Cultura

“Poesía Molotov”, un estallido sensorial que hace renacer de las ruinas

Publicados por Le Pecore Nere y con ilustraciones de Dalia Desamor, los poemas del nuevo libro de Cristian Molina están atravesados por el deseo y por el cuerpo que sale de las exigencias y heteronormas. El poeta festeja también la irrupción imparable de jóvenes poetas marikas y disidentes sexuales


Pau Turina / Especial para El Ciudadano

Entre las publicaciones del poeta Cristian Molina se encuentran Blog, Un pequeño mundo enfermo, Sus bellos ojos que tanto odiaré, Machos de campo, entre otras, y ahora, en el año de la pandemia, acaba de publicar Poesía Molotov.

Según el escritor, todos los poemas del libro fueron escritos en momentos diferentes desde hace muchos años. Y también son el resultado de la articulación entre puesta en voz y escritura.

“Fueron performateados en festivales y ciclos a lo largo de todo el país, como el Festival Sumergible de Jujuy o el Ciclo Siga al Conejo blanco, siempre en presencia. Cada puesta en voz implicaba una puesta a prueba del poema, un modo de oírlo en sus aciertos y defectos.

Y ahí se produce el ajuste para que se pueda oír, en la escritura, la puesta en voz del poema, mediante un trabajo con el corte del verso y la disposición de la materialidad de la palabra. La reunión de estos poemas fue previa a la pandemia; los que se transformaron fueron los tiempos de edición y, ahora, la presentación”, cuenta.

Articulación entre escritura y artes visuales

La tapa del libro lleva el nombre de uno de los poemas junto a una ilustración de Dalia Desamor en la que une policía dispara y cae desde un helicóptero.

Si la tapa del libro le parece una manera de mostrar la capacidad transformadora y rebelde de la poesía, Molina dice que al comienzo jugó de manera bromista con ese título entre amigxs hasta que una de ellas soñó con que iban a hacer volar todo con una molotov y ahí se convirtió en otra cosa, “en un salto a la realidad”.

“Me resulta un título que, paradojalmente, revierte la posible violencia de la bomba. El estallido hace renacer de las ruinas, transformado, eso que nos lastimaba, no lo mata.

“La tía policía” es otro de los poemas del libro, que siempre sentí unido a este magma de poemas que fueron performáticos. De ahí que Dalia Desamor haya pensado en que esa debía ser la tapa, supongo.

Y creo que sus ilustraciones –increíbles, por lo que verdaderamente vale la pena el libro– retoman esa articulación entre escritura y artes visuales que tiene una amplia trayectoria y diferentes modulaciones.

Todo el libro es la tentativa, en este sentido, de una poesía que no se reduzca a la escritura. Las ilustraciones de Dalia son poemas visuales y a esto se agrega que habrá una playlist en Sonidos de Rosario, donde lxs lectorxs van a poder oír los poemas puestos en voz –y algunos hasta musicalizados–, todo mediante un código QR.

En este sentido, “la tía policía” y “poesía molotov” son un estallido a la poesía cerrada sólo sobre la palabra escrita, para ver qué queda después de eso que, en realidad, es retomar una vía en la que la poesía estuvo desde sus orígenes y que la cultura letrada redujo al libro, a la escritura y a la lectura silenciosa. Aunque ciertamente, lxs poetas ya no tocan el laúd y, por ende, eso que retorna, no es lo mismo tampoco”, dice.

 

La rabia, el amor, la melancolía y el humor

El deseo es un concepto que atraviesa todos los poemas, incluso, en el final de “El mendigo de mi vida”, escribe de una manera preciosa: “de una vez por todas/ al menos/hacemos la revolución posta/la única que vale/y nos amamos entre todxs”. ¿Se escribe poesía también para luchar por ese deseo que estalla?

Según el poeta “no hay poesía sin deseo (de poesía); pero tampoco deseo posible sin algún modo de lo poético. Sin embargo, no todo se reduce a eso.

El deseo siempre es algo más que mero deseo, y con él no basta para escribir, aunque sin él no se pueda”. Además del deseo, el cuerpo también está presente en sus poemas, el cuerpo que sale de las exigencias y heteronormas que la sociedad impone. En ese sentido explica que en su caso, el modo del poema se presenta y parte de una intensidad de la carne.

