Un policía de 35 años quedó en grave estado luego de que ayer al mediodía, durante un confuso episodio, recibió un tiro en el tórax al responder a un asalto que se había desarrollado en el interior de las cocheras de un complejo de canchas de fútbol 5 ubicado en barrio Refinería. Por el hecho, hay dos hombres detenidos, un Rastrojero y una Renault Express secuestradas, otros cuatro vehículos particulares con impactos de bala y más de una docena de vainas 9 milímetros incautadas junto a cartuchos completos de pistolas 6.35 y 45 milímetros.
Según fuentes policiales, al cierre de esta edición las dudas sobre la mecánica de la balacera que terminó con el policía herido superaban a las pruebas recabadas. “El uniformado es el cabo Mario Sebastián T., de 35 años, quien trabaja en la comisaría 8ª, con 7 años de servicio en la fuerza. El proyectil impactó en el lado derecho del tórax y en su recorrido comprometió el pulmón y el riñón. Lo trasladaron sus compañeros al Clemente Álvarez adonde fue operado y quedó en estado reservado”, describieron los investigadores.
En medio de gran hermetismo, trascendidos reconstruyeron que minutos después del mediodía de ayer, empleados del complejo de canchas de fútbol 5 “Tifosi”, donde también funcionan cocheras, realizaron dos llamados al 911 para advertir que asaltantes tenían a los clientes maniatados en Don Orione al 600 (ex pasaje Nelson), de barrio Refinería.
Dos empleados policiales de la seccional 8ª, con jurisdicción en la zona, se presentaron en la entrada a las cocheras que quedan detrás de la escuela Don Bosco. Al escuchar el alerta, otro móvil con cuatro uniformados (todos de la 8ª), –entre los que se encontraba el cabo herido– llegaron al lugar. Las primeras versiones señalan que, a pesar de que la luz en el interior de la cochera estaba cortada, los policías pudieron advertir que desde un Rastrojero dos hombres cargaban bultos a una Renault Express. Al ver esto, los uniformados quisieron intervenir, pero uno de los sospechosos se subió al utilitario, salió de la cochera a toda velocidad y fue detenido a la vuelta, por calle Echeverría. En tanto, el otro hombre quedó en el Rastrojero y fue apresado en el interior del galpón.
Sin embargo, lo que nadie puede explicar es cuándo o cómo se originó la balacera que dejó al cabo malherido, ya que en poder de los dos detenidos no se encontraron armas, por lo que se presume que el tiroteo solamente involucró a los policías.
En el lugar se secuestraron más de 12 vainas servidas calibre 9 mm y cartuchos sin percutar de calibres 45 y 6.34, detallaron los pesquisas.
Además, producto de la balacera, cuatro automóviles estacionados dentro de la cochera sufrieron impactos, como también la pared de la entrada y el paredón que está enfrentado a ésta tenían orificio de balas.
“Es todo muy confuso. Pudo ser fuego cruzado, fuego amigo –en relación a que la bala que hirió al policía salió de la pistola de un compañero– o que la víctima disparó, la bala rebotó y lo hirió. Por este motivo, interviene el personal de Judiciales”, puntualizó una de las fuentes del caso.
Los investigadores señalaron que, al cierre de esta edición, se esperaban las imágenes de la cámara de seguridad que está en la entrada del galpón para intentar dilucidar el confuso episodio que involucra a uniformados de la seccional 8ª, ubicada a sólo seis cuadras del lugar del tiroteo y es investigado por la División Judiciales de la Unidad Regional II y el juzgado de Instrucción en turno.
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