa Fe, e identificados por el Eaaf, tienen como común denominador haber sido hallados en fosas comunes de cementerios locales y, en ocho casos, en un predio que perteneció al Ejército.

Los cuerpos encontrados el último año ascienden a 14, explicó a la agencia oficial de noticias Nadia Schujman, del equipo jurídico de derechos humanos de Rosario y señaló que “hasta ahora diez fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense”.

“En el predio del Ejército denominado Campo San Pedro (cerca de la localidad santafesina de Laguna Paiva) se encontraron ocho cuerpos, de los cuales hasta el momento fueron identificados cuatro”, precisó la abogada.

El hallazgo de los restos de Cristina Cialcetta Marull, Yves Domergue, Roberto De Vicenzo, Roberto Borda, Oscar Bouvier, Rubén Forteaga, Carlos Bosso, María Salinas, María Ravello y Gustavo Pon en distintos sitios de Santa Fe confirman que fueron asesinados y enterrados como NN en fosas comunes.

“Así como avanzan los juicios por delitos de lesa humanidad y hay una actitud distinta sobre la mirada del pasado, también se mueven resortes sobre condiciones necesarias para el trabajo de la búsqueda de desaparecidos, para la Justicia, para los organismos y el Equipo Argentino de Antropología Forense, que durante mucho tiempo no contó con los recursos necesarios y con la Justicia puesta a investigar a fondo”, explicó Basso.

“Cada vez que un familiar reencuentra los restos de un ser querido, es notable cómo se hace referencia a su identidad política”, comentó.

Ese fue el caso de Gustavo De Vicenzo, quien el 18 de marzo de 2010, tras el hallazgo de los restos de su padre unos días antes dijo en una rueda de prensa: “Mi papá dejó de ser un NN para volver a llamarse Roberto Darío De Vicenzo, militante montonero”.

Roberto De Vicenzo desapareció el 27 de septiembre de 1976 en Rosario cuando salió a buscar a su compañera, Miriam Moro, quien había sido detenida unas horas antes luego de volantear con otro compañero, José Rubén López, en una moto en la zona de los frigoríficos, en el sur de esta ciudad.

El 17 de marzo del año pasado el Eaaf estableció que uno de los cuerpos hallados en una fosa común en el cementerio de la localidad santafesina de Barrancas, ubicada 90 kilómetros al norte de Rosario, correspondía a Roberto De Vicenzo.

Los restos de su compañera Miriam Moro, también asesinada por la dictadura, fueron encontrados en 1983 en el cementerio de la localidad de Casilda, a 50 kilómetros al oeste de Rosario.

En la misma fosa común del cementerio de Barrancas, el Eaaf devolvió la identidad a dos cuerpos enterrados como NN: Rubén Juan Forteaga y Oscar Alfredo Bouvier, ambos desaparecidos durante un operativo represivo el 27 de septiembre de 1976 en Rosario, junto a De Vicenzo, Moro y Rubén Angel López.

“La noticia es muy fuerte, pero muy necesaria, es una victoria para los que luchamos por la verdad histórica, y buscamos justicia desde hace muchos años”, dijo en ese momento Pedro Bouvier, único hijo del militante “aparecido”.

Los primeros días de noviembre pasado también fueron identificados por el Eaaf los restos de Roberto José Borda en el cementerio de la localidad bonaerense de Pergamino, en el marco de una investigación a cargo del juzgado federal de San Nicolás.

Secuestrado el 7 de julio de 1976 luego de salir de su trabajo en los tribunales de Rosario, Borda militaba en el Movimiento Social de Inspiración Cristiana (Mosic), vinculado al Movimientos de Sacerdotes del Tercer Mundo, contó a Télam su hermana Lidia.

El 27 de agosto del año pasado “aparecieron” en el cementerio de la localidad santafesina de Melincué los restos de los militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) Yves Domergue (francés) y Cristina Cialcetta Marull (mexicana). Domergue y Cialcetta fueron secuestrados en Rosario el 20 de septiembre de 1976 en las inmediaciones del Batallón de Comunicaciones 121 del Ejército, pero no hubo ningún tipo de rastro ni testigo directo del secuestro, dijeron a Télam los abogados del equipo jurídico de derechos humanos local.

El 13 de marzo pasado fue identificado por el Eaaf Carlos Alberto Bosso, enterrado en una fosa común de Campo San Pedro, un predio que perteneció al Ejército, ubicado a unos 50 kilómetros de la ciudad de Santa Fe.

Allí se encontraron en junio de 2010 ocho cuerpos enterrados durante la última dictadura, siendo el primer hallazgo de personas desaparecidas en un predio militar.

Hasta el momento, además de los restos de Bosso, el Eaaf identificó a su compañera, María Isabel Salinas de Bosso, María Esther Ravello y Gustavo Pon, todos secuestrados en Rosario en 1977, detallaron fuentes judiciales.

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