“No hay musas, ni inspiración, ni hábito, ni trabajo obligatorio; hay carne que se convierte en escritura y el poema es siempre no solo la expresión de un cuerpo concreto, sino también de uno posible que es en el poema y es el poema mismo.

Ese cuerpo a veces es desobediente y no siempre se presenta integrado a los grandes sistemas culturales y sociales, sino como afirmación de un molde roto o desbordado. Esos son los cuerpos que no importan a la mayoría, pero que a mí me convocan”.

Poemas en defensa de todo lo que lastima

En la dedicatoria del libro menciona “a todxs nosotrxs, que durante mucho tiempo nos excluyeron por disidentes, y nada neutrales, estos poemas para defendernos de todo lo que aún nos lastima”.

En ese sentido, si cree que desde hace un tiempo las voces de las disidencias están teniendo más lugar en el terreno editorial, Molina señala que lo vincula a sus recorridos en la poesía de la ciudad.

“Si yo les preguntara, antes de mi generación, qué putxs se hicieron visibles como tales en la poesía de Rosario, costaría encontrar una referencia clara (yo, al menos, no lx encontré).

En esos movimientos por el mapa y los ciclos de lectura de Rosario, en los años 2000, cuando yo vine a vivir acá era muy difícil que alguien aceptara que fueras un puto que escribía construyendo una voz marika en el poema. Cuando eso ocurría, los varones y las varonas de la poesía local siempre irrumpían con comentarios desafortunados.

Ante las puestas en voz de algunos de mis poemas, aparecía quien decía: «¿Por qué escribís sobre `eso`?», ¿Por qué no apelás a un destinatario neutro, sin género, para ampliar los lectores de tus poemas? ¿A quién le puede interesar ‘eso’ tan autorreferencial o testimonial o sexual?”, cuenta y agrega: “que hasta no hace mucho, había una demanda para invisibilizarlos como putxs (o disidentes sexuales en general), detrás de una aparente neutralidad poética que era paki: porque quienes exigían eso, le escribían poemas a sus amantes hetero sin problema, garchaban, se besaban o abundaban las amistades entre el mismo sexo en sus escrituras, bien autorreferenciales muchas veces, sin cruzar la línea de lo heteronormado (y por ende, nada neutro)”.

La potencia del futuro desde el pasado de invisibilidad

Ahora, dice que algo cambió. “Desde 2010 hubo una irrupción de jóvenes poetas marikas y disidentes sexuales que no para. Pienso en Juan Pablo Di Lenarda Pierini, en Nacho Estepario, en Walter Rojas, en Leandro Barticevic.

Y en el ámbito de escrituras lesbianas también hay una irrupción, aunque ahí sí aparecen referentes claves previxs a 2000 que hicimos nuestrxs y amamos: Gabby De Cicco e Irene Ocampo, por ejemplo.

Pero también están ahí Maia Morosano, Manu Sáenz, entre otrxs. Ni hablar de la reciente aparición del huracán travesti que es la hermosa Morena García y de todo el movimiento no binarie, dentro del cual destaco a Molly Moon.

Es nuestro momento: la poesía paki ya fue.  Aunque aclaro, ¿cuántos de nosotrxs, que no nos quedamos en el placard de nuestras disidencias con la heteronormalidad, estamos en lugar de toma de decisiones o destacadxs en la cultura local? Lxs cuento con los dedos.

Seguimos siendo esxs que molestan por no hacer lo que se debe en todos los niveles, desde la sexualidad hasta la escritura”, expresa. Y finaliza: “¿Somos la actualidad?

No creo: la actualidad sigue siendo la heteronorma. Nosotrxs somos lo que está aún emergiendo de ese mundo en ruinas tan controladito; es decir, la potencia del futuro desde nuestro propio pasado de invisibilidad y expulsión del mundo de la literatura. Somos afortunadxs por esa historia, a pesar de todo”.

LA DATA: Cristian Molina es doctor en Letras, profesor de la Facultad de Humanidades y Artes de Rosario, investigador del Conicet, y actualmente también coordina la Residencia de jóvenes poetas en el marco del Festival Internacional de Poesía de la ciudad.

PRESENTACIÓN: Poesía Molotov se presentará el próximo 27 de noviembre a las 18 a través de una plataforma digital, y en la misma participará Joaquín Correa. Para formar parte de la presentación se debe enviar un mail a info@pecorenereeditorial.com

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