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Política sin mística

Las decisiones del Vasco y su cercanía a una nueva agrupación molesta a los de Mística Canalla.

Guillermo Ferretti

La crisis política interna que vive Central parece haber llegado a su punto máximo. Tanto es así que la relación entre Horacio Usandizaga y Mística Canalla, agrupación con la que el Vasco llegó al sillón presidencial, parece muy próxima a quebrarse. Es que los Místicos están muy disconformes con algunas decisiones tomadas, unilateralmente, por el titular auriazul en estos últimos tiempos.

Uno de los puntos que le recriminan al Vasco es el de no haber reforzado mejor el equipo con el dinero recaudado por las ventas de jugadores (NdR: algo más de cuatro millones de dólares). Especialmente cuando está en juego la permanencia en primera división. Y tampoco cayó bien la proximidad del presidente hacia la agrupación Canayas en Acción, una nueva facción política que respondería al Vasco y lo respaldaría en una posible candidatura a la reelección.

La escasa participación de los Místicos en las decisiones, especialmente en cuestiones futbolísticas, habría generado la necesidad de plantearle la situación a Usandizaga en la próxima reunión de comisión directiva, que sería esta noche en la sede de Mitre. Allí, en caso de que los reclamos no encuentren eco en el Vasco, algo que parece posible, los Místicos estarían dispuestos a dar un paso al costado.

De esta manera, se irían otros cuatro miembros de comisión: los vocales Ricardo Barrionuevo y Gabriel Di Benedetto, y los síndicos Ileana Di Vanni y Diego Vaiman. De darse estas salidas, ya serían trece los dirigentes que se habrían bajado, por distintos motivos, de la lista original que ganó las elecciones hace poco más de dos años.

Pero además de estos cuatro directivos, dejarían sus cargos todos los Místicos que ocupan cargos en subcomisiones y secretarías, como las de prensa, marketing y otros rubros. Una importante cantidad de personas que mueven engranajes clave en el funcionamiento del club de Arroyito.

Con ese panorama, aunque no existe una necesidad estatutaria de adelantar un llamado a elecciones (serán en setiembre próximo), Usandizaga se vería obligado a reorganizar varias áreas y sectores de la vida interna auriazul. ¿Será esa la chance que espera la gente de Canayas en Acción?

 Canayas en Acción, ¿nueva fuerza?

 Desde fines del año pasado, una nueva agrupación política saltó al ruedo en la vida centralista. Se trata de Canayas en Acción. La primera muestra pública de su existencia fue la cena que se llevó a cabo en el club Provincial a mediados de diciembre último. A la comida, cuyo costo de la tarjeta fue muy económico (15 pesos por comensal), acudieron casi mil personas. El objetivo de la reunión fue el de manifestar el apoyo de la agrupación a Horacio Usandizaga.

Canayas en acción estaría comandada por un hombre de extrema confianza del Vasco: Enzo Larosa, conocido militante del peronismo, quien tuvo a su cargo la coordinación de los cursos para dirigentes que dictó Central en los últimos dos años.

En la página oficial del club, Larosa figura como “asesor presidencial”. Este empresario local, ligado hasta hace poco tiempo a las telecomunicaciones, no cuenta con ningún cargo dirigencial ya que no integró la lista con la que Usandizaga asumió en Central.

Sin embargo, el 21 de diciembre último, Larosa protagonizó un incidente en la sede. Tras la cena que montó la agrupación para respaldar al Vasco el hombre de confianza del presidente apareció en una reunión de comisión. Y su presencia irritó a varios, en particular a la gente de Mística Canalla.

Tanto fue así que uno de sus representantes increpó a Larosa y lo invitó, en tono poco amigable, a dejar el lugar. Antes de eso, Larosa había propuesto para incorporar a la comisión, con la intención de ocupar cargos vacantes, a Miguel Camejo y a Mario Eduardo Vallone.

Camejo ya participó de la vida política en Rosario Central. Aunque nunca lo hizo en un primer plano, su nombre aparece ligado a uno de los últimos períodos de Víctor Vesco al frente del club, y también en la era Pablo Scarabino. Y aunque por entonces tampoco ocupaba cargos dirigenciales, se lo vincula como cogestor en distintas operaciones de ventas de jugadores.

Vallone, por su parte, se dedica a la política. Y su nombre tomó relevancia pública hace algunos años cuando participó de una discutida elección en la que comandó el por entonces denominado “ARI trucho”. El dirigente político fue líder del Frente de los Jubilados, y participó también del Partido Conservador Popular y del Partido Autonomista, agrupaciones que están vinculadas al peronismo.

Vallone también formó parte, aunque a fines de los 90, de la vida política de Central. Por entonces, figuraba como secretario de Cultura en una de las presidencias de Vesco.

Al menos desde los currículum, ni Camejo ni Vallone tendrían antecedentes valiosos en la dirigencia deportiva. Pero además, desde lo estatutario, no existe chance de que ocupen cargos vacantes en la comisión no habiendo integrado la lista que en su momento ganó las elecciones. Lo mismo corre para Larosa, el que los postuló.

Mientras Usandizaga espera con poco optimismo la resolución judicial para saber si tendrá validez lo resuelto en la asamblea de setiembre del año pasado, en la discutida aprobación del balance, Central vive una crisis intestina que no le hace bien a ninguno de sus protagonistas.

Para colmo, al mismo tiempo, el equipo transita los últimos peldaños en la complicada pelea por la permanencia en primera división. Un objetivo de máxima que requiere de una comunión sectorial que hoy en Central no existe.

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