La planta que la empresa General Motors tiene en Alvear permanecerá cerrada entre el 15 de junio y el 15 de julio, dejando a más de 2.500 trabajadores suspendidos y en riesgo laboral. La situación se da en el marco de una creciente tensión en el sector y la industria automotriz. Entre otros datos muy negativos, el número de vehículos patentados durante mayo cayó un 56% en todo el país.
La caída de las ventas reflejada en el último informe de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) es la principal causa de la crisis de un sector que el gobierno nacional intenta reactivar con anuncios de última hora.
Este martes, Mauricio Macri puso en marcha el “Plan junio” con descuentos de hasta 90.000 pesos en unidades cero kilómetro, medida que parece llegar tarde para los trabajadores de la ensambladora del Gran Rosario.
“El gobierno nacional ahora quiere hacer un nuevo plan que en realidad es otra mentira más. Van a dar un subsidio de 40 a 90 mil pesos para que bajen los autos, cuando en la realidad en cualquier concesionaria ya te descuentan de 100 a 150 mil pesos el precio porque no están vendiendo nada”, sostuvo ayer el titular del gremio Smata en el sur provincial, Marcelo Barros.
Lo cierto es que la medida que busca implementar Nación se enmarca –tal como señala Barros- en una abrupta caída en las ventas, lo que repercute directamente en la producción y (por consecuencia) el empleo.
Ayer fue la propia General Motors la que anunció una abrupta medida. De forma sorpresiva dio a conocer que la planta de Alvear permanecerá cerrada entre el 15 de junio y el 15 de julio, dejando a más de 2.500 trabajadores suspendidos y en riesgo laboral.
“Nosotros estamos buscando mantener los puestos de trabajo. Con esta iniciativa todos los trabajadores cobrarán un 70% del sueldo bruto”, indicó Barros al dar a conocer el acuerdo con la empresa.
En septiembre del año pasado, la automotriz había pactado con el gremio un plan de suspensiones rotativas durante cinco meses para todo el personal en Alvear.
La empresa venía con suspensiones rotativas de sus 1500 trabajadores directos desde el 1 de setiembre y en enero, cuando venció el acuerdo entre la compañía y Smata, se extendió por tres meses más. Es en este marco que se da el cierre por un mes, hecho que no hace más que seguir sumando tensión a la situación de los obreros.
Otros casos y más
En tanto, en lo que va de 2019 ya son cinco las terminales automotrices que concretaron suspensiones de personal para bajar los niveles de fabricación.
La última en sumarse fue la planta de Córdoba de Fiat, donde la medida incluye la suspensión de 2.000 operarios durante cuatro de los cinco días de la semana. Estiman que la crisis del sector afecta al 10% de los operarios registrados.
Por su parte, Barros insistió en el hecho de que “se sigue con la reducción del volumen de ventas”. “En abril GM vendió solo 250 autos en todo el país, lo que implica obviamente un descenso también en los niveles de producción”, contó.
Desde Smata estiman que el freno a la producción también afectará a otros 1000 empleados de autopartistas del sur de la ciudad que proveen a GM y subrayaron que la prioridad es mantener los puestos de trabajo.
Repercusiones
Apenas conocido el cierre temporal, desde la Federación de Industrial de Santa Fe (Fisfe) salieron mostrar de inmediato su preocupación.
“La paralización por un mes de la planta de GM expresa el pésimo presente de la industria automotriz nacional y tendrá fuerte impacto en la zona sur de la provincia, ya castigada por la caída en los niveles de producción de muchos nichos industriales, tal como lo viene relevando el Centro de Investigaciones Económicas de Fisfe”, señalaron desde el entidad en un comunicado.
“Pero además, la situación de GM lamentablemente ratifica lo que anticipamos desde Fisfe hace ya más de dos años. El modelo económico está afectando con dureza a la industria nacional, con un efecto dominó sobre la creación de empleo. Menos industria es menos trabajo y por ende menos integración social”, añadió el escrito.
“La actividad industrial sigue siendo inferior a 2018. Por eso es que pedimos al gobierno que modifique el rumbo de la política industrial y así revertir el retroceso que está padeciendo el país en su producción manufacturera, que arrastra además al comercio y el consumo”, cerró el texto.
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