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Políticas públicas, la receta contra la violencia de género

La noruega Mildrid Mikkelsen trabaja para combatir la trata de mujeres con fines de explotación sexual y la violencia.


“No traigo recetas, porque a pesar de tanto esfuerzo, no hemos erradicado la violencia de género”, afirmó Mildrid Mikkelsen, experta noruega en la temática, quien detalló las políticas públicas que se aplican en su país durante un seminario realizado en Buenos Aires y organizado por la embajada nórdica.

La especialista trabaja para organizaciones de mujeres y dirige el proyecto Rosas, orientado a combatir la trata de mujeres con fines de explotación sexual, además de coordinar tareas en refugios para víctimas de violencia.

“Realizamos acciones de incidencia para visualizar las consecuencias de la violencia de género y poner el tema en la agenda pública, y además somos un enlace para las acciones que unan a activistas estatales y de la sociedad civil”, aclaró.

Mikkelsen expuso durante el seminario “Violencia de género: buscando soluciones para promover y proteger los derechos de las mujeres”, que se realizó el último viernes en la Defensoría de la Nación.

Allí presentó un video musical protagonizado por dos jóvenes, uno los cuales, vivió situaciones de maltrato por parte de su padre y logró llegar a un refugio junto a su mamá; ahora, elige contar su historia a través del rap con una canción que dice: “Oprimidos por tantos años, pero el cambio llegó”.

Esta idea es central para la profesional noruega, ya que “el mensaje que debemos dar es que la situación de violencia se da en una etapa de la vida, pero las mujeres tienen el potencial para cambiar y buscar otra vida”.

En el spot se escenifica una situación de violencia familiar y se muestra cómo la mujer y los niños salen de ella. Dos de sus protagonistas son funcionarios gubernamentales “de distintos partidos políticos”, otro dato que resaltó la experta “ya que el compromiso debe ser de todos los sectores”.

El video y el dúo de raperos “recorrieron todo el país presentando su material y dando charlas a jóvenes, campaña que funcionó muy bien, porque hablaban con sus iguales”.

La ausencia de campañas sistemáticas de prevención en violencia de género “es una de las deudas que tenemos en mi país, ya que son pocas; la excusa oficial es que es difícil medir el impacto, sin embargo, se gasta dinero y se hacen muchas campañas de seguridad vial, por ejemplo”.

Además de contar con refugios para mujeres y niños “en todo el país”, el Plan Nacional de Acción contra la Violencia, del país nórdico, otorga dispositivos electrónicos a las mujeres para que emitan una alarma cuando se encuentran en peligro.

También los violentos son monitoreados electrónicamente para que no se acerquen a las víctimas, sistema “que costó seis años instalar definitivamente, y que ahora funciona muy bien”, señaló.

Otro eje que resaltó es la capacitación en la temática destinada al personal docente, de salud y policías, con el objetivo de que las mujeres que buscan ayuda “siempre encuentren asesoramiento y una buena actitud”.

En su país la policía cumple múltiples roles en el circuito de protección ante la violencia, para lo cual, en cada distrito “se designa un coordinador de la fuerza que vigila que la tarea se realice sin revictimizar”.

Además, controla que se cumplan las órdenes de restricción o exclusión de los maltratadores, visita las casas donde hay antecedentes de violencia, patrulla la cuadra y puede actuar de oficio “llevando pruebas a la Justicia aunque la mujer no realice denuncias”.

No obstante, reconoció que “se ha detectado que se designaban algunos coordinadores policiales que no cumplían sus funciones” y que es necesario “involucrar más a los jefes en una institución tan jerárquica”.

En Noruega “está garantizada la asistencia legal gratuita a las víctimas, las cuales pueden grabar su testimonio para ser utilizado en distintas instancias judiciales con el objetivo de hacer más liviano el proceso legal para ellas”.

Las mujeres que atraviesan situaciones de violencia pueden reclamarle al Estado “una indemnización por daños, los refugios son gratuitos y están abiertos las 24 horas y cuentan con centros médicos especializados que entregan pruebas de las agresiones a la policía”.

Las políticas públicas suman tratamientos para hombres violentos, contención a niñas y niños víctimas o testigos de violencia.

A pesar de los avances, Mikkelsen compartió “que faltan recursos económicos, lo que está provocando que se cierren algunos refugios y falta personal que se especialice aún más”.

La ausencia de estadísticas sobre la temática es otra deuda: “No hemos trabajado bien ahí, falta decisión política, pero estamos esperando un estudio gubernamental que nos brindará datos nuevos”.

Los últimos números de la violencia en Noruega indicaron que 1 de cada 4 mujeres pasaba por una situación de violencia. En Argentina, los datos dicen que son 1 de cada 3.

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