La policía griega lanzó gases lacrimógenos y se enfrentó con manifestantes en el centro de Atenas luego de una marcha realizada como parte de una huelga general contra las medidas de austeridad fiscal promovidas por el gobierno.
La medida de fuerza paralizó el país que quedó sin aviones, colegios y servicios públicos, mientras que los hospitales permanecieron abiertos con una guardia mínima.
El gobierno del Primer Ministro Giorgios Papandreu congeló los salarios del sector público y la contratación de trabajadores, a la vez que elevó los impuestos y la edad jubilatoria.
